Capítulo 11: ¿Lucy?

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Camine un poco, por mucho unas cuatro manzanas, hasta que vislumbre a lo lejos a un pelirroja un poco más alta que yo, se encontraba ojeando el móvil con unos enromes lentes oscuros.

Cuando me acerque me saludo con la mano y se acercó.

-Hola- salude- Creí ibas a cancelar.

-Eso te digo- respondió ella bajando el móvil.

- ¿A dónde vamos?

- No lo sé, ¿Qué te parece comida china?

- Vale, vallamos al barrio chino.

- Bien, pero no al restaurante de la última vez.- exigió con una mueca.

Accedí y tomamos un taxi, pagué yo, pues Lucy invitaba la comida.

Nos sentamos y una mujer menuda, más o menos de unos cincuenta años nos tomó la orden.

-¿Se puede saber por qué estas perdida?

- De eso es lo que quiero hablarte. Verás el amigo de la familia que lleve el otro día hasta Brooklyn es un amigo muy allegado y necesita un poco de ayuda para instalarse en la ciudad así que le ayudo con la mudanza.- tomo la cartera y guardo allí los lentes.

- Ya veo- me cruce de brazos y trate de acomodarme en mi lugar.

- ¿Que tienes?- pregunto ella mirando por debajo de la mesa.

Me reí.

-Hoy salí a correr.

-¿Tú? - abrió los ojos por el asombro.

- si yo- moví mi mano esporádicamente sobre mi muslo- además me encontré con el tipo de la tienda.

-¿El de la otra noche?

-Si es un partidazo- le solté descaradamente a mi amiga con una sonrisa de oreja a oreja- corrimos juntos.

- la cosa va en serio- bromeo ella- más bien dime cuando es la boda y compro el vestido que vi uno hermoso con rebaja.

Solté una carcajada y proseguí a relatarle mi "emocionante" día de ejercicio. Al finalizar fui bombardeada con una serie de preguntas.

-Debo conocer al tal Steve ¿no te dio su número?

-No tiene teléfono.

Antes de que Lucy abriera la boca para responder la mujer llego con dos tazones llenos de arroz chino y una bandeja de rollitos Thai. Tome uno, le unte de salsa y me lo lleve a la boca.

-De veras que es un tipo raro- se limitó a comentar.

-sí, pero es agradable.

- ¿Qué hay de Sam?- apunto curiosamente.

Trague con fuerza y tome un sorbo de la limonada frente a mí.

-No lo sé- respondí casi al azar.

-Ya. Tú sí que eres tal para cual con el tipo del metro, ambos son igual de extraños.

- Oye- tome mi servilleta y la lancé.

- déjate de niñadas Veth- se rio Lucy, satisfecha con su broma.

Comimos y charlamos, le pregunte sobre Zac y por la cara que hiso, adivine que las cosas no iban a llegar más lejos que un trato de amigos de oficina.

-No es para mí- respondió encogiéndose de hombros.

- Sí, creo que no cuadran mucho como pareja del año.

- Es mejor así, supongo.

- Cambiemos de tema ¿sabes de la fiesta que le hará Max a Caroline?

- sí, he escuchado algo, pero no iré.

- ¿Por qué no?

- no tengo pareja y adicionalmente estaré ocupada.

- que mal, para ti, tenía pensado decirle a Sam que fuese con nosotras, además, invitare a Steve.

- ¿Cómo? No te aceleres- levanto una mano como diciendo "alto" y sonrió- ni siquiera sabes su apellido.

- Obviamente que si- asegure fingiendo orgullo.

- ¿cuál es?- inquirió ella.

- Rogers. Steve Rogers- al oír esas palabras note que una mueca paso fugaz por el rostro de Lucy.- ¿Qué sucede? ¿Le conoces?

- No estoy segura, me suena el nombre.

- Bueno, te dejo, voy a ir al baño, no tardo.

Me levante y me dirigí a la mujer que me indico que el baño estaba doblando a la derecha, seguí las señas y llegue al baño.

Era un espacio bastante pequeño para ser el baño de un restaurante, note un olor a canela,las paredes eran blancas ctema y el techo decorado con unos farolillos rojos,distraída en la decoración me arregle un poco el cabello.

Cuando salí mi amiga no estaba, mire por todos lados para asegurarme de que me encontraba en el lugar correcto y me acerque a la mesa donde nos habíamos sentado, pero no había señales de Tex por ningún lado, desorientada le pregunte a la mujer que nos atendió y esta me dijo que Tex había salido hacia unos momentos de allí, que había pagado y se había marchado, no obtuve más respuestas.

Salí del local y mire a ambos lados, cuando la vi observe a un Chevrolet Camaro negro junto a ella, abrió la puerta y ágilmente se introdujo en el auto.

Me quede mirando como estúpida al auto que se alejaba entre el smog de los autos.

Atónita pensé en marcarle a Lucy, su desaparición repentina era muy extraña y al parecer no había notado mi presencia cuando se introdujo en el coche, pero la parte razonablede mi cerebro o lo que quedaba de ella en esos momentos me indico que lo apropiado sería no hacerlo.

Un pánico similar al que había experimentado días antes se apodero de mí y me hiso avanzar a toda carrera hasta una avenida muy concurrida y baje al metro para irme directo a casa.

Código York . (Capitán américa )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora