A la mañana siguiente desperté sola en mi habitación, observé a mí alrededor mientras que los sucesos del día anterior pasaban por mi cabeza. Busqué a Rogers con la mirada por el pequeño cuarto pero no estaba, en su lugar encontré un notita bajo la puerta, me envolví en las sábanas y me acerqué hasta a puerta donde recogí el papel. Antes de abrirlo arrugué la nariz, mi última experiencia con las cartas no había sido nada agradable, me decidí y leí el contenido de la carta, cómo era de suponerse, era de Steve, decía que nos veríamos a la tarde en el hangar.
Dejé el papel sobre la mesilla de noche, no pude evitar que una sonrisilla se forma en mi rostro y antes de poder hacer algo más, revise la hora en mi teléfono, en menos de veinte minutos se suponía que Steve me estaría esperando, rápidamente me puse la misma ropa del día anterior y me encaminé hasta nuestro punto de encuentro.
Durante mi breve recorrido por las instalaciones para llegar al hangar no me encontré con ninguno de los Vengadores.
"A lo mejor hay mucho trabajo por aquí"- pensé mientras esperaba el ascensor.
Como siempre, el hangar resultaba un lugar lo bastante amplio para permanecer frío y albergar el eco de mis pisadas, lo que siempre hacía que me volviera hacia atrás asustada, con la sensación de que me seguían, esta vez no fue la excepción, anduve un poco hasta detenerme frente al auto que solía usar Clint y de vez en cuando Steve. Este último apareció instantes después, vestido con un cazadora de cuero, vaqueros y un jersey gris, lo que le regresaba su típico aire gentil y afable, muy diferente a como lucía con su traje de combate.
-Hola- lo salude desde lejos mientras el eco de mi voz se amplificaba por la estancia.
-¿Lista?- fue lo único que dijo antes de llegar hasta el auto.
-Sí- dije enérgicamente- pero antes, debo ir a casa a cambiarme. Llevo puesta la ropa de hace días- añadí reparando en mi apariencia.
Steve hizo una mueca de desagrado a lo que yo lo aparte con un empujón, él se rio y beso mis mejillas antes de abrirme la puerta.
-Las damas primero- rodé los ojos.
-Más te vale portarte bien- sonreí.
No dijo nada más antes de cerrar la puerta, rodear el auto y ocupar su lugar.
-No he visto a nadie de camino hacia aquí. ¿Dónde está todo el mundo?-pregunté en el instante en que él encendía el motor.
-No te preocupes, han de estar trabajo en los últimos detalles del plan, después de todo será en dos días- suspiro y apoyo una mano en el volante mientras que con la mano libre sujetaba la mía, la acercaba a sus labios y depositaba un beso en ella- No hablemos de trabajo, ¿de acuerdo?
-Buena idea, además...habrá tiempo para trabajar después- hice un guiño y sonreí.
-Entonces en marcha.
Salimos de las instalaciones como una exhalación, durante todo el trayecto Steve no había mencionado ni una sola palabra sobre aquello, pero daba la impresión de que quería alejarse de allí lo más pronto posible.
De vez en cuando sentía su mirada sobre mí, no era necesario hablar, el silencio era armonioso entre nosotros. Lloviznaba un poco por aquellos días en la gran manzana, por lo que me entretenía observando las gotas escurrir por las ventanas. Era un ambiente como de ensueño, era como si la ciudad quedara aislada y difuminada tras una cortina de rocío y solo pudiéramos escuchar ocasionalmente el lejano chillido de una bocina o el estrepitoso resonar de una sirena.
El auto se deslizaba por las calles sin ningún problema, hasta que Steve desvío para adentrarse en una de las avenidas más concurridas de Manhattan, estaba atestada de tráfico y la lluvia caía cada vez con más fuerza sobre nosotros. Mire a Steve confusa.
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Código York . (Capitán américa )
Fanfiction15 de Enero de 2014. A continuación, daré una breve presentación acerca de quién soy. Mi nombre es Verónica Mcgouth, soy estadounidense, de una ciudad llamada Holocomb, ubicada en el condado de Finney, Kansas. Nací y me crié allí, sin embargo, nu...