Me sentía tan avergonzada que no note que aun seguíamos juntos, supongo que a Steve no le importaba ni en lo más mínimo, pues no hiso ningún intento de apartarme, mi rostro estaba un poco enrojecido, al igual que mis ojos y ninguno de los dos se atrevía a decir nada.
Respire hondo y espere a que el tono de mis mejillas regresara a su normalidad, cuando me sentí más tranquila lo mire.
-Gracias- dije con una sonrisa.
- No hay de qué ¿te sientes mejor?- se apresuró a preguntar.
-Sí, lo siento.
- Tranquila. Todos tenemos días difíciles ¿no?
Me reí, en nuestro último encuentro yo había dicho exactamente lo mismo.
-Sí, supongo.
-No creo que sea buena idea correr- me miro como quien mira a una hermanita, conocía esa expresión de memoria- ¿Qué opinas de caminar?
- Me parece perfecto.- le sonreí mientras me apartaba y ambos nos pusimos de pie.
- Ahora que te sientes mejor, cuéntame sobre ti- dijo en un intento de entablar una conversación normal.
Con un largo suspiro me dispuse a contarle todo a Steve inicie por explicarle que mi familia era de Holocomb, Kansas y la historia de cómo llegue a Nueva York, sobre mi trabajo como reportera, finalmente le conté sobre mi situación actual. Él escucho con atención.
-Lo siento mucho Verónica, espero que todo mejore.
- Gracias, yo también. Puedes decirme Veth- sonreí cortésmente.- ¿Qué hay de ti?
Suspiro y miro a lo lejos como si viera algo más allá de los rascacielos.
-Me gusta boxear y practicar deporte- apunto.
- Sí que lo he notado- dije riéndome- con ese cuerpo no dudo que seas un boxeador.- le mire atentamente con cierta picardía de ver su reacción ante el comentario.
-¿Gracias?- dijo levantando una ceja- Sí, es más que todo un pasatiempo- cometo él.
Seguimos caminando y charlando, Steve era amable y educado, era muy agradable estar a su lado, teníamos cosas en común como libros, autores o películas, en cuanto a gustos musicales no éramos tan afines. Sin embargo, reíamos mucho.
-¿Pink? ¿Steve Aoki?- pregunte risueña al ver que negaba con la cabeza me reí- No te creo.
- Llevamos diez minutos hablando de música y no haces más que preguntarme por nombres extraños.
Me encogí de hombros.- es la música que escucho, me da la sensación de que nunca usaras mi IPod.
Observé como las comisuras de sus labios se curvaban en una sonrisa.
-Cuenta con eso- me aseguro él.
- Quizás seas un poco más clásico- me lleve la mano a la mandíbula, como si estuviese analizando la situación.- ¡Lo tengo! ¿Elvis Presley?- note como su expresión cambio creo que estábamos mejorando.
- He escuchado un poco de aquella música, no mucho.
- Ya veo, mejor pasemos a otro tema- dije dándome por vencida.
Seguimos caminando, bordeando el lago, a pesar de no saber mucho sobre él, me sentía segura. Steve tenía esa cualidad de agradar, no como las personas que sonríen todo el rato fingiendo ser la cosa más feliz y agradables del mundo.
Por el contrario él irradiaba seguridad y encanto como si fuese el aire que respiraba, además era bastante guapo, alto, ojos azules, linda sonrisa y su rostro, a pesar de parecer duro y reservado podía convertirse en una mueca o algo cómico en cuestión de segundos.
Era mucho más alto que yo, sin embargo, por encima de su hombro vi como muchas chicas se le quedaban mirando casi con adoración, otras malinterpretaban la situación y me miraban con resentimiento, en fin, yo también lo haría en su lugar.
Estaba distraída mirando a una pareja de chicas que pasaron trotando frete a nosotros cuando él hablo:
-¿Qué miras?
- nada- dije sacudiendo la mano.
Él se giró y se topó con las chicas que lanzaron risillas tontas, volviéndose para mirarme me sonrió.
-¿nada?- levanto una ceja.
- suelo mirar a la gente, además es inevitable cuando tu atraes toda la atención.
Antes de que pudiera replicar una de las chicas se acercó a nosotros. Cuando la tuve en frente note que no sobre pasaba los quince, quizás hasta tendría doce. Era bajita, delgada y el cabello cortado en capas le caía detrás de los hombros.
-Hola- le saludo Steve.
La chica sonrió y respondió al saludo mientras la otra que mantenía su distancia estallaba en risas. "Típico"- pensé con picardía.
-Podrías abrir esto- dijo la ella extendiéndole una botella de agua.
-Claro ¿Por qué no?- tomo la botella y giro la tapa. La chica sonrió agradecida.
Cuando la niña reparo en mí dijo:
-¿ella es tu novia?
- no- dijo Steve dirigiéndome una mirada de soslayo.
-Solo somos amigos- secunde yo.
- Harían linda pareja- se aventuró de decir la niña.
- listo- dijo Steve entregándole el agua.
Mire a Steve embobada con un cierto aire de ternura y ¿cariño? Estaba tan abstraída en mis cosas que no note que la chica se había marchado y Steve ahora me miraba divertido.
-¿hola?- sacudió una mano frente a mí.
- Ah, lo siento- respondí regresando a la realidad. Él se rio.
- ¿Pudiste abrirla?
Asintió- No fue difícil.
-¡Que va!- exclame- Esas botellas vienen muy bien cerradas- bromeé.
Mire el teléfono y note que ya era mediodía estaba cansada, a pesar de no haber corrido nos recorrimos la mayor parte del Central Park. Steve adivino mis pensamientos.
-Te acompaño a casa.
- Gracias- dije agradecida.
Cuando llegamos me despedí de él.
-Adiós Vero...- se corrigió- Veth, espero que todo mejore.
-Gracias, adiós Steve- estreche su mano y me acerqué para abrazarle, acto que pareció sorprenderle pero luego correspondió al gesto.
-¿Te veré luego?
- Por supuesto, mañana- respondí yo.
- De acuerdo pasare por ti. -asentí y entre a casa, él se alejó perdiéndose en el gentío.
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Código York . (Capitán américa )
Fanfiction15 de Enero de 2014. A continuación, daré una breve presentación acerca de quién soy. Mi nombre es Verónica Mcgouth, soy estadounidense, de una ciudad llamada Holocomb, ubicada en el condado de Finney, Kansas. Nací y me crié allí, sin embargo, nu...