capitulo 109

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Hola, el capítulo pasado una lectora tuvo una idea, no pude hacer spoiler a mi fic. Este capítulo es algo norteño, pero no es claro al respecto. No es la misma idea que ella planteo pues ya estaba pensado de la forma en que lo escribí y pensé desde que inició el desarrollo de los personajes, hijos de Kylo y Hux. Sepan que este es mi segundo fic publicando y para tres años no puedo terminarlo, el final se acerca; todo lo que sucede en estos capítulos esta escrito en notas desde hace un año aproximadamente. En teoría mis fics están terminados en notas de papel (excepto Stellium, ese se quedo en el ultimo capítulo publicado) y tengo otros en ideas que no están publicados, pero tienen algo de desarrollo por capítulos y escenas. Las tramas ya planeadas es difícil que las cambie y cuando la lectora dijo "él con ella" :0 me quede. ¿como adivinas? en fin, no es algo romántico, es poder así que con esa idea lean este capitulo.


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—¡mis hijos!... "¡mis hijos!"— la voz interior de Rey resuena al mismo tiempo en que las mismas palabras dejan sus labios.

Es un presentimiento, un miedo inexplicable. Rey brinca de su asiento donde oraba a la fuerza para encontrar a sus hijos perdidos. Una alarma se encendió entre la flota por la súbita desaparición de Anakin. Junto a la confirmación de la ausencia de Brendol y Brianna también desaparecidos en dudosas circunstancias.

Rey se recluye en sus habitaciones para elevar oraciones desesperadas; es cuando dentro de una profunda meditación la voz de Abeloth y de ella se unen con zozobra. Camina sin dolencias hasta el puente de mando donde sabe que encontrara a Kylo. Su vestido levanta estelas perfumadas de aire a su paso. El rugido de la seda no pasa desapercibido para los oficiales que cruzan por su paso, son tan estridentes que ocultan el sonido de sus tacones.

Entra al puente, la silueta al fondo transmite la misma preocupación que ella lleva en el pecho. Kylo mira hacia el espacio sin que la presencia de Rey lo haga girar. Ella llega a su lado, el sentimiento de peligro es compartido, Rey conoce esa mirada perdida hacia las estrellas, ese gesto frunciendo el ceño en actitud pensativa.

También cruza sus brazos para ver hacia el mismo punto —¿lo sientes?

—una fuerte perturbación en la fuerza — no se miran, es el miedo a enfrentar a lo predicho hace décadas. Ambos supieron de la eminente llegada de este momento, la caída de sus gemelos, aquellos que pelearan entre si contra sus otros hijos. Los gemelos que harán temblar a las estrellas y al imperio —¿también lo sientes?

Rey niega, la fuerza para ella es un recuerdo, es un presentimiento, una corazonada la única sensación que sus antiguos poderes le permiten, se suma su instinto e intuición y muchas veces no defrauda sus resoluciones, pero hoy es un momento temido y esperado —tengo un mal presentimiento... Ben, recupera a mis hijos — suplica a punta de llanto.

Sus ojos se encuentran, miran en el rostro del otro el paso del tiempo. Sus arrugas que evidencian sus vivencias a la par de la experiencia. Él ya no es aquel hombre iracundo de abundante melena negra, ahora es viejo con líneas grises en barba y cabello. Sus ojos tienen surcos bien marcados que también dejan evidencia de las sonrisas que vivió después de superar sus demonios internos, por lo menos la mayoría de ellos, aún existe uno que lo acosara hasta el final.

Ella mantiene la misma expresión en la mirada, sus ojos que se abrillantan por las lágrimas, muchas veces de pena, otras de alegrías. Hoy es una pena mayor. Su cabello recogido en un moño bajo, ocultan las canas disimuladas con tinturas. Su rostro es un reflejo de sus dolencias actuales que la han consumido dando paso a una delgadez extrema, es casi equivalente a sus días en Jakku treinta años después.

DOS ESTRELLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora