DOS ESTRELLAS

capítulo 107

Un llamado de auxilio se activa desde el borde. Anakin hace una patrulla con el escuadrón donde fue asignado. Su carrera militar va en ascenso siendo este su primer puesto fuera de la academia como elemento de la armada oficial. Graduado con honor e infinidad de reportes por desobediencia.

Su comunicador llama, es Leia quien pide ayuda —no tengo forma de salir de Utapau —planeta casi deshabitado donde señala que fue abandonada por Cade. La cita es un lugar apartado de la ciudad capital, él, en su desconcierto promete estar ahí en dos horas desobedeciendo las ordenes de esperar a un equipo solicitado.

Anakin no va a dejar que pase tiempo y aunque su hermana es capaz de defenderse ante cualquier peligro, la sola idea de ella en algún lugar del desierto es preocupante, Leia no sabe de los peligros con bestias enormes y lo fácil que es morir a causa de los elementos, además de ese instinto protector por acudir al auxilio de la damisela.

Al llegar encuentra a su hermana frente al calor de una fogata, sentada sobre una roca puede verse con actitud pensativa. La fuerza grita miedo y preocupación.

Anakin aterriza muy cerca del campamento improvisado. Leia al verlo corre a su lado para lanzarse sobre él y rodearlo con sus brazos. Es un gesto de cariño real. Abraza a su hermana —ya estoy contigo — la sonrisa honesta de su hermano enternece a Leia.

—sé que no eres capaz de dejarme padecer — rodea la cintura de su hermano clavando su cabeza en su pecho —cualquiera de ustedes acudirá si lo pido... y ese es su problema... creen que soy débil —un blaster dispara a quemarropa un rayo paralizador que lo dormirá por horas.

Anakin no tuvo tiempo de percibir el peligro, no espero el disparo que lo hace caer indefenso sobre el suelo arenoso.

—¡lo tengo! — anuncia a Ginn, la que tiene la nave donde operan.

—estoy cerca... los tenemos — para Ginn no hay celebración. Su voz es despojada de emociones, muy en contraste a Leia que se muestra excitada.

La rubia aterriza a una hora del llamado. Con ayuda de la fuerza Leia lleva a su presa a bordo de su nave. Ginn llega al punto acordado. Anakin mordió el cebo y se muestra orgullosa de la facilidad por tener al pequeño del clan.

Lejos del campamento de Leia, la rubia espero al llamado siendo custodia de sus otras dos presas. Brianna y Brendol fue un dos por uno capturados por ella. Horas antes pidió permiso de aterrizaje a su hermano, él tal como Anakin se siente responsable del bienestar de sus hermanas. Lo dudó antes dado a que por un año no se supo de ella o de los gemelos, aunque no se conoce que hayan causado conflictos. Todo mientras Leia montaba su farsa en Utapau.

La excusa de buscar consejo y ayuda ya que se ha separado de Cade, fue el anzuelo para el general. —Cade y yo nos separamos, no tengo créditos y necesito tu ayuda para volver a casa. — en su desplante cuando abandonaron el Supremacía ella no estuvo involucrada, de hecho, siempre fue una incógnita la ausencia de Ginn en esa reunión del consejo.

Ambas mujeres abusan del instinto protector de sus hermanos, usando esa debilidad para la captura.

Tuvo el permiso para ingresar al hangar de la nave insignia de su hermano mayor. Con astucia espero que él le diera encuentro. Con toda la intención de no ser reconocida permaneció en la cabina hasta que su sorpresa fue doble; Brianna acudió con él. La pelirroja fue a visitar a su gemelo sin ningún motivo relevante, el simple hecho de estar en el lugar y momento indicado para recibir a su hermana menor. Es la fuerza la que quiere que este ahí.

La rubia con calidez recibió la intrusión a su nave. Molesto un poco la exageración de Brianna por exigir una explicación sobre Cade. Casi con desespero hizo preguntas sobre su ubicación y actividad actual, preguntas a las que Ginn dio vueltas mientras armaba un plan para inhabilitar a ambos. Fue simple paralizar a Brendol con su blaster. Tal como Anakin, no esperaba ese rayo cercano que paralizo su cuerpo en un sueño profundo; todo ante la mirada atónita de la pelirroja. Brianna al ver el ataque quiso huir fracasando en su intento, la rubia se adelantó dando otro disparo inmediato por la espalda. Todo en cuestión de minutos. Mantener encendidos los motores le ayuda para un escape limpio. Nadie sabe nada hasta que la ausencia de ambos levanta miedos en el imperio y de eso transcurren horas, casi dos días para Brianna.