Capítulo 10

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Por motivos conceptuales, aclaro las edades de la segunda generación Hightower de la novela. Sus edades no tienen porque corresponder con las de la serie ya que estamos narrando los seis años de casados de Daemon y Rhaenyra, así que los cambios son por el bien de la trama.

Aegon: 19 años

Aemond: 16 años

Helaena: 17 años

Capítulo muy muy largo porque hay mucho drama, y esto solo es el principio. Lean con calma y disfruten.

Recuerden comentar sus reacciones, me encanta leer todos los comentarios y me motiva a seguir escribiendo esta historia :)

Rhaenyra Targaryen no le tenía miedo a nada ni a nadie, pero debía admitir que la asustaba la idea de volver a King's Landing, el que se suponía debía ser su hogar.

Hasta hace una semana atrás, el castillo había sido su casa, su fortaleza. Ahí había vivido con sus hijos y compartidos momentos con su amante, Sir Harwin. De esos sucesos no había pasado más de una semana y media, sin embargo, ya se sentía como si hubiera pasado toda una vida.

—¿En qué piensas, querida? —preguntó Daemon, en alto Valyrio. Aunque no les estaba escuchando nadie, era el idioma que solían usar para hablar entre ellos.

—En lo diferente que es mi vida ahora —respondió Rhaenyra, en la lengua corriente. Daemon frunció el ceño.

—Espero que para mejor —se quejó, y la princesa no pudo evitar sonreír. Alargó su mano para poder tomar la de su esposo y entrelazar sus dedos.

—Por supuesto que para mejor, esposo mío —aseguró ella, y le dedicó una mirada tan profunda que Daemon se sintió pequeño a su lado.

Lo cierto es que Daemon podía imaginarse lo que estaba pensando Rhaenyra. Aunque ella fingiera que la visita no tenía importancia —más importancia de la estrictamente necesaria—, Daemon la conocía demasiado bien como para no darse cuenta del nerviosismo que la invadía.

Si bien él estaba acostumbrado a pasar largas temporadas fuera de King's Landing, exiliado por su hermano, y a hacer enfadar a todo el mundo en la corte, Rhaenyra no lo estaba.

Y estaba claro que la incertidumbre de cual sería su castigo la estaba llevando al borde de la locura.

Daemon estiró la mano de Rhaenyra para poder depositar un beso entre sus nudillos, cariñosamente.

—Estaré contigo todo el tiempo. No permitiré que nadie te falte el respeto —prometió.

Y su promesa era sincera, porque si alguien osaba ofender, aunque fuera mínimamente a Rhaenyra, el príncipe tomaría la justicia por su mano. No le importaba ser el villano de la historia si eso significaba que la mujer a la que amaba estaba a salvo y era respetada.

Cuando el carruaje se detuvo, ambos se dedicaron una última mirada cómplice.

Rhaenyra volvió a entrelazar sus dedos con los de su esposo, justo antes de ser anunciada:

—Rhaenyra, princesa de Roca Dragón y heredera al trono de los siete reinos —Rhaenyra salió del carruaje, con su mano aún tomada de la de Daemon, que se levantaba de su asiento para que ella pudiera salir con facilidad mientras él era anunciado—, y Daemon Targaryen, príncipe...

—Mi consorte —corrigió Rhaenyra, impidiendo que el guardia terminara— Mi consorte real, el príncipe Daemon Targaryen.

Se escucharon murmuros por toda la zona. Si bien los rumores habían corrido como la pólvora en la zona de King's Landing, tener una confirmación tan directa de la heredera al trono era toda una sorpresa.

FIRE ON FIRE (Daemon & Rhaenyra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora