Capítulo 23

1.7K 185 231
                                    

No sé que me pasa que estos días me he sentido más insegura respecto al rumbo de esta novela :(

A veces me pasa que siento que lo que escribo no es lo suficientemente bueno, y eso me desmotiva y me quita la energía creativamente hablando.

Pero bueno, finalmente conseguí hacer este capítulo, tiene una parte más "divertida" y otro momento triste a mi parecer que deja paso para un pequeño conflicto en el siguiente capítulo :)

Helaena y Aemond habían comido un delicioso pastel junto a sus sobrinos después de que Daemon y Rhaenyra desaparecieron escaleras arriba.

La doncella les había hechos algunas preguntas acerca de su vida en la fortaleza roja, preguntas que al no querer responder habían querido evitar.

Aemond rápidamente buscó una excusa para que su hermana y ella pudieran salir de esa conversación.

Cuando estuvieron en el pasillo, Helaena preguntó:

—¿Crees algún día podríamos tener esto?

—No entiendo a qué te refieres, Helaena.

—Esto, hermano. Una vida feliz, en la que no tengamos que oír los planes del abuelo o aguantar el veneno de madre. Una vida en la que simplemente se nos permita... Ser.

Aemond frunció el ceño. Una vida feliz. Que bonito sonaba, y que lejano al mismo tiempo.

—No lo sé, Helaena. Madre jamás lo permitirá —pronunció, mirando a su hermana con cautela—. Estas desposada con Aegon y estoy seguro pretenden que sea rey.

Helaena hizo una mueca triste.

—Madre no ha preguntado mi opinión para dicha unión —dijo Helaena, con pesar—. A lo mejor Rhaenyra aún está dispuesta a desposarme con Jace.

Erase una vez, hacia un tiempo no muy lejano, la princesa Rhaenyra había sugerido terminar con las disputas familiares uniendo a Jace y Helaena en matrimonio, una propuesta que su madre Alicent había rechazado casi de inmediato.

Helaena a veces la odiaba por ello. Su madre no quería casarla con Jace, que era un buen muchacho de corazón noble, pero estaba dispuesta a casarla con su hermano Aegon, que estaba perdido en sus vicios.

Aemond sintió un pinchazo en el estómago al oír hablar a su hermana de ser desposada por Jace.

—¿Quisieras? —preguntó, y al ver el rostro confundido de su hermana, aclaró—: ¿Casarte con él?

—Ciertamente lo preferiría.

La conversación fue interrumpida por un quejido que provenía de arriba de las escaleras.

Helaena frunció el ceño, observando extrañada la planta de arriba. Aemond quiso pararla, pero su hermana fue más rápida subiendo los escalones.

Una vez en la planta de arriba, los quejidos —que, apunto Daemon, resultaron ser gemidos— se volvieron constantes, y se escucharon respiraciones pesadas junto con el quejido de una cama.

Helaena observó a su hermano, extrañada.

—¿Qué es eso? —preguntó.

Aemond la miró aterrado.

Sabía que Helaena no había recibido la charla —esa conversación que se tiene con todas las mujeres jovenes antes del lecho matrimonial— aún.

Aemond se sintió incómodo, intentando encontrar las palabras adecuadas para explicarle a su hermana. Su madre lo mataría si sabía que había osado explicarle tales cosas a Helaena pero, de nuevo, ¿Qué opciones tenía?

FIRE ON FIRE (Daemon & Rhaenyra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora