Capítulo 32

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¡Hola a todos! En este capítulo me jugué el despido en mi trabajo porque lo hice entero mientras trabajaba y lo edité en mi puesto de trabajo, así que por favor comenten para que mi posible despido haya merecido la pena jeje

Dicho esto, aprovecho de hacerme un poquito de spam XD:

He subido otra historia Daemyra a mi perfil bajo el título de "Shameless", la canción de Camila Cabello (siento que es una canción muy Daemyra, escuchenla). Si fueran a leerla me harían muy feliz x

Dicho esto, feliz lectura.

Alicent abrió la puerta de los aposentos de su padre con cuidado, como si el silencio la fuera a ayudar a camuflarse. Otto la había mandado a llamar hacia ya quince minutos y ella había intentado demorar el momento de reunirse con él todo lo posible.

Sabía que el motivo de la reunión con su padre era el anuncio del embarazo de Rhaenyra, y no era un tema del que quisiera hablar.

A Alicent le gustaría decir que se alegraba de la noticia, los embarazos de Rhaenyra nunca fallaban en poner al rey de buen humor, incluso su salud parecía mejorar ante la noticia, y el septo decía que un bebé siempre es una bendición  sin importar quienes sean sus padres o ancestros, mientras sean concebidos dentro del matrimonio.

Las uniones de los Targaryen hacía tiempo que no se consideraban pecado, aunque no todo el mundo en la Fe las considerara naturales o incluso correctas. 

El matrimonio de Daemon y Rhaenyra a ojos de la Fe es ilegítimo, y por lo tanto su descendencia son bastardos.

Alicent suponía que Rhaenyra debía sentir algo de temor ante eso, si es que siquiera le importaba. Todo el mundo sabía que sus tres primeros hijos eran bastardos, aunque no pudieran decirlo abiertamente por orden del rey, y ahora iba a continuar teniendo bastardos de uno de los hombres más peligrosos de Poniente. 

Su actitud era una falta de respeto a la familia real y a los sacrificios que todos ellos se veían obligados a hacer. 

Viserys debería haberse mostrado serio con ella, haberle negado su apoyo, sin embargo estaba haciendo sonar las campanas a cada condenada hora del día para que hasta el último de los campesinos supiera que iba a haber un nuevo príncipe en la realeza.

Alicent suspiró. Sentir odio hacia una criatura que no había tomado un solo respiro en este mundo era pecado, no debería estar pensando de esta manera, pero...

¿Cómo podía alegrarse de que Rhaenyra y Daemon tuvieran una nueva amenaza contra ella y sus hijos? No podía. 

La seguridad de su familia estaba en riesgo. Viserys claramente favorecía a la descendencia de Rhaenyra, no los protegería a ellos si Rhaenyra o sus hijos los amenazaban, como no había protegido a Aemond cuando perdió un ojo, culpándolo de la situación.

Ni siquiera Criston Cole, con lo buen caballero que era, podría contra Daemon Targaryen. Al final, Criston era un guerrero honorable, y Daemon no lo era. No dudaría en atacar por la espalda si eso significaba proteger a su esposa y el hijo que ella llevaba en su vientre, no le cabía duda.

Y cuando Rhaenyra tuviera este hijo, si los Dioses eran buenos con ella, le darían otro, y después otro. No creía que los príncipes fueran a parar en ningún futuro próximo, y cada hijo sería una nueva amenaza. 

FIRE ON FIRE (Daemon & Rhaenyra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora