He estado dos días sin actualizar. Ese es el máximo período de tiempo que han tenido que esperar por un capítulo. ¿Cómo han llevado la espera?
Se supone que este capítulo iba a contener también la escena con los dragones, pero no ha sido posible chiquitos, se me fue la mano escribiendo el pecado.
Que sepan que me doy cuenta de que en las escenas sexosas ustedes desaparecen de los comentarios. Si bien no quiero saber por qué, les pido que no lo hagan en este capítulo o tardaré en actualizar unos doscientos años.
El viaje a Roca Dragón por vía marítima es de los más largos y pesados en todo Poniente, motivo por el cual los Targaryen siempre han preferido ir en dragón.
Aún así, era necesario que el viaje fuera de esta manera. Los largos días en barco permitieron que Daemon y Aemond Targaryen descansaran hasta que sus respectivas heridas estuvieron casi completamente curadas.
La herida de Daemon Targaryen en el pecho estaba cicatrizando a la perfección, y el riesgo de infección ya era prácticamente nulo. Según el maestre podría acompañar al resto en su entrenamiento con los dragones sin problemas.
Aemond se recuperaba algo más lentamente, ya que su tolerancia al dolor era menor que la de su tío y por lo tanto hacía menos esfuerzos por recuperarse. Por suerte, había comenzado a caminar un poco, aunque aún cojeaba, y las heridas y rasguños habían desaparecido.
Cuando anunciaron que habían llegado a Roca Dragón, Daemon saltó básicamente de la cama. Rhaenyra le había prometido que una vez estuviera recuperado en Roca Dragón, sería libre de hacer lo que quisiera, y no había nada que deseara más en el mundo que eso.
Se obligó a pasar por la habitación del muchacho tuerto que aún se retorcía de dolor en su cama de vez en cuando para avisarlo de que habían llegado a su destino. Aemond, emocionado, se levantó de un salto y siguió a su tío.
Rhaenyra se encontraba junto a los niños, ayudándolos a alistarse. Los sirvientes tomaban sus cosas y las iban llevando a la fortaleza.
—Esposo —saludó Rhaenyra, contenta de verlo ahora que sabía la herida había mejorado—. Iba a ir a buscarte ahora.
—No hace falta. ¿Están todos listos? —preguntó, mirando directamente a los niños.
Jace y Lucerys estaban listos y tomaban al pequeño Joffrey en brazos. Sus dos hijas, Baela y Rhaena, también estaban preparadas. Tenían su cabello recogido en una trenza que sabía que les había hecho Rhaenyra la noche anterior, y llevaban vestidos que combinaban con orgullo el azul Velaryon con el rojo Targaryen. Helaena también estaba lista, con un vestido verde que desentonaba un poco. Se la veía nerviosa.
—Aegon —dijo, notando que su tío la observaba—. No sé dónde esta Aegon.
—Molestando a alguna doncella, seguro —dijo Aemond—. O bebiendo.
No podía estar bebiendo, ya que Rhaenyra se había encargado de vaciar todo el alcohol del barco en el mar. Odiaba ver a su hermano siempre alcoholizado, incapaz de actuar como una persona normal, así que decidió tomar cartas en el asunto. Pronto descubrió que, cuando Aegon no estaba alcoholizado, parecía estar ansioso y asustado. Se encerraba en su habitación y evitaba salir a toda costa. No quería coincidir con Rhaenyra, ni tampoco con su hermana Helaena.
—Ya vendrá —aseguró Aemond.
Daemon dejó la orden de que quien encontrara al mocoso perdido —sus palabras textuales— debía llevarlo a la fortaleza, sano y salvo.
—Bienvenidos, príncipes —saludó una de las doncellas de la casa, haciendo una reverencia—. Es un placer tenerlos de vuelta de nuevo. La casa estaba vacía sin ustedes.
ESTÁS LEYENDO
FIRE ON FIRE (Daemon & Rhaenyra)
FanfictionDiez años han pasado desde la última vez que Daemon y Rhaenyra coincidieron. Ambos han rehecho sus vidas lo mejor que han podido, pero cuando se vuelven a ver se dan cuenta que hay fuegos que nunca dejaron de arder. A lo mejor es verdad lo que algun...