Capítulo 3

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Gina

Después de dejar atrás a Francis, entré en la oficina de mi padre y lo encontré sentado detrás de su escritorio observando fijamente los pechos de una mujer rubia que se encontraba sentada en el borde del mismo, inclinada hacia él, y con el trasero cubierto por la poca tela de su vestido negro sobre los papeles que mi padre debería estar revisando.

—Sal de aquí —ordené y ella salió de la oficina lo más rápido que pudo sin dejar de mirar el suelo. Dirigí la mirada a mi padre nuevamente. —¿Possiamo parlare? (¿Podemos hablar?) ¿O prefieres seguir viéndole los pechos a Mónica?

Mantuve mi mirada firme sobre él, esperando una respuesta.

El ambiente se sentía cada vez más tenso, el silencio nos rodeaba y parecía no tener fin mientras nos retábamos con la mirada.

Nuestra relación era muy hostil.

Me acerqué con pasos firmes, sin bajar la mirada, y le eché un vistazo a los papeles que debían estar guardados bajo llave y no debajo del trasero de la mujer de turno que conseguía mi padre.

Deslicé la mirada por las hojas y con rapidez supe que todo marchaba bien con la mercancía. Todo llegaría a tiempo, pero con aumento.

—Dime, ¿qué haces aquí? —preguntó en un tono tranquilo, pero sabía que así disfrazaba su indiferencia. Buscaba cambiar el tono y mirarme con menos odio para intentar que sea la hija obediente que siempre deseó, una que no soy. No iba a engañarme, y sus tácticas solo me enfurecían.

Sabía que no me quería, que había dejado de hacerlo cuando lo desafié y me convertí en un miembro más de nuestra familia.

Me había convertido en la primera mujer iniciada, y eso jamás lo olvidaría. Ni perdonaría.

Fui más inteligente y audaz, y me convertí en alguien indispensable entre todos los hombres de mi padre.

Si hubiera nacido varón, no estaría en mi contra ni pondría obstáculos en mi camino. Mi padre envidiaba la fuerza que poseía y odiaba mi género.

—No vine por gusto —respondí lentamente para fastidiarlo. —Últimamente he notado que los Sparrow han estado muy cerca de nosotros, necesitamos un insider dentro de su clan.

Apoyé mi mano izquierda sobre el escritorio mientras que la otra se mantenía en mi cintura, cerca de la pistola que llevaba conmigo.

Figlia (Hija), ya lo he hecho y no hemos descubierto absolutamente nada. No están planeando ataques hacia nuestra familia —respondió, apoyando una mano sobre los papeles y observando dudoso mi mano sobre el escritorio. Al notar que estaba por tocar mi mano para apaciguarme, la quité inmediatamente y di un paso atrás.

Ya no lo quería como cuando había sido una niña pequeña e ingenua, no había confianza ni cariño y ya no me importaba lo que le pasara. Aunque en el fondo, quería volver a tener un poco de la relación que teníamos antes.

Quería que dejara de rechazarme.

—Le tienes mucha confianza a una persona que has visto sola una vez, ¿no te parece que eso ya es un motivo para desconfiar? —contesté con voz dura, cortante, en busca de una respuesta rápida, una que no llegó. —Yo no confiaría en un hombre que jamás he visto y con el cual no crucé más de dos palabras. Los Sparrow pudieron haberlo matado o comprado para obtener información sobre nosotros.

El cabello suelto y corto por arriba de los hombros me dificultaba la tarea de fulminar con la mirada a mi padre con cada palabra que salía de mis labios, deslicé una de mis manos por mi cabello y continué hablando.

Capture to Sparrow ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora