Capture to Sparrow ©

Capítulo 40

Gina

Cerré la puerta de la habitación de la pelirroja, muy divertida por la conversación que tuvimos.

Era una chica muy transparente, todo lo que sentía o pensaba, se reflejaba en su rostro.

Mi hermano la había confundido con su actitud cuando la visitó antes que yo.

¿Se habría comportado serio? 

Se notaba que estaba resistiéndose, que odiaba lo que había hecho y que se sentía molesto al retener a la hermana de Sparrow en nuestra mansión.

Parece que finalmente tienes una debilidad, fratello. Y la he encontrado, pensé sonriendo de lado.

La pregunta es, ¿cuánto tiempo te vas a resistir a ella?

—Gina... —escuché mi nombre a mi espalda. Al dar media vuelta, me encontré con Owen Wixx, quien caminaba rápidamente hacia mí.

Nuestra relación seguía siendo la misma que antes y no cambiaría mi forma de ser por haber sucumbido a la tentación.

Un par de guardaespaldas que estaban en el pasillo, nos observaron disimuladamente.

»Tu padre solicita tu presencia en su oficina. También mandó a llamar a Francis.

Lo observé detenidamente antes de asentir y caminar a la oficina de aquel viejo bastardo.

Seguramente se trataba de un tema serio.

Cuando llegué, apoyé una de mis manos en el pomo de la puerta. Así estuve por un largo rato, recordando que cada vez que iba allí, todo acababa mal.

Cuando entré, Francis ya se encontraba dentro.

Me coloqué cerca del escritorio, de pie al igual que Francis, manteniendo las manos en mi espalda, cerca de la pistola que llevaba escondida.

Dirigí la mirada hacia Francis, quien estaba observando a padre fijamente, luego volví a ver al hombre viejo del otro lado del escritorio. 

Parecía estar buscando las palabras para comenzar a hablar.

Su mirada iba entre mi fratello y yo.

—Los quería reunir a ambos por lo sucedido anoche —comenzó, manteniendo sus manos sobre el escritorio.

Yo lo miraba con odio, estaba segura que haría lo que quisiera Francis para ir en mi contra.

»Compraron a la hermana del enemigo, y ahora la tenemos en una de las habitaciones porque tú, Gina, la hiciste secuestrar previamente —hizo una pausa, mirándome fijamente, no sabía lo que diría a continuación, y me preparé para atacar si era necesario.

»Y eso, querida figlia, fue una gran idea —finalizó y apoyó la espalda en su sillón, riendo como una hiena, sorprendiéndome.

Me detuve en seco, estaba completamente confundida. 

No lo creía. 

Hice todo lo que pude para disimular muy bien mi asombro y lo miré sin expresión.

Aunque Francis no lo ocultó, se veía aún más sorprendido que lo que yo lo estaba por dentro.

—¡¿Qué?! Padre... —no sabía cómo continuar, parecía que le habían robado las palabras.

Pero lo conocía. 

Francis estaba buscando en su cabeza diferentes formas para intentar convencerlo y que pensara lo opuesto, Padre apoyó los codos en el escritorio y lo interrumpió levantando una mano.