Capítulo 28

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Everlynn

Me desperté muy temprano en la mañana ya que Kenta Azumaya entró en la habitación sin previo aviso y por instinto cubrí mi cuerpo, vestido solo con ropa interior, con las sábanas, esperando a que se fuera.

Él se acercó a las puertas de su placard, sin mirarme en ningún momento, y las abrió para sacar la ropa que utilizaría ese día. Pantalón, camisa y zapatos.

Lo único que cubría su cuerpo era un bóxer.

En el último mes había estado durmiendo en el sofá de la sala de estar de la habitación, dejándome la cama solo para mí. Pero en las mañanas entraba a buscar lo que usaría en el día, y comenzó a ser costumbre despertar en el momento en que abría la puerta.

En aquel momento se encontraba dándome la espalda mientras se cubría su musculosa piel aceitunada con la camisa blanca y luego la abotonaba lentamente, mirando al frente.

Yo me encontraba en ropa interior negra debajo de la sábana blanca, ropa que él me había comprado la mañana siguiente del día en que llegué a la mansión Sparrow y pagó con su tarjeta de crédito.

Seguíamos todos los pasos para fingir una relación fuera de aquella habitación.

Al finalizar, le devolvería todo el dinero.

Lo vi terminar de vestirse, sintiendo calor bajo la fina sábana y un momento después giró sobre sus talones.

Me vio con la sábana hasta el cuello, sonrió y comentó, divertido y burlón:

—Hace un mes que entro en esta habitación para vestirme, y siempre te escondes detrás de esas sábanas. Como si no supiera lo que llevas puesto... —Sus ojos brillaron ante el comentario final. Claro que sabía lo que llevaba puesto. Aquel día que me llevó de compras, miró detenidamente cada prenda de vestir y pagó por ellas. Agarró un saco gris del placard, el cual combinada con su pantalón, y se detuvo a los pies de la cama para decirme antes de irse: —Vístete y baja, tengo nuevas noticias.

Lo miré fijo, con ganas de oír inmediatamente esas noticias. Pero aunque quise, no dije ninguna palabra para detenerlo.

Cuando cerró la puerta detrás de su espalda, me levanté y fui a los cajones del placard por mi ropa.

Me puse una camiseta, calcetines y jeans, luego peiné mi cabello con las manos y salí de la habitación.

Encontré mis zapatos al costado de la puerta y me los puse, apoyando mi mano en el marco de la puerta, sin Kenta Azumaya a la vista.

En el baño me lavé la cara y los dientes, cepillé mi cabello y lo acomodé sobre el hombro, cubriendo la cicatriz en mi rostro.

Volví a la habitación, agarré mi celular de arriba de la mesita a un lado de la cama, miré la hora y lo guardé en el bolsillo del jeans.

Cerré la puerta a mi espalda y aproveché el silencio de la sala para pensar.

¿Qué serían esas nuevas noticias?

Tomé aire antes de dirigirme a la puerta de salida. Recorrí el pasillo y bajé las escaleras lentamente.

En unos días, Stormy Sparrow volvería a la mansión. 

Todos bajo aquel techo sabían que no era algo que deseara, ya que al pisar la ciudad tendría que casarse de inmediato. Todo estaba preparado para que sucediera. Era inevitable.

Al terminar de bajar y girar hacia el pasillo que conducía a la cocina, vi a Azumaya hablando con un guardaespaldas de la mansión, al verme detuvieron la conversación al instante.

Capture to Sparrow ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora