Capítulo 11

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Everlynn

Salí de la sala de interrogatorios con los dientes apretados, aplacando mis deseos de volver con el Sr. Azumaya para tener otro tipo de interrogatorio, y ocultando mis emociones.

Quería vengar la muerte de mi hermana, y para ello debía seguir siendo la habitual mujer serena y controlada. 

Nada debía ni podría hacerme salir del camino hacia mi objetivo final.

La noche en que un Sparrow asesinó a mi hermana, no pude quedarme llorando sobre su cuerpo perdiendo calidez sobre la alfombra en la oscuridad de la sala, porque fui testigo de su asesinato y también me querían muerta.

Corrí hacia la puerta principal, los disparos se hicieron oír y las balas casi rozaban mi cuerpo.

La adrenalina y el miedo me impulsaron a correr sin mirar atrás, a salvar mi vida.

Al salir a la calle, la oscuridad me rodeaba y me atreví a detenerme unos segundos en la vereda de enfrente, dar media vuelta y observar la silueta de mi hogar.

Los disparos ya no se oían, el silencio era ensordecedor y el corazón me latía frenéticamente.

Me quedé allí, quieta, y fue un error.

Un disparo rompió el silencio en esa noche sin luna y la bala dirigida hacia mí me rozó el lado izquierdo del rostro, a lo largo de la mandíbula.

Mis piernas se pusieron en movimiento antes de que pudiera formar un pensamiento coherente debido al miedo a perder la vida.

Había dado media vuelta en menos de un segundo y corrí entre las casas y los patios de los vecinos, buscando la manera de desaparecer en la oscuridad de la noche.

Kenta Azumaya había visto mi cicatriz, preguntado al respecto y aquello me llenó de interrogantes.

Él podría ayudarme a saber muchas cosas sobre aquella noche.

Debiste ser muy joven en aquel momento [...] ¿Tenías diecisiete? ¿dieciocho?

No, tenía veintiún años cuando sucedió, pero él no tenía porqué saberlo.

El nuevo Capo es quien entró en tu hogar y asesinó a tu hermana a sangre fría.

¿Por qué un Sparrow lo haría?

¿Por qué fue asesinada?

¿Cuál fue la razón?

Comencé a mirarlo fijamente por la pequeña ventana que daba a la sala. Él no podía verme, y era mejor así, me sentía confundida, llena de incertidumbre y algo perdida.

Él se veía completamente tranquilo, observando los alrededores con detenimiento, parecía que estaba analizando la sala de punta a punta.

Dos agentes se acercaron por el pasillo hacia mí, llevarían a Azumaya a una celda dentro de la central.

Cerraron la puerta detrás de ellos, se acercaron a él y lo sujetaron por los brazos, no opuso resistencia.

Se levantó de la silla, miró directamente hacia el vidrio de la ventana, hacia mí, y no quitó la mirada de mis ojos.

Parecía que sabía que me encontraba allí.

Un agente abrió la puerta, Kenta Azumaya volvió a conectar su mirada en la mía, esa vez sin nada en medio, erizándome la piel.

—Srta., espero que nos volvamos a ver —murmuró con una sonrisa pequeña, misteriosa. Me tensé mientras que la sorpresa me invadía. —Y espero que el misterio que la rodea, sea resuelto.

Capture to Sparrow ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora