Capítulo 14

344 245 236
                                    

Gina

Observé a Owen por varios segundos antes de pasar por su lado y salir de la oficina de mi hermano.

Con pasos decididos, dejé atrás al hombre que solo me había hecho la vida imposible desde que lo conocí.

Y no era el único imprevisto que me había sucedido últimamente.

Tenía que contactar a Kenta Azumaya, necesitaba saber dónde estaba y como iba nuestro plan, pero había desaparecido.

Habíamos estado tan cerca de poder ejecutar el plan de una vez por todas.

Las buenas oportunidades no llegaban tan fácilmente y él no daba señales de vida.

«Kenta... ¡Eres un gran idiota!», pensé, enojada.

Le di un fuerte puñetazo a la pared del pasillo que recorría. Me lastimé los nudillos, los cuales sangraron un poco, y no me importó, pero sí la frustración que sentía porque la maldita oportunidad de acabar con los objetivos se esfumaba ante mis ojos.

—Gina —me llamó Owen, y al mismo tiempo le di otro puñetazo a la pared. —¡Gina, detente!

Se acercó rápidamente, me agarró por la muñeca y evitó que golpeara la pared por tercera vez.

Intentó ver las heridas que me había autoinfligido y tiré con brusquedad de su agarre y comencé a gritarle.

—¿Acaso no tienes algo más productivo que hacer que estar siguiéndome, pedazo de imbécil? —Estaba de muy mal humor por los últimos acontecimientos, Owen Wixx siguiendo cada uno de mis pasos y la desaparición de Azumaya, y me importaba un carajo insultar a la persona que tenía o no la culpa de ello. —I can take care of myself, sucker. (Puedo cuidarme sola, imbécil) —dije en inglés entre dientes.

¿Por qué tenía que meterse en un asunto que no era suyo? Si me lastimaba era mi maldito problema.

¿Por qué no lo llevaban a alguna agencia de modelos para que dejara de molestarme?

Al principio parecía sorprendido, pero después poco a poco esbozó una de sus sonrisas, las cuales podían confundirse con coquetas, me observó, inclinó su cuerpo hacia el mío y murmuró:

—Ese es mi trabajo.

Me enojé aún más.

—Oh, fottuto figlio di puttana. (Maldito hijo de puta) —mascullé en italiano y agarré el cuello de su camisa con la mano izquierda, tiré hacia mí y levanté mi puño derecho con los nudillos ensangrentados para que mi tercer puñetazo sea en su rostro.

Pero lamentablemente no pude realizar dicha acción porque el sonido de mi celular interrumpió el momento. Lo empujé y busqué el aparato en el bolsillo de mi pantalón.

Podían ser buenas noticias, la persona que estaba llamándome era Kenta Azumaya.

Kenta, osowa retatte kiita yo' (Kenta, he oído que te han atacado) —comenté seriamente, cambiando del español al japonés.

No quería que Owen Wixx entendiera ni una sola palabra.

Gina, doko ni iru no? (Gina, ¿dónde estás?) —preguntó desde el otro lado de la línea.

Capture to Sparrow ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora