Capítulo 35

58 46 30
                                    

Everlynn

Sparrow abrió fuego.

Disparó directamente a la cabeza del presentador/subastador, haciéndolo caer en el suelo del escenario. Muerto.

No le había gustado nada que vendiera a su hermana al enemigo.

Los guardaespaldas que habían venido con nosotros y estaban a los lados del pasillo que conducía a los baños, dispararon a los hombres de seguridad que salieron de los costados del escenario y por el ascensor, con armas en mano.

Con un movimiento rápido, levanté la falda de mi vestido y saqué la navaja sujeta por la liga en mi muslo mientras Azumaya sacaba el arma del interior de su saco, y disparaba contra unos hombres de seguridad que estuvieron a punto de dispararme.

Hubo algunos que se quedaron sin balas y se acercaron lo suficiente para que lograra apuñalarlos en el estómago.

Sparrow dejó de disparar en contra de los hombres de seguridad y comenzó a hacerlo contra los Leone.

Ambos hermanos se ocultaron detrás de la mesa delante de ellos y contraatacaron, disparando contra el sillón que Sparrow volcó para ocultarse, alejado de nosotros.

En medio de todo aquel tiroteo, Francis Leone dejó de ocultarse y corrió hacia el escenario, disparando a todo aquel que fuera una amenaza, con Gina Leone cubriéndole la espalda, yendo en busca de lo que había comprado.

La hermana de Sparrow.

La chica se encontraba en el suelo del escenario, completamente adormecida e inconsciente.

Él la cargó en sus brazos de inmediato mientras su hermana continuaba cubriéndole la espalda, disparando a todo hombre de seguridad que se le abalanzaba o acercaba demasiado.

La mayoría de los presentes habían muerto, solo quedaban vivas ambas familias mafiosas enemigas con un par de sus guardaespaldas.

—¡Cuidado! —exclamó Azumaya a mi lado.

Un momento después me rodeó con sus brazos, nos tiró al suelo y rodamos. Los disparos atravesaron los sillones a nuestro lado.

Sentí mi corazón latir a mil en mi pecho, sintiendo todo el peso de su cuerpo sobre el mío.

Agarró una pistola abandonada cerca de nuestras cabezas, dirigió su mirada hacia mí, encontrando mis míos y luego tomó mi mano en la suya para entregarme el arma.

—Con esa navaja, solo vas a lograr que te maten —dijo fríamente, haciendo que mi respiración se cortara por una milésima de segundo por lo duras que sonaron.

No estaba acostumbrada a que me hablara así y no dejé que pudiera ver que me afectó.

Inmediatamente después de decir aquellas palabras, agarró mi navaja a un lado de mi cuerpo y la lanzó hacia uno de los guardias de seguridad que intentó dispararnos, atravesando su cuello.

Me alejé bruscamente de él, empujando su cuerpo a un lado y me levanté por mi cuenta.

Miré alrededor y vi a los pocos invitados que quedaban vivos, huyendo hacia el ascensor.

Capture to Sparrow ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora