Capítulo 4

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Stormy

Subí al coche con molestia, cerrando la puerta de golpe y observando a Federico, sentado frente al volante, quien me observaba por el espejo retrovisor interior.

Su mirada era seria y fría, como la de todo guardaespaldas.

—Srta. Sparrow, usted no puede salir sola de la casa y lo sabe —dijo con calma, pero me estaba fulminando con sus ojos color café.

Deslicé una mano por mis rizos sin decir nada.

Mi segundo guardaespaldas, Scott, entró por la puerta a mi derecha, se sentó y mantuvo distancia, mirando al frente.

Volví a dirigir la mirada a través del espejo retrovisor interior para encontrar la de Federico, viéndolo en su impecable traje negro y su típico peinado hacia atrás con gel.

—Sí, lo sé, Federico —respondí, y apoyé el codo en el borde de la puerta y la espalda en el asiento, mientras observaba al guardaespaldas rubio en el asiento del acompañante, William.

El rubio y los dos castaños eran los hombres que mi hermano había asignado como mis guardaespaldas personales las veinticuatro horas del día. Eran los hombres en los que más confiaba, y estaba segura que con mi escape por el balcón de mi habitación, iban a tener grandes problemas con mi hermano.

Igual que yo.

—Su hermano está muy enojado, Srta. No esperó que algo como esto sucediera nuevamente y no solo usted tendrá problemas con él —dijo William con la mirada en el exterior.

—Seguro hará lo mismo de siempre —murmuré con la mirada fija en él, no soportaba ese tipo de conversaciones.

Sabía que habría consecuencias.

Pero el enorme sermón que me diría mi hermano por haberme escapado o el castigo que me pondrá, no dejarme salir ni de compras, no evitaría que lo volviera a hacer.

Anhelaba la libertad y estaba dispuesta a escapar mil veces más para obtener pequeños destellos de ella.

—Sí —murmuró antes de que Federico comenzara a conducir por las calles de la ciudad, las cuales me llevarían a la prisión de la que había escapado anteriormente.

Incliné mi cuerpo hacia la puerta para ver el exterior, los edificios altos que nos rodeaban y los autos en movimiento que iban igual de rápidos que el nuestro.

Nos alejamos un poco de los lugares concurridos de la ciudad, mis guardaespaldas se desviaron, haciendo lo que siempre les pedía antes de volver luego de mis escapadas. Buscaban lugares con menos tráfico, algo de calma antes de llegar al caos que habría en casa.

Pero duró poco.

Nos estaban siguiendo.

Giré mi cuerpo en el asiento trasero, a través de la luneta vi tres motocicletas que se estaban acercando a toda velocidad hacia nosotros, le toqué el brazo a Scott para que observara lo mismo que yo e inmediatamente confirmó lo que sospechaba.

—Nos están siguiendo —comunicó a todos dentro del coche. William también lo había notado y miraba hacia atrás por el espejo retrovisor lateral a las tres motocicletas.

Capture to Sparrow ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora