Capítulo 37

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Francis

Detuve el coche delante de la puerta de la mansión, bajé y fui hasta la puerta trasera para cargar en brazos a Stormy Sparrow, quien todavía se encontraba inconsciente.

Ninguno de los disparos habían impactado en las ventanas de atrás y se encontraba sin cristales encima.

Crucé por las puertas de la mansión rápidamente y la subí por las escaleras, hasta llegar a los baños del final del pasillo.

Allí abrí la puerta como pude y la dejé en el interior de la bañera con cuidado.

Me quité el saco y la corbata, ambos me estaban sofocando y lo tiré todo a un lado, abrí el grifo y dejé que el agua cayera en el interior de la misma, intentando enfriar su cuerpo.

Tenía que bajarle la temperatura, por suerte, la cual no era mucha.

Se encontraba así por la droga que les obligaban a tomar a todas las mujeres antes de una subasta.

Las querían dóciles y adormiladas para que sea fácil tratar con ellas.

—Stormy —susurré con suavidad mientras tocaba su mejilla con el dorso de la mano, esperando que despertara. —Stormy, despierta...

Necesitaba ver que estuviera bien.

Reaccionó vagamente, dirigiendo su cabeza en mi dirección, parpadeó un par de veces, buscando enfocar la vista en quien le habló.

Gina apareció y apoyó el hombro en el marco de la puerta, mirándome con una sonrisa cínica y victoriosa en el rostro.

—Fuiste tú, ¿no es así? —pregunté, observándola con detenimiento.

Supo a lo que me refería.

—Sí, yo pagué para que la secuestraran —confirmó, mirándome y cruzándose de brazos.

Lo sabía. Sabía que era imposible que algo así sucediera sin más, no era una simple casualidad.

Aquello no podía ser todo obra de Los Hiena, había alguien más detrás.

Alguien que pagó para que ellos la secuestraran y la entregaran en la subasta para que la vendieran por diversión, para demostrarle a Sparrow que no le tenían miedo y también para reírse en su cara.

Todo era parte de un plan.
Y mi hermana estaba involucrada.

—¿Por qué? —pregunté, mirándola con el ceño fruncido desde el suelo, al lado de la bañera. —¿Estás deseando iniciar una guerra con los Sparrow?

No la comprendía y quería hacerlo.

—¿Acaso no te gusta lo que has comprado, fratello? —inquirió sarcásticamente, manteniendo una mirada de fastidio en sus ojos, dirigidos directamente a la bañera.

»Yo misma vi en las grabaciones de las cámaras de seguridad del Club Leone como le echaste el ojo aquella vez, hasta bailaron.

Lo que dijo inmediatamente me heló la sangre en las venas.

Me quedé sin palabras, sin saber que decir en ese momento.

Ella sabía sobre nosotros.

»Nos servirá para tener controlado a Sparrow, así que no hemos gastado dinero en vano —continuó.

No podía creer que en ningún momento me di cuenta de lo que Gina había planeado.

Ella nunca era así de discreta.

—Pero esta no era la manera —susurré por lo bajo, dirigiendo mi mirada a Stormy.

El agua había cubierto parte de su cuerpo, se veía más pálida por la fiebre. Tenía los ojos cerrados y respiraba entre sus labios rojos entreabiertos.

Gina chasqueó la lengua.

—Va a estar mucho más feliz aquí que en su mansión, fratello —comentó dirigiendo nuevamente su mirada a Stormy.

»Parece que no sabías que está comprometida. Ella hubiera sido muy infeliz con su vida de casada.

¿Comprometida? No tenía idea.

Y no importaba, finalmente la tenía conmigo.

El último mes su recuerdo no abandonó mi mente.

Su cuerpo bailando pegado al mío.

El beso que nos dimos.

Toda ella seguía allí.

Las noches en el club no fueron las mismas cuando me iba sin verla.

Esperaba aquella tercera vez para no dejarla ir fácilmente, y la oportunidad se presentó cuando la subieron al escenario.

Pero...

—Tal vez no debí comprarla... —dije en un suspiro, mientras miraba su rostro y cabello pelirrojo húmedo. 

—Sí debiste —me contradijo inmediatamente. La miré sin comprender. Ella me miró levantando una ceja y volvió a mirarla.

»Si no lo hubieras hecho, hubiéramos seguido allí toda la noche, fratello —La observé con detenimiento, había algo que no me estaba diciendo.

»Antes de ir a la subasta, me comuniqué con el subastador y le dije que si ofrecías un precio, te la vendieran. Inmediatamente.

Asimilé sus palabras.

Envió a Los Hiena a secuestrar a Stormy Sparrow para que luego sea subastada, y si me proponía comprarla, la obtendría.

No podía creer lo que había hecho.

Quería molestar a Sparrow y con ello me estaba ayudando.

Se acercó a paso lento, observó a Stormy en el interior de la bañera, colocó la mano sobre la frente de ella, y luego la quitó antes de hablar.

—Déjala allí, en agua fría, hasta que se le baje la temperatura, luego llévala a una de las habitaciones de huéspedes —dirigió su mirada nuevamente hacia mí. No le había quitado la mirada de encima en ningún momento. —Cuando compré mi vestido hoy, también compré algunos para ella.

Me sorprendí. Al parecer Gina lo tenía todo preparado.

Dio media vuelta, caminando hacia la salida, bajo el umbral de la puerta me dirigió una última mirada y me dejó solo con Stormy.

Miré a la chica, mojé una de mis manos con el agua a su alrededor y la pasé por su frente, intentando bajarle la temperatura.

Me había dicho que la tercera sería la vencida, que la tercera vez que la viera no la dejaría escapar, pero nunca pensé que sucedería de aquella manera.

Capture to Sparrow ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora