Capítulo 8

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Gina

Al salir de la propiedad de Sparrow por una puerta de hierro, dejando atrás los largos muros y varias propiedades, llegamos a una calle desierta.

Parecía un túnel.

Owen Wixx se acercó a una lona negra y reveló lo que había debajo tirando con fuerza.

Hubiera salivado si no hubiera tenido la boca cerrada.

Ese imbécil tenía una hermosa y negra Harley Davidson.

Para mí eso no era un vehículo, era la octava maravilla del mundo.

Montó, encendió el motor y miró hacia atrás, esperando por mí.

—Sube, tenemos que irnos.

—Baja —ordené, apuntándole con el arma.

¿Creía que confiaría en él después de todo?

Era tonto si creía que algo así sucedería conmigo tan rápido.

Los errores que cometí en el pasado me enseñaron que las personas pueden traicionar en el momento menos esperado.

Bajó de la moto y caminó hacia mí con los brazos a los lados del cuerpo.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó con el ceño fruncido, sin detener sus pasos.

Disparé.

Dio un paso atrás por el impacto de la bala muy cerca de sus pies. Por el momento, no lo mataría.

—¿Creés que te dejaré conducir sin saber a dónde me llevas realmente? —pregunté retóricamente mientras lo fulminaba con la mirada.

Un momento después, solté una carcajada ante la absurda situación, parecía creer que ya había ganado mi confianza, y luego un gemido de dolor me hizo contraer el rostro. Bajé el arma y toqué con una mano una herida en mi costado.

Un líquido caliente color carmesí se filtró entre mis dedos.

—Maldita sea, estás herida —exclamó y se acercó a la velocidad de un rayo.

Me quitó el arma de la mano, la guardó en su espalda y llevó sus manos a la mía para inspeccionar la herida.

—Déjame —dije, llevé la mano libre a mi espalda por la otra arma para amenazarlo y la herida solo dolió más, bajé el brazo inmediatamente.

Mi adrenalina se había desvanecido por completo.

—Déjame curarte —pidió, llevando su mano a mi brazo en un gesto tranquilizador.

No quería que se me acercara, tocara o mirara mis heridas.

Siempre me las había arreglado sola, no iba a comenzar a necesitar la ayuda de un hombre para salir adelante.

Let me go! I don't want your help, sucker! (¡Déjame ir! ¡No quiero tu ayuda, imbécil!) —exclamé y di un paso atrás, apretando la herida con ambas manos.

No le importó lo que le dije, me llevó con una mano apoyada en el medio de la espalda hasta la moto y me empujó con delicadeza hasta que me senté.

Capture to Sparrow ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora