Hakan Bolat.
Estaba sentado tratando de dibujar algo, no tenía nada que hacer y en mi mente solo estaba como traté a Celeste, ella no se merece estar con un asesino, no quiero que pase el resto de sus días visitandome aquí, ella merece ser libre poder criar a Emanuel, ay el campeón Emanuel como estarán, suspiré y me acosté.
Uno de los oficiales golpeó la celda eso indicaba que era hora de la comida, caminé hasta el comedor, recibí la asquerosa comida y me senté alejado de los demás, no sé si no tenía hambre o realmente esta comida es para nada apetecible, revolví el puré de dudosa procedencia, y sentí que alguien se sentó frente a mi.
— No quiero problemas — Dije sin levantar la vista.
— Estas muy cambiado hermano — Levanté mi vista para encontrar a Burak.
— ¿Que Diablos haces aquí?. — Golpeé la mesa.
— Lo mismo que tú. — Dijo calmado.
— ¡Yo no maté a mamá! — Reclamé.
— Yo tampoco lo hice. — Llevo sus manos a su cabeza. — Hakan enserio no lo hice.
— Jaja si mira y yo seré sacerdote, amén hermano ven para purificar tu alma estúpido.
— Deja de tratarme así, yo no maté a mamá. — Movía sus piernas en señal de intranquilidad.
— Te prohíbo que la nombres — levanté mi puño pero lo esquivo.
— Hakan, no busco problemas porfavor escúchame. — Me senté fingiendo calma.
— Está bien habla. — Volví a mirar la comida.
— Yo no lo hice... — lo interrumpí estampado mi puño en su cara provocando que cayera al suelo.
— Por un demonio Hakan ¡calmate! — me fui sobre él di varios puñetazos en su cara, no podía evitar las lágrimas de rabia, de impotencia, de no poder regresar a mamá.
— Para para porfavor — Suplicó y detuve mis golpes, me levanté pero caí al suelo por un patazo que me dio, el golpe en mi espalda me dejó sin aire, sentí su puño cerca de mi labio.
— Mataste a mi madre ¡ nunca te perdonaré ! — grité con rabia.
— Fue papá. —Dijo y escupí sangre que tenía en mi boca y cerca de mí labio.
— No metas al viejo en esto — Corrí hacia él pero los policías nos detuvieron.
— Controlence, a las celdas de castigo, parece que a ambos les hace falta baños de agua helada. — a ambos nos llevaron hasta las celdas de castigo.
Un cuarto pequeño, sin ventanas, ni luz, un baño sucio y posiblemente ratas en cada esquina. Me sente en el suelo, no pude contener el llanto, recordar como encontré a mamá es devastador ¿porque lo hizo?.
Escuché como alguien me nombraba, reconocí su voz de inmediato, Burak.
— Cállate de una vez por todas.
— No me callare hasta que me creas que fue papá quien mató a mamá, fue él quien me drogo y disparó en su frente. — Gritó desde otra celda.
— Tienes tus manos manchadas de sangre como yo, no metas al viejo en esto. — llevé mis manos a mi cabeza y el solo pensar en que fue papá el que lo hizo no me deja en paz.
— El me drogo y le disparo, estoy más que seguro que fue el quien mató a Ekin. — No respondí nada, puedo estar huyendo de un crimen que no cometí.
...
Pasamos tres días castigados, ambos estamos mal heridos, en enfermería limpiaron mi herida y salí de la misma, dijeron que tengo visita supongo que es Celeste, no quiero que me vea así pero debo disculparme por como la traté.
— ¿Señorita espera a alguien?. — Preguntó el policía a Celeste.
— Si, pedí hablar con él señor Burak.
— ¿Viniste aquí por mi hermano?. — Giró quedando frente a mi.
— Hakan, por Dios ¿Qué te paso?. — Su cara de sorpresa indicaba que no esperaba verme a mi.
— Tuvo una pelea, más el castigo que le decoró la linda cara. — El policía se burló y se alejó.
— No me pasó nada, ¿que haces aquí? Y ¿porque buscas a Burak?. — Pregunte acercándome a ella.
— Tengo asuntos que hablar con él. — respondió y bajó la mirada.
— Un momento ¿ya haz hablado con él? — Pregunté confundido ella asintió.
— Te dije que no lo hicieras — Lleve mis manos hasta mi rostro pero me queje del dolor por las heridas.
— ¿Y crees que te haré caso? Hakan sé toda la verdad, lo que Burak dice es verdad y estoy por comprobarlo.
— Nada me sacará de aquí, no hay pruebas. —me alejé de ella.
— Hay mucho más de lo que creemos.
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PECADOS
FanfictionLa única opción que tengo, es huir. Por culpa del alcohol, disparé aquella arma delante de un testigo. Es la condena de mi vida, mi único pecado. ¿Cuál es el tuyo?.