9 | Un Compañero

275 32 3
                                    

Besé sus labios con desesperación y ella respondió de la misma manera, sentía haber esperado esto por mucho.

Enrredo sus manos en mi cabello, beso mi cuello, llegamos hasta la habitación a pasos torpes, quitó mi camisa y con gran facilidad quite su ropa dejándola en una diminuta lencería.

Besé con delicadeza desde sus senos hasta su cuello, bajó de mis brazos y se arrodilló frente a mi, Dios que manera de jugar con su lengua en mi miembro, aceleró los movimientos con su boca y poco a poco los detuvo, rápidamente la tomé de su cintura y se sento sobre mí.

Entré en ella provocando que un gemido saliera de su boca que callé con besos, se aferró a mis brazos, meneaba sus caderas de una manera inigualable.

— Celeste. — Susurré.

— No pares porfavor —  Suplicó y aceleré mis movimientos, sentí sus piernas temblar, sus ojos se cerraron y la vi disfrutar de nuestro orgasmo.

Nuestras respiraciones estaban agitadas, se cubrió con las sábanas.

— Yo... — no sabía que decir.

— No digas nada, si no quieres que nadie lo sepa, nunca paso.

— Gracias — Dijo aun con la respiración agitada.

— Eres increíble.

— ¿Lo dudabas?.

— Puedes seguir aclarando mis dudas — propuso de manera sensual.

Luego de varios rounds en la cama se acurrucó en mi pecho, después de tanto tiempo me sentía bien, en paz.

Desperté cuando caí al suelo.

— Auch ¿porqué me empujas?.

— No te empujé, eres loco para dormir y la cama es pequeña — aclaró entre risas.

— Buen día.

— Buen día.

— Que noche.

— Tenía años sin divertirme así.

— jaja se notaba en tu desesperación — aclaré.

— Hey Porfavor discreción.

— Tranquila tampoco quiero que lo sepan. — Escuché que tocaron la puerta, ella hizo señas de que no abriera, negué con la cabeza — ¿Quién es?.

— Hakan ¿estas bien? Soy Volkan estoy revisando que todos estén bien algunas casas se cayeron con la tormenta.— Preguntó él del otro lado de la puerta, había olvidado por completo la tormenta.

— Si si estoy bien gracias por preguntar. — escuché sus pasos alejarse.

— La tormenta Hakan debo irme Taylor esta...

— Llámala y preguntale, nos vestimos y vamos a ver como está.

— Yo iré sola porfavor no quiero que malinterpretes las cosas — dijo mientras se levantaba.

— Solo quiero ayudar.

— Iré sola, prestare algún auto o ya veo que hago. — La vi vestirse rápido y salió sin despedirse.

¿Realmente esperaba que se despidiera?

Salí y vi a Volkan, me pidió que ayude a las familias y a medio arreglar el desastre ocasionado por la tormenta, observé el estacionamiento, aún estaba el auto de Celeste, supongo que si prestó algún auto para llegar hasta su casa.

Celeste Ercel.

Llegue a casa y no dude en abrazar a Taylor y Emanuel.

— Gracias a Dios están bien — Los abracé.

— Si si solo estuvimos asustados un rato, Emanuel no dejaba de preguntar por ti ¿Dónde estabas?.

— Me tuve que quedar en el hotel, la tormenta llegó antes de lo esperado y para completarlo todo mi auto no encendía — expliqué.

— ¿Le pediste una habitación a Esra? — preguntó Taylor enarcando una ceja.

— No, me quedé en el departamento de un compañero de trabajo — expliqué.

— Si se nota que es un compañero.

— ¿De qué hablas? — pregunté confundida.

— Mirate en el espejo — Diablos me observé en el espejo había marcas desde mi cuello hasta mi pecho, de solo recordar lo de anoche cerré mis ojos y suspiré.

— Por Dios ¿que hizo? — pensé en voz alta.

— ¿Qué eso? — preguntó Emanuel.

— Me golpeé eso es todo ¿Quieres una galleta?.

— Si mami — Adoraba ver ese brillito en sus ojos, lo vi caminar a la cocina, mire a Taylor.

— Me explicas ¿Quién es? y ¿Desde cuando son pareja? — preguntó cruzándose de brazos frente a mi.

PECADOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora