Mi Habitación está custodiada por dos policías, después de unas horas pude sentarme y levantarme, observé por la ventana, no está tan alto para saltar y acabar con este sufrimiento de una buena vez.
Escuché ruido fuera de la habitación, era Celeste intentando entrar, un hombre de algunos años la acompañaba.
— Dejenla pasar — Vi como el hombre mayor le dio algunos billetes a los policías y entraron.
— Gracias a Dios estás vivo — Ella me abrazó y no pude contener las lágrimas.
— Vaya vaya así que tu eres mi nuevo yerno.
— ¿Es tu papá? — Celeste asintió entre lágrimas.
— Soy Borah — Dijo extendiendo su mano frente a mi. Accedí a su saludo y regresé a la camilla.
— Creí que él había muerto.
— Es una historia un poco larga de contar, ¿como te sientes? Estás muy lastimado. — En su voz se notaba la preocupación.
— Me siento bien porque a pesar de todo lo que he hecho sigues conmigo.
— ¿Qué le hiciste a mi hija?.
— Me ha cuidado, y me saco de la isla, le debo mi vida papá .
— Pero al parecer te gusta meterte en problemas Hakan, tu cara lo dice todo — Los moretones demostraban todos los golpes.
— Solo quiero salir de ese maldito lugar. — Dije refiriéndome a la cárcel.
— Te ayudaré en eso — Celeste guiño el ojo.
— Como si eso fuera posible.
— Algunas balas nos ayudarán. — Dijo el padre de Celeste.
— No papá.
— ¿Puedes caminar? — Preguntó y no sé porque lo hizo.
— Si — Lo vi sacar su arma y revisar las balas.
— Tengo las balas necesarias para salir de aquí.
— No, papá esperemos hasta el traslado — Celeste suplicó.
— Señor yo... — No me dejó hablar y empezó a quitar las sábanas de la camilla.
— Cubranse con esto, Celeste corran lo más rápido que puedan ya sabes donde están los autos y la camioneta. — ¿No nos dará opción a elegir?.
— Papá porfavor.
— ¡¡Ahora!! — El sonido de las balas detrás de nosotros y todo el trayecto fue una odisea, apenas podía moverme, las balas eran una tras de otra ya que eran varios policías siguiendonos.
Llegamos hasta la camioneta y no pude evitar quejarme del dolor.
— Tranquilo tranquilo estarás bien, estarás bien.
El padre de Celeste subió a la camioneta la misma inmediatamente se puso en marcha.
— Hakan mi hija ya no te debe la vida — Me miró por el retrovisor.
— Ésto solo aumentará mi condena.
— Tranquilo te explicaré todo, trata de no moverte, se podrían abrir las heridas — Celeste lo dijo preocupada y es que ya se empezaba a notar sangre en algunas.
— Tranquila mi niña, en casa haremos que lo revise un médico.
— Puedes tener un hemorragia interna o algo, te puedes desangrar — Dijo entre lágrimas, yo solo me dedique a observar a través del cristal hacia donde nos dirigíamos.
— Estaré bien, el dolor pasará.
— Eso es verdad hija, no creo que sus heridas sean profundas.
— Déjame revisarte — Me recosté sobre ella para que pudiera revisarme, movió un poco el vendaje y al carajo estoy más grave de lo que creía al parecer tengo un herida de unos quince puntos.
— Los puntos se están abriendo debemos llegar lo más pronto posible, no sé con que te hirieron solo debo estar segura que ningún órgano esté afectado.
— Tenemos al mejor médico hija no te preocupes.
— Estudié enfermería sé de lo que hablo.
— No discutan, yo estaré bien — sonreí, sentí como todo empezó a dar vueltas.
— Hakan Hakan mírame, ¡¡mírame porfavor!! — todo se volvió oscuro.
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PECADOS
FanfictionLa única opción que tengo, es huir. Por culpa del alcohol, disparé aquella arma delante de un testigo. Es la condena de mi vida, mi único pecado. ¿Cuál es el tuyo?.