6 | ¿Puedo pedirte un favor?

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Abrí mis ojos de golpe tenía a mi alredor a todo el personal, incluyendo Esra.

— ¿Estás bien? — Preguntó Esra.

— ¿Qué sucedió? — Pregunté confundida tocando mi cabeza.

— Al ver la sangre te desmayaste — Dijo Hakan mientras Alice le vendaba la mano.

— ¿Y los ladrones? — pregunté aun tocando mi cabeza.

— Si me están vendando la mano es porque le destruí la cara al que le dejó el ojo morado a Volkan — explicó Hakan.

— ¿Y el otro tipo? ¿está muerto? — pregunté aún asustada.

— Ambos están arrestados no te preocupes, el balazo fue en el brazo y ya están pagando por lo que hicieron — Esra me hablaba con calma, acarició mi cabello cual niña pequeña, ella le pidió a todos que salieran y que me dejaran descansar.

— ¿Porqué lo hiciste? — pregunté, sabía que todo era obra de ella.

— ¿Hacer qué?.

— ¿Crees que no me doy cuenta? — cuestioné molesta.

— Te hace falta descansar — Dijo Esra para verla desaparecer al cruzar la puerta.

Me metí a la ducha y dejé que el agua fría recorriera mi cuerpo dándome una sensación de calma, me envolví en una toalla y opté por un vestido suelto.

Llegue al Bar, escuché la melodía de Beautiful Thing mi voz no salía de mis labios, sentí que me faltaba el aire y solo salí del bar, Hakan y Volkan venían detrás de mí.

— ¿Te sientes bien? — Preguntó Hakan.

— Puedo llevarte a tu casa. — Volkan se ofreció pero negué con la cabeza.

— Quiero estar sola — Salí de ahí.

Llegue a casa, Taylor estaba dormida al igual que Emanuel, me acurruque junto Emanuel observé cada uno de sus rasgos y es igual a él, la misma sonrisa, la misma energía, mi razón de vida.

Hakan Bolat.

La seguí hasta su casa, es raro que no viva en el hotel, la vi hasta que entró y las luces se apagaron.

Regresé a mi departamento, no podía dormir, los recuerdos de Ekin me atormentan todas las noches.

...

Llegue al trabajo como un mapache no me iba a maquillar para ocultar mis ojeras, vi a Celeste saludó con una corta sonrisa se nota que tampoco tuvo una buena noche.

— ¿Cómo estás? — Necesitaba preguntarle ayer la vi algo desesperada.

— Bien, te necesitan en la mesa 7 ve porfavor.

— Regresaste a la normalidad mandona — Achinó sus ojos en señal de ofensa con risa.

— jaja ¿yo Mandona? — preguntó ofendida.

— Hasta que porfin alguien se lo dijo — respondió Volkan mientras llevaba platos a la cocina con su parche en el ojo.

— Ve a trabajar no te quiero armar una escena frente a los clientes — así que anda con ánimos de pelear.

— No la provoques, no la conoces. — Dijo Volkan pero no le tomé importancia solo seguí limpiando y ordenando lo que debía.

El día transcurrió con normalidad, evité a Celeste.

— Firma de una vez — dijo mientras ordenaba algunas cosas de su bolso.

— ¿Hoy si vas a cantar? — pregunté.

— ¿Pará que quieres saberlo?.

— Curiosidad — dije levantando mis hombros.

— No lo haré, hoy estará Alice o no se quien.

— ¿Porqué no pudiste hacerlo?.

— No sabía que disparabas — Sentí mis músculos tensarse con solo escuchar eso, la vi cojeando un poco, bueno creo que lleva todo el día así — Hey ¿te comieron la lengua los ratones?.

— Tomé clases de defensa personal, fui guardia un tiempo y eso — Firmé y salí rápidamente, ella me alcanzó en la puerta.

— ¿Puedo pedirte un favor?.— Lo que menos quería era eso, yo solo necesito estar solo y olvidar a Ekin.

— Si.

— Puedes manejar hasta mi casa es para mostrarte donde queda, tuve un pequeño accidente en la ducha y se me dificulta manejar.

— Yo no lo sé, ¿Cómo hiciste para llegar hasta aquí?.

— Manejé yo pero el dolor no es soportable.

— Eso significa que mañana también debería de irte a ver para traerte hasta aquí.

— Te pagaré — Siendo así no veo porque negarme.

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