Capitulo Treinta y Ocho

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Me encontraba en la universidad en clases pero en verdad no estoy prestando atención, estoy nerviosa e inquieta. Una vez más trueno mis dedos y miro la hora en el reloj que hay en la pared ¡Puff! suspiro aun quedan veinte minutos de clases, se ha hecho eterna.

Andres esta esperándome fuera, no me quiso contar por teléfono que paso en la dichosa reunión, me dijo que me contaría en persona pero por su tono de voz creo que fue peor de lo que me imaginaba. Pase la mañana en interrogante en espera de que me responda, por saber cómo estaba y cuando me llamo sentí un alivio, el cual duro poco al escuchar su tono. Bea gira hacia mí y me mira con el ceño fruncido, seguro mi cara de culo me delato, la rubia llego tarde y no pudimos hablar bien así que lentamente articulo con los labios: Luego te cuento. Ella asiente y vuelve a mirar hacia delante.

Cuando al fin la clase termina me pongo en pie rápidamente, tomo mis cosas y me dirijo hacia la puerta. Al girar choco contra alguien. Al levantar la mirada me encuentro con los ojos oscuros de James, no habíamos vuelto hablar desde esa vez que fui a su casa. Nos miramos fijamente, extraño a mi amigo.

—Perdón—le digo bajito.

No me responde así que trato de esquivarlo pero no me da el paso.

—¿Estas bien?—me pregunta serio.

¡Vaya, por lo menos aun se preocupa por mí!

—Si, estoy bien y ¿Tu como estas?—pregunto queriendo saber en verdad como se encuentra.

El suspira antes de responder y echa un vistazo hacia la puerta donde Bea nos observa fijamente.

—Estoy bien—me responde aun serio, se hace a un lado dejándome el espacio—No te quito mas tu tiempo.

—No me quitas tiempo—miento.

El alza una perfecta ceja.

—No parecía eso cuando me llevaste por delante.

Es lo más cercano a una broma que he vuelto a escuchar por su parte. Sonrió y en sus labios se asoma algo parecido a una.

—¿Podemos vernos un día de estos sentarnos y hablar?—le pregunto con cautela. En verdad necesito eso.

El me observa para luego volver a mirar hacia donde esta Bea, la rubia aun no ha apartado la mirada de nosotros y se está comiendo las uñas pero al ver la miramos deja de hacerlo y mira para otro lado. Sé que se muere por acercarse y saber que estamos hablando.

—¿Ella ira?—inquiere aun mirándola.

—¿No quieres que vaya?

Vuelve a mirarme.

—No tengo problema con eso, es que pensé que no quería saber de mi desde la última vez que hablamos. Eso fue lo que me dijo...—hace una pausa—Entre otras cosas—añade y sé que esas cosas no fueron muy amables ya que ni las repite.

—Sabes que cuando está enojada dice cosas sin sentido—me encojo de hombros.

—Sí que lo sé.

Vuelvo a sonreír.

—¿Qué te parece si nos vemos mañana?

Él lo piensa unos segundos y luego niega. Mis hombros se hunden.

—Mañana no puedo pero el miércoles si ¿Te parece bien?

—Claro, me parece bien—concuerdo feliz. Por un momento dejo de lado lo de Andres y me alegro por lo de mi mejor amigo.

—Bueno pues ya sabes.

—Si, nos vemos—sin importarme nada me arriesgo y me despido con un abrazo, al principio se queda rígido pero luego me lo devuelve.

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⏰ Última actualización: Nov 06, 2022 ⏰

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