Almorzamos en el jardín trasero bajo la protección que nos ofrecían las palmeras. El calor de junio era un poco aplastante y aunque la brisa soplaba con fuerza se podía sentir. Cuando Andres probo el primer bocado de comida me concentre en sus gestos, quería saber si le gustaba lo que había preparado pero su expresión se mantenía neutra. Sus ojos buscan los míos y espero ansiosa su respuesta.
—Creo que dejare que cocines más a menudo—comenta jocoso—Está todo muy rico—
Sonrió ampliamente.
—Gracias—contesto agarrando el tenedor—Pero no voy hacer tu cocinera personal—le digo bromeando.
—Ya veremos qué puedo hacer para que cambies de opinión—me guiña un ojo.
—Tendrás que esmerarte mucho—
—Tratare de lograrlo—promete medio sonriendo.
Sonrió negando con la cabeza, no puedo con él. Llevo el cubierto a mi boca y en serio que esta rico, hasta ahora soy consiente del hambre que tenia. Después de comer descansamos tomando un poco de sol sobre las tumbonas alrededor de la piscina, estamos en silencio, disfrutando de la compañía del otro y es que hasta los silencios entre nosotros son cómodos, al final lo único que me importa es estar con él.
—Buenas tardes—era Phil.
Se encontraba de pie al lado de Andres y mantenía su amable sonrisa dibujada en los labios.
—Hola Phil—lo saludo.
—Señorita—me dirige un asentimiento de cabeza—Vine para ver que todo marcha bien ¿Necesitan algo?—pregunta.
—Estamos bien Phil—asegura Andres—¿Mary como sigue?—indaga y puedo ver que tiene un cariño especial hacia esas personas.
—Ya está mejor—informa—Solo está un poco inquieta porque no les puede atender como ella quiere—
—¡Ah! Por eso que no se preocupe—Andres hace un ademan restándole importancia—Dile que lo importante es que se mejore—
—Se lo diré—hace una pausa—Si todo está bien entonces me retiro. Nos vemos mañana—
—Adiós—respondemos Andres y yo.
Lo veo alejarse por el lado izquierdo de la casa y cuando lo pierdo de vista rompo el silencio.
—Son gente muy amable y servicial—le digo.
—Lo son—musita.
—Te aprecian mucho ¿Desde cuándo trabajan para ti?—
—Desde hace un año—se pasa una mano por el pelo—Compre la casa cuando empezaron los problemas con Zoraida y quería escapar de todo y todos. Ellos ya trabajaban aquí con los antiguos dueños y como me parecieron gente buena y tenían toda una vida trabajando aquí los deje—se encoje de hombros.
De todo lo que dijo solo algo llamo mi atención: compro esta casa cuando los problemas empezaron con Zoraida, eso solo significaba una cosa; ella nunca ha puesto un pie en este lugar y eso en verdad es gratificante, saber que ella no ha estado aquí, saber que esta mágico lugar lo ha compartido solo conmigo.
—Fue un lindo gesto eso de dejarlos aquí—me limito a responder guardando para mi mis pensamientos.
—Si—su mirada cae en la mía y con un brillo de apreciación pregunta—¿Sabes cual también sería un lindo gesto?—
—¿Cuál?—cuestiono consiente de la forma en que me mira.
—Que vengas aquí y me des uno de esos besos que tanto me gustan—musita suavemente.
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Clandestino
Roman d'amourY a veces caer en la tentación es la única salida... Ellos sabían que no estaba bien, que nunca debieron empezar con ese juego tan peligroso de seducción, placer y secretos pero la tentación y la pasión que sentían el uno por el otro era tan fuerte...