capitulo cinco

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Me despierto porque siento los rayos del sol darme justo en la cara. Gruño, ruedo en la cama y me tapo los ojos con la almohada. Me duele la cabeza. Es horrible, siento un dolor punzante que acabara conmigo. Juro no volver a tomar así, si, claro siempre digo lo mismo y termino igual o peor que la última vez ¿A quién quiero engañar? Estiro mi brazo y tanteo en la cama hasta encontrarla. Ahí está. Abro mis ojos y veo a Bea acostada a un lado mío con la boca ligeramente abierta, de sus labios se escapan pequeños ronquidos. Si la cabeza no me doliera tanto estoy segura que mi carcajada la despertaría pero antes le tomaría una foto... o un video.

De mi estomago se oye un sonido como si fuera un león enjaulado y en ese momento soy consciente del hambre que tengo. Suspirando sacudo a Bea para que despierte.

—Dejame es paz Manda—su voz sale ronca.

—No. Muero de hambre y me duele la cabeza, asi que para tu trasero de la cama.

—¡No grites!— gimotea.

—No lo he hecho. Bea es en serio me duele la cabeza horrible y tengo un monton de hambre—

Bea se incorpora lentamente en la cama y lleva sus manos a su cabeza y la deja descansar en ella.

—A mi también me duele horrible—se queja.

—Me imagino. Tomamos demasiado anoche pero vamos a darnos un baño y luego a desayunar algo.

Bea mira en dirección a su mesita de noche y sus ojos se abren.

—¿Desayunar? Creo que ya es demasiado tarde para eso— me muestra su despertador y mis ojos se abren. ¡son las dos de la tarde!

Tomo mi celular y encuentro un mensaje de mi madre:

En cuento despierte sal inmediatamente para casa... te tengo una sorpresa. Ese mensaje lo envió hace dos horas ¡diablos!

—Me baño yo primero, tengo que irme inmediatamente a mi casa. Mamá me mando un mensaje diciendo que vaya en cuanto despierte.

—¿Por qué tanto apuro? Ella sabia que dormirías en mi casa—

—Porque también me dice que me tiene una sorpresa y el mensaje lo mando hace dos horas— me voy quitando el tshirt gigante que uso como pijama mientras hablo quedando desnuda.

—Bueno está bien. Mientras yo bajare a la cocina a ver qué hay de comer.

Simplemente asiento y me dirijo al baño que hay en la habitación de mi mejor amiga. Abro la ducha y me meto bajo ella. ¡uff! Se siente genial, quito la goma que amarra mi pelo y este caes por mi espalda y me meto bajo la ducha completamente. Cierro los ojos y a mi mente acuden imágenes de la noche anterior. James, Bea y yo divirtiéndonos como nunca, tomando, bailando como locos y luego mi mente se llena de unos ojos azules. Unos ojos que me encanta y me miraron de una formaque me hicieron estremecer. Puedo sentir su mirada puesta en mí aun quemando mi cuerpo cuando lo encontré mirándome mientras bailaba o cuando choque con él y me sostuvo muy pero muy cerca de su cuerpo. ¡Dios! Un gemido se escapa de mis labios. Creo que me gusta mi profesor. No sé qué hubiera pasado si el chico ese no hubiera interrumpido ese momento cuando nos mirábamos fijamente pero por mi bien o por mi mal no lo volví a ver en toda la noche y Dios es testigo que lo busque con la mirada en el segundo nivel mas de las veces que lo quiero admitir. Esto me asusta. Esto que siento por ese hombre es algo inexplicable,pero fue algo que sentí desde que lo vi en el salón de clases. Ese hombre me gusta y no está bien ¡Por el amor de Dios! Es mi profesor. Gruñendo con frustración dejo esos pensamientos a un lado y me dispongo a terminar de ducharme.

Salgo del baño envuelta en una toalla y otra secando mi pelo y me encuentro a Bea sentada en la cama y encima de su escritorio hay una bandeja con; tostadas, jugo, café y unas pastillas, imagino que son para el dolor de cabeza.

ClandestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora