capitulo tres

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Miércoles. Ya ha pasado una semana desde que las clases iniciaron y de que cierto profesor llego a la universidad. Suspiro, hoy lo veré, esa clase la tengo solo una vez a la semana y hoy es el dia.

—Hermosa— escucho la vos de Pet sacarme de mis pensamientos y levanto la mirada.

—¿Si?— le pregunto.

—¿Puedes revisar en la compu a ver si aun quedan copias del nuevo libro de matemáticas?— me pide amablemente.

Asiento mientras me dedico a buscar dicho libro. Pero veo que no quedan.

—Lo siento pero no quedan—hago una mueca con mis labios— Lo pondré en la lista de cosas que hay que suplir esta quincena- le hago saber.

—Gracias hermosa— sonríe con picardia y se queda mirándome fijamente a los ojos— ¿Cuándo crees que podamos repetir la comida del otro dia?— inquiere

Suspiro. La verdad la pase muy bien con el pero el problema es que el me ve como mujer y yo simplemente como un amigo, si, el chico es muy guapo pero en este momento no quiero nada con nadie.

—Pet...— empecé a decir pero fui interrumpida por una tercera vos.

—Buenos Dias— esa vos gruesa yo la había escucho antes. Pero no puedo ver quien es porque Pet está inclinado hacia mí en el mostrador.

Pet se hace a un lado y yo no puedo creer lo que están viendo mis ojos. Es el. Mi profesor. Yo no puedo estar más sorprendida. Nos miramos fijamente el uno al otro. El frunce el ceño ligeramente.

—Señorita Collins— habla tan pausadamente como si no creyera que fuese yo.

—Pro...— ¿esa es mi vos? salió tan baja y temblorosa que dudo que la haya escuchado, me aclare la garganta antes de volver hablar— Profesor Foster.

Se hace un silencio por unos segundos que me parece eterno mientras él me mira y yo a él. Escucho un ligero carraspeo y es cuando me percato que Pet aun sigue aquí, lo miro y veo como tiene su ceño ligeramente fruncido mientras mira a mi profesor. El segundo mencionado también dirige su mirada hacia Pet y ambos se miran fijamente, mi profesor aparta la mirada desinteresadamente y la vuelve a posar en mi.

—¿Puedo ayudarlo en algo?— le pregunto para romper este incomodo momento que se ha formado.

—Creo que si— se limita a responder cortamente—¿y eso que significa? inevitablemente mi ceja se alza en respuesta a sus palabras y creo que entiende mi pregunta silenciosa porque dice: —Necesito la obra de la Celestina.

—Claro. Deje ver y reviso a ver si quedan ejemplares.

Me dispongo a buscar en la computadora y ¡Bingo! Si quedan.

—Si, nos quedan algunos— y antes de pensar en lo que estoy haciendo de mis labios salen las siguientes palabras:— Sígame por favor. Pet hazte cargo en lo que vuelvo— le pido mientras lo miro a los ojos, este solo asiente serio. ¿y a este que le pasa? Me pregunto.

Salgo de detrás del mostrador y me dirijo al pasillo donde se encuentra La Celestina. Puedo sentir a mi profesor un paso detrás de mí y no se porque eso me pone Incomoda, no me refiero a incomoda en mal sentido sino a algo que no puedo explicar, este hombre me pone nerviosa solo con su presencia y creo que no me pasa solo a mí, el tiene esa aura a su alrededor que irradia seriedad, frialdad y hasta parece intocable. Aminoro mis pasos para estar a la par que él, no séporque lo hago pero la hago, ahora mismo vamos caminando uno al lado del otro en total silencio, no puedo evitar mirarlo de soslayo, esta vestido con un polo negro que resalta esos ojos tan hermosos y un jeans parece más un modelo demarca que un simple profesor de universidad, de repente su mirada cae en la míay me pilla mirándole y yo no puedo evitar que mis mejillas se pongan más rojas que dos tomates ¡qué vergüenza! Aparto la mirada rápidamente.

ClandestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora