Despierto al sentir sus besos por toda la espalda pero no hago ningún movimiento. Me quedo quieta. Cuando llega al final de mi espalda vuelve a ascender lentamente y sin poder evitarlo mi piel se eriza y mi cuerpo reacciona.—Se que estas despierta—murmura sobre mi piel.
Sonrió aun con la cara escondida entre las almohadas. No digo nada, sigo fingiendo que aun estoy dormida. Andres continúa con su recorrido, se acerca a mi oído y atrapando el lóbulo tira lentamente de el, tengo que morderme los labios para que el gemido que tengo en la garganta no salga. Me obligo a permanecer quieta.
—Entonces supongo que no quieres este suculento desayuno que te prepare—
¿Desayuno? ¿Qué él preparo? Esas son palabras que no van en la misma oración, de ninguna manera no forman parte de la misma ecuación. Lentamente giro hasta quedar cara a cara, aun está inclinado sobre mi y como sospeche esta sonriendo. Al encontrarme con sus ojos los recuerdos de la noche anterior invaden mi mente y me olvido por completo del desayuno, del mundo entero. Solo soy consiente del hombre que tengo ante mí. Sin poder evitarlo el sonrojo cubre mis mejillas.
—¿Qué estará pasando por esa mente para que te sonrojes?—pregunta con sorna mientras su sonrisa se ensancha.
Lo golpeo en el pecho, el muy capullo se está divirtiendo a mi costa. Se ríe aun más fuerte e intento golpearlo de nuevo pero atrapa mis manos por encima de mi cabeza.
—Tranquila pequeña fiera—
—Apártate—le digo fingiendo enojo.
Se ríe e inclina la cabeza, intenta besarme pero hago la cara a un lado y sus labios chocan contra mi mejilla.
—¿Asi quieres jugar?—pregunta alzando las cejas.
Aunque trato de no reír no puedo evitarlo y rio un poco. Con su mano libre atrapa mi mentón con firmeza sin llegar a ejercer fuerza y estampa sus labios contra los míos. En vano intento forcejear, haciéndome la difícil pero eso no dura mucho porque me rindo en el momento en que su lengua se logra abrir paso entre mis labios y término devolviéndole el beso con la misma intensidad. Al separarnos se aleja lo suficiente para ver su sonrisa y esos ojazos brillando.
—Yo siempre consigo lo que quiero—me guiña un ojo.
—¡Eres un presumido!—lo empujo un poco y me siento en la cama.
—Gracias—musita.
—No fue un cumplido—
—Lo tome como uno—se encoje de hombros.
Sonrió mientas niego con la cabeza.
—Cambiando de tema ¿Dijiste que tú hiciste el desayuno?—cuestiono.
—Si—se pone en pie, camina hasta la cómoda donde había una bandeja y la toma—Mary no se sentía bien y tuve que hacerlo yo—
Camina hasta sentarse a mi lado dejando la bandeja en medio de los dos. Mis ojos se abren y observo todo lo que hay: tostadas, huevos revueltos, fruta picada, café y zumo de naranja hay lo suficiente como para comer los dos. Mi mirada viaja de la bandeja a los ojos de Andres.
—¿En serio tu preparaste todo? Pensé que no sabias cocinar—le digo dudosa.
—Y no se cocinar—aclara—Solo hice los huevos y las tostadas, la fruta y el jugo estaban en la nevera—
—Mmmm—miro las tostadas y el huevo revuelto con desconfianza, no se ven mal pero decido molestarlo—¿Y si se pueden comer?—
Sus ojos se achican y una pequeña sonrisa asoma sus labios.
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Clandestino
RomanceY a veces caer en la tentación es la única salida... Ellos sabían que no estaba bien, que nunca debieron empezar con ese juego tan peligroso de seducción, placer y secretos pero la tentación y la pasión que sentían el uno por el otro era tan fuerte...