Capitulo 4

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Música comenzó a sonar por toda la habitación. Mis ojos se abrieron poco a poco, alterándose en el momento en el que me di cuenta, de que ese cuarto estaba llenó de otras cientos de personas, todas con el mismo uniforme de gimnasia. Miro mi ropa, tenia el mismo uniforme verde, con un par de rayas color blanco, y el numero 217 en la parte izquierda de mi pecho. Reviso mi cuerpo dándome cuenta de que al menos, tenía la cadenita que el padre me había regalado.

Me levanto lentamente de la cama y me acerco a las personas que estaban caminando, mirando al igual que yo, el lugar extrañados. Todos eran unos desconocidos para mí, cuando de pronto veo a alguien que por desgracia conozco, no quería que me viera así que me intentó de esconder detrás de otras personas.

"Mira nada mas donde te vengo a encontrar, puta de mierda."

En el momento que lo escuche, intente alejarme de él, pero no pude conseguirlo. Él me tomó del brazo y me tiro al suelo con fuerza. Escucho los murmullos de las personas presenciando aquel espectáculo, pero no me importa, con dificultad me pongo de pie.

"Kang Mi... ¿Qué haces tu aquí?"

"Eso no te importa" se abalanza hacia mí y siento su grande mano agarrando mi cabello "Lo que importa es que estas en el mismo lugar que yo ¡Y te voy a matar hija de puta!"

"¡Suéltame!" Chillo al sentir el fuerte dolor en mi cuero cabelludo "¡Me estás lastimando!"

"Es la idea, maldita zorra."

Sin darme más remedio, le doy una patada en la pierna consiguiendo que me soltara, frente a todas esas personas. Quería alejarme de él, intenté irme pero él se recuperó rápidamente, sentí sus manos en mi cabello de nuevo, me giró a él y en menos de un segundo, sentí la fuerte bofetada que hizo que cayera al suelo. Ahora él estaba casi sobre mí, irradiaba furia. Con mis brazos intente cubrirme el rostro, sabía que iba a golpearme.

"¿Te crees muy valiente por pegarle a una mujer?"

Me descubro un poco al escucharlo, Kang Mi y yo volteamos a ver al hombre que me estaba defendiendo...

"¿Por qué mierda te metes?" Se aleja de mí para acercarse a él

"Usted solo está perturbando a todos aquí. No se da cuenta que todos están asustados, usted solo lo empeora." Me miró a mí "Déjela ya."

Me descubro completamente y veo a mi salvador, alto, atractivo, compostura delgada y usaba lentes.

"Te recomiendo que no te metas donde no te llaman." Kang Mi se paró frente a él, con intenciones de intimidarlo. Pero no lo consiguió, el extraño siguió en su postura, la cabeza en alto y el cuerpo firme. Lo conocía lo suficiente como para saber que a él no le gustaba eso, entonces lo empujó con fuerza del hombro. "¡¿O debería meterme contigo?!"

"Si quieres metete conmigo, pero no te lo recomiendo."

Kang Mi sonrió y vio como el hombre se acerco a mí. Me extiende su mano, la tomo y me ayuda a levantarme.

"¿Estás bien?"

Kang Mi se interpuso en medio de nosotros dos y se puso frente a mí.

"No he terminado contigo. Cuando menos te lo esperes tú y yo vamos a tener una charla."

Pero después de eso, mi salvador lo tomó del hombro, obligándolo a voltearlo hacia él. Permanecieron retándose el uno al otro con la mirada, cuando creí que iba a pasar lo peor, Kang Mi se fue, no sin antes chocar su hombro contra el del hombre.

Cuando ya no pude verle entre las personas, lo miro.

"Gracias por ayudarme" agradezco.

"Por nada. Deberías cuidarte de él."

"Sí..." seco las lágrimas en mis ojos, por el momento tan malo que acabo de pasar.

En eso veo las puertas abrirse y entrando unas personas con ropa roja...

"Y... por cierto, ¿Cómo te llamas?"

Pero al voltear a verlo no estaba a mi lado. ¿A dónde se fue? ¿O acaso en verdad fue un ángel?

"Les damos una cordial bienvenida a todos ustedes aquí." Dice una de ellos con una máscara de cuadrado.

Todos miraron expectantes a aquel guardia con el cuadrado, imagino que teniendo cientos o tal vez miles de preguntas rondando por sus mentes al igual que yo.

"Todos los presentes participaran en 8 juegos diferentes cada 2 días. Aquellos que ganen los 8 juegos, obtendrán un gran premio en efectivo."

"¿Y por qué debemos creerles?" cuestionó un jugador, probablemente, la pregunta que todos tenían en mente.

"Nos sedaron, nos quitaron nuestras pertenencias, nos trajeron a este lugar misterioso y aparecen y dicen que nos pagaran por jugar juegos. ¿Esperan que le creamos?" dijeron los jugadores.

El hombre tenía razón.

"Tomamos esas medidas con renuencia, para mantener confidencialidad al traerlos, les devolveremos todo, una vez que terminen los juegos." Explicó el guardia.

Entendido, pensé yo cuando otra jugadora finalmente salió con otra duda que muchos teníamos aunque esta era obvia...

Disculpe, ¿por qué usan esas mascaras?

"No revelamos los rostros ni la información personal de nuestros empleados a los participantes, en una medida que tomamos por unos juegos justos y confidencialidad, espero entiendan."

"Pues no confío en nada de lo que usted dice."

Mi ángel intervino una vez mas, lo busco con la mirada, pero lamentablemente no lo encuentro.

"Nos engañó, secuestró y encerró, pone todo tipo de excusas para mantenerse oculto después de todas esas acciones ilegales." Agregó molesto "Denos una buena razón para confiar en usted."

Después de un momento de silencio "Jugador 218, Cho Sang-Woo."

Con que Sang Woo ¿eh?

El cuadrado tomó un control, y en la pantalla donde se mostraba el numero de participantes, comenzó a reproducir el video de las bofetadas que él había recibido jugando ddakji.

"46 años de edad. Ex líder del equipo dos en Joy Investments. Malversó dinero de sus clientes, invirtió en acciones derivadas, opciones de futuro y fracasó, perdida actual, 650 Millones de Wones."

Siguieron pasando videos de las bofetadas, terminando con el mío, que humillante fue ver eso, no sabia donde meterme. Pero yo era la única que no tenia deudas aquí entre porque tengo una necesidad gigante que es el poder sobrevivir a este país que no es mío.

"Les daré una ultima oportunidad para elegir." continuó el cuadrado "¿Quieren volver a su antigua y miserable vida, siendo perseguidos por sus acreedores o aprovecharan la ultima oportunidad que les ofrecemos aquí?"

Nadie dijo nada, la verdad es que no teníamos muchas opciones. Así que nos pidieron firmar un contrato. Y después de firmar el consentimiento a obedecer las reglas del juego, ya estábamos listos para el primer juego.

Pasamos a través de un pasillo, repleto de escaleras y que a pesar de los colores pastel que lo componían, daba una sensación extraña de inseguridad. Todos en fila, para llegar a una especie de cámaras en las cuales debíamos detenernos.

"Por favor mire a la cámara."

Dijo una automatizada voz femenina cuando estuve frente a la cámara. Lo hice, embozando una tierna y vivida sonrisa frente a la cámara. Luego nos dirigimos a un campo enorme, irradiaba la luz solar. Frente a todos, desde lejos y había una muñeca gigante, era bastante aterradora.

"¿Qué juego es este?" me pregunté en un susurro.

El Juego Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora