capitulo 12

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“Quiero disculparme contigo por lo de hoy”

la jugadora 067 dijo de pronto cuando ambas estábamos a un lado del lavamanos, dentro del baño. Termine de lavarme las manos y negué con la cabeza

“No te preocupes.”

“No debi reaccionar así. Pero ayer no la pase nada bien cuando me fui.” explicó intentando no sonar muy expresiva en su voz

Volví a negar “Entiendo. Todos la pasamos mal, por esa razón regresamos.”

“Tienes razón.”

Nos quedamos en silencio por un rato mientras yo me secaba las manos, ya había terminado así que iba a irme y creí que ella se iría conmigo, pero me detuvo.

“Espera.” volteo a verla “Ahora que arreglamos nuestras diferencias, necesito tu ayuda en algo.”

Con una seña me dijo que la siguiera. No sabía lo que esperaba de mí o lo que necesitaba, por lo que hice lo que me pidió. Abrió uno de los baños individuales y descubrimos a la señora fumándose un cigarrillo, nos vio sorprendidas a las dos.

“¿Estás fumando en este lugar?” le pregunté incrédula, pues lo hacía en un lugar como este

“¡¡Me asustaron!!” ignoro mi pregunta, con la mano en el pecho por el susto

En ese momento la chica a mi lado sacó un cuchillo del interior de su ropa.

“¿Que estas haciendo?” le pregunté nerviosa. Una traía cigarrillos y la otra un cuchillo, yo no traía nada, que mal.

“Les voy a dar si quieren” balbuceo la mujer

“No me importa lo que hagas, puedes seguir fumando.” Dijo 067 y nos miró a ambas “Necesito que ambas vigilen mientras yo subo al ducto.”

Había una ventanilla arriba de la mujer 212, lo suficientemente grande para que entrara. Si era rápida podía funcionar

“Muy bien, hazlo pero tienes que apresurate.”

Se subió al retrete y abrió el ducto con el cuchillo, cuando lo logró, le indicó a la mujer que hiciera tiempo, acepto y la dejó subirse en sus hombros para que entrara. Yo pensaba lo que tenía que hacer para evitar que alguien entrara y nos descubrieran, si ocurría nos iban a matar. Espero que valga la pena.

“¡Mi estreñimiento me está matando!” comenzó a gritar la mujer desde el baño “¡Duele mucho! ¡Creo que sería más fácil parir!” dijo entre quejidos escandalosos

“¡Deja de hacer eso, mujer!”

Pero continuó con sus gritos

“¡Duele mucho!” Exclamó entre alaridos

“¡Apresurense o voy a entrar!” nos grito el guardia

Esto era muy malo, la chica no salía y él iba a entrar, estaba segura que lo haría en este instante.

“¡¡Voy a entrar!!” Advirtió con más fuerza

“Ignora lo que dije antes ¡Sigue gritando!” me gano el pánico de que entrara.

La mujer me asintió y siguió gritando con más fuerza dentro del baño para que la chica saliera. Luego gritó:

“E-es que... Ya no hay papel higiénico”

Corrí hacia ella “Mejor cierra la puerta del baño e intenta seguir gritando desde adentro. Podemos ganar unos segundos más así.”

“Sí, buena idea” corrió de nuevo hacia el cubículo y cerró la puerta de un portazo.

En ese momento el soldado rojo entró.

“¿Donde están las otras?” me interrogo con su arma. Me quede callada, no le iba a decir nada. Pero no fue necesario, la mujer no paraba de gritar como se lo pedí. Entonces, él camino hacia allá.

Estaba por imaginarme lo peor, ya era todo, estábamos muertas, era el fin. Hasta que abrió la puerta y ¡la chica estaba ahí junto a la mujer! Oh santo Dios, no íbamos a morir.

“¡¿Qué demonios estás mirando?!” Gritó la mujer

El soldado cerró la puerta conmigo al lado, pero la mujer la abrió enseguida, molesta por que hubiera entrado y le dio un empujón

“Oye, triangulito. ¿No te dije que no podías entrar? ¡Esto es acoso sexual! ¡Te voy a demandar cuando salga, maldito asqueroso!”

El Juego Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora