Capitulo 2

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Las calles aun permanecían solitarias aunque por suerte dejo de llover. Ya era muy tarde. La estación de tren también permanecía vacía. Era un tanto extraño, aunque no mucho por la hora. Me siento en un banco y miro la medallita dorada que el Padre me había dado. Es algo loco que me lo haya dado por recordarle a una muchacha en la epoca de Cristo.


"¿Señorita tiene un minuto?"


Levanto la mirada al sentir su voz y guardo rápido mi medalla. Es un hombre bastante arreglado, sentado a mi lado, usando un traje y portando un maletín. Le di una mirada rápida con mi rostro demacrado.Lo miró de arriba a abajo


 "Sinceramente no estoy interesada en unirme a Herbalife." 

solté seria, antes de moverme a la otra punta del banquillo, para estar un poco mas alejada del hombre. Sonrió a boca cerrada 

"No se trata de eso. 

continuó él con su tono neutral. 

"Quisiera hablarle de una gran oportunidad que..." 

Lo interrumpo antes de que terminara su frase.

"Sé como funcionan las estafas piramidales, no estoy interesada."


Me levanto de la banca dispuesta a alejarme.


"María Eleonor Sandoval. Veinticuatro años de edad. Nivel educativo, secundaria. Emigró de Buenos Aires a los Diecisiete y trabajo en Naengdong-gansig por 3 años años hasta que la corrieron, después de eso, trabajó en el negocio de la prostitución hasta que decidió huir hace poco de su jefe, el cual se encuentra buscándola.


"¿Cómo sabe tanto de mi vida?" 


pregunté regresando mi andar 

"¿Es un espía o algo? Porque si es así... Debo decirle que no soy una persona con la que puede meterse, si investigó eso de mí, debe saber lo que hice en Buenos Aires y créame, aún puedo replicarlo." solté firme.

Él se encogió de hombros "No quiero hacerle nada." respondió con tranquilidad "Tampoco soy un espía..."


"¿Entonces qué quiere?"


En ese momento el hombre mostro una pequeña sonrisa. Abrió su maletín lentamente, dejando ver una considerable cantidad de dinero dentro.


"Señorita, ¿quiere jugar un juego conmigo?"


Fruncí el ceño aun mas confundida.


"... ¿Qué clase de juego?"


"¿Alguna vez a jugado Ddakji? Cuestionó, sacando dos piezas de papel color rojo y azul. Negué levemente.


"Me vine a los 17 años aquí, no precisamente para jugar uno de esos."


"Es sencillo, solo tienes que voltear mi ddakji."


"¿Solo tengo que hacer eso?" Pregunté, observando la cantidad de dinero en el maletín.

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