Capítulo 6: Lili Evans

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   Contrario a la larga semana de lluvias, ese día había estado particularmente soleado. Por lo que Sirius dedujo que encontraría a sus amigos en los jardines del colegio, en lugar de cualquier otra parte del castillo. Afortunadamente tuvo razón, y los encontró más rápido que de costumbre.

   —Oh Canuto, tienes algo rojo allí. Espera, creo que es tu piel jajaja —se burló James señalando el rostro de su amigo.

   —Y creo que tú tienes algo de verde, y... —Se acercó simulando mirar con más detenimiento—. Tal parece que también es tu piel, pequeña Elphaba ¿Has cedido a la envidia? ¿Acaso Lili no ha aceptado tu invitación? Y pensar que dejaste de cargar esa Snitch —aclaró sonriendo y mirando el rostro ya serio de Cornamenta.

   —Tu, pequeño desgraciado —dijo entre risas, bordeando el exterior del cuello de Sirius con su brazo, fingiendo luchar con el gesto.

   —Entonces parece que has logrado tu cometido, Canuto. Bien por ti, te dije que debías ser más amable —anunció Remus, arrastrando palabra por palabra con suma tranquilidad, sin quitar ojo de el libro que tenía en manos.

   —Y sin embargo no funcionó para mí, Lunático, —dijo un amargado James, incorporándose al soltar a su amigo—. Intenté no molestar a nadie este semestre, y de acercarme un poco a Evans. Pero rechazó de plano la invitación. —Entornó la vista hacia el suelo y, más desanimado, añadió:—. Quizás deba aceptar que me odia.

   —Creo que Lili no demuestra que te odie como antes, Cornamenta. Debes seguir intentando. Cuando te conozca mejor, verá que gran mago eres y se acercará a ti —añadió Peter, apaciguando sus ánimos.

   —Colagusano está en lo cierto. No puedes ignorar que ella te detestó desde primer año. Eso tarda tiempo en cambiar. Y ahora no es más amiga de Quejicus, lo cual te da ventaja. Ya verás —James hizo una mueca moviendo un extremo de su boca en seña de duda, y luego asintió—. Pregúntale otra vez. Después de todo ya le he dicho a Bundimun que iríamos con ustedes dos— agregó, desplazando toda seriedad sin poder evitar emitir una leve sonrisa.

   —Si funcionó para ti... —exclamó Lunático antes de dar tiempo a que alguien más responda.

   —Bueno, aún no lo sé. Es decir, aceptó ir a Hogsmeade, sí. Pero creo que ahora me ve solo como un amigo. Hoy encontré algo que buscaba y me dio un abrazo, pero luego estrechamos las manos y, deberían haber visto su expresión. Quedó muy seria, como si algo le molestase. Luego soltó mi mano al momento de tocarla, y se fue lo más rápido que pudo ¿Qué será?

   —Estrechaste su mano con demasiada fuerza —concluyó James.

   —O le gustas, y se puso nerviosa.

   —Eso es ridículo Colagusano. Si alguien te gusta, no te das la vuelta. Eso no tiene sentido —dijo Sirius.

   —Es obvio, estrechaste su mano con demasiada fuerza —insistió Cornamenta.

   —Quizás sea mejor que vayan solos a Hogsmeade. Podrías preguntar directamente y ya. Incluso podrías decirle que te gusta desde hace tiempo —dijo Remus, cerrando por fin su libro y mirando al chico a los ojos.

   —Estas loco Lunático. Por fin he logrado acercarme y que confíe en mí. Si de repente digo que me gusta...

   —Entonces te ahorrarás de hacerle creer que eres su amigo y nada más, cuando tus intenciones son otras —replicó, inmutable.

   Sirius meditó durante algunos segundos sobre esas palabras. Lunático estaba en lo cierto, no era bueno hacer creer a alguien que era su amigo si esperaba otra cosa. Y el que lo rechace ahora, sería igual a que lo hiciera en el futuro. Sólo prolongaría la espera, pero podría pasar más tiempo con Mayka.

¡Reencarnada en Hogwarts! Cambiando el destino |𝑆. 𝐵𝑙𝑎𝑐𝑘★| COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora