Capítulo 24: Primera misión

91 22 1
                                    

   Dumbledore, luego de oír su mensaje, despidió al espectro con forma de perro. Se sentía aliviado, por fin contaba con alguien en el otro bando, aunque no dejara de preocuparse por la jóven desempeñando tal papel. Si la había motivado a tomar el puesto de espía, era a causa de ser consciente de su talento. Después de todo, era digna nieta de su abuelo Thadeus. Era una lástima que un hombre con tan buenas habilidades para la magia, optara por hacerse un lado en una guerra de tal calibre. Y, sobre todas las cosas, era una verdadera pena que hubiera tenido que morir a causa de ese hecho. Mayka, en cambio, podría evitar seguir por el sendero que siguió el viejo Nott, sin necesidad de volverse una bruja oscura o vivir huyendo. En aquellos tiempos oscuros, luchar y ser valientes era lo necesario.

   —¡Albus! Te buscan —gritó su hermano Aberford por detrás de la puerta.

   —¿Quién será a estás horas? Voy para allá —replicó con el habitual todo pacífico que tanto lo caracterizaba.

   El viejo director atravesó el umbral de su habitación, luego de oír el típico chirriar que hacía la puerta de madera al abrirse. Y, cuando aún bajaba por las escaleras pudo divisar un jóven elegante, cuyos rizos estaban cerca de cubrir todo su rostro. Podía percibir lo molesto y preocupado que se sentía, a juzgar por su respiración agitada y el entrecejo marcado y fruncido.

   —Jóven Black, un placer verlo. Aunque ya le he indicado a usted y otros miembros de la Orden, el medio por el cuál es más seguro comunicarnos.

   —Quería preguntar en persona, porque no dejo de darle vueltas. Usted sabe algo ¿Verdad? ¿Por qué mi novia, una persona que siempre aborreció las artes oscuras, de la nada se une al mayor mago tenebroso? Y luego de que estos asesinaran a su abuelo. No tiene sentido.

   —¿Y qué le hace pensar que puedo saber la respuesta?

   —Ella habló con usted, lo recuerdo —dijo, casi emitiendo un juicio sobre el hombre—. Justo en el funeral de su abuelo. Pero no quiso contarme sobre qué. Creo que tiene que ver con esto.

   Aberford soltó una risotada que alertó tanto a Sirius como a su hermano, Albus.

   —El primer error es dejar que mi hermano intercepte a alguien a causa de un bien mayor. Ruega porque tu chica se haya unido realmente a Quien Tú Sabes, porque de lo contrario, ya está muerta.

   A pesar de tener el rostro cubierto en gran parte, podía notarse cómo su tez se tornaba pálida.

   —No escuches a mi hermano. Claramente no sabe de qué habla. Y francamente, yo tampoco.

   —Dígame la verdad —exigió, elevando ligeramente la voz.

   —Déjame preguntarte una cosa, jóven Sirius —replicó el anciano, sin perder ni por medio segundo la compostura—. Supongamos que ella fue a los mortífagos sin desearlo, sino que obedeció a mis órdenes directas. Eso sólo podría significar que fue como una espía ¿No es cierto? Entonces, si y solo sí, fuera ese el caso ¿No te habría contado acerca de sus planes?

   —Quizás deseaba hacerlo. Ella se había estado comportando de manera extraña —insistió, casi rogando oír lo que esperaba.

   —Continuando con los supuestos, pensemos, entonces, que fue como una espía y no dijo una palabra. Eso podría significar sólo una cosa. Se traduciría en un deseo de desempeñar bien su papel, ya que, de lo contrario, su vida estaría en peligro.

   Sirius observó al suelo, mientras cerraba ambos puños con fuerza. Estaba claro que deseaba golpear algo en aquellos momentos.

   —Yo nunca la habría puesto en riesgo —dijo el jóven.

¡Reencarnada en Hogwarts! Cambiando el destino |𝑆. 𝐵𝑙𝑎𝑐𝑘★| COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora