Capítulo 21: La boda

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   Luego del dolor, la impotencia, el odio y la tristeza, llega el vacío. Thadeus fue más que un abuelo, un padre o una madre; se trataba de la suma de todo aquello y más. Él era su amigo y, sobre todo, su familia. El lugar que ocupó dentro de su corazón le fue arrancado para dar paso a la nada absoluta.

   Mayka permaneció en casa de Sirius luego de lo sucedido, y durante los dos días siguientes al funeral, se forzó a permanecer ocupada durante el día. Sin embargo, al caer el atardecer, las emociones contenidas escapaban en forma de gruesas lágrimas, acompañadas por un persistente dolor en el pecho. Él siempre notaba cuando estos momentos iban a suceder, por lo que procuraba no apartarse de su lado.

   Odiaba ser vista de esa manera, y sentía impotencia por no controlarse, pero no había nada que pudiera hacer al respecto. Después de todo, gracias a la constante atención del chico fue que pudo calmar un poco el amargo sentir de la soledad. Se había comportado más atento que lo habitual, y eso era mucho decir. No dejaba de abrazarla y besarla en cada ocasión que se presentaba.

   Luego de todo lo ocurrido, su decisión de unirse a los mortífagos como espía se incrementó. Pero no quería esconderlo de Sirius, no luego de todo lo que había hecho por ella. No obstante, más que su propia vida, temía por la de él. Después de todo, el muy tonto la seguiría sin dudarlo, arriesgando su seguridad con tal de cuidarla, y claramente no deseaba eso. «Quizás lo más sabio sea que me odie y siga viviendo», pensó. Lo último que quería era perder a otro ser amado.

   Al tercer día, cuando hubo calmado un poco su mente, llegaron sus amigos al lugar. Lili fue la primera en correr a abrazarla.

   —¿Cómo estás cariño? —preguntó su amiga, manteniendo el abrazo.

   —Mejor... Es decir, duele, pero intento estar bien.

   Finalmente se separaron.

   —Te lo he dicho antes, pero lo lamento mucho. Lo que te ocurrió, y a él... —Lili se veía claramente apenada por el hecho.

   —Está bien. Son tiempos difíciles para todos, y si la situación sigue de esta manera, no será el último funeral al que asistamos.

   —Intentaremos que así sea —fue Sirius quien habló, acercándose a ella y abrazando la parte baja de su espalda.

   —También intentaron que nosotros nos unamos a Voldemort, pero nos negamos —James hizo estremecer al resto diciendo el nombre al que todos temían—. Somos parte oficial de la Orden del Fénix.

   —Decidimos no temer a su nombre. No tiene sentido hacerlo cuando intentará matar a todos de igual forma —concluyó Lili—. Aunque para mí aún es difícil.

   —Estoy de acuerdo. Nosotros también aceptamos unirnos a la Orden. Dumbledore ya nos habló a nosotros, aunque no sabemos qué debemos hacer aún —dijo Sirius.

   —Yo debo volver a irme mañana. Quería verlos una vez más antes de emprender mi misión. Saben, quizás no es momento para contarlo, pero finalmente dí con una poción para controlar las transformaciones —en la voz de Remus, siempre inmutable, se pudo percibir un ligero toque de felicidad al contar lo último.

   Todos esbozaron una gran sonrisa, incluyendo Mayka, que no había parado de palidecer durante los últimos días. Por fin había una noticia que traía alegría a la chica.

   En vano intentó felicitarlo cuando sus amigos ya se encontraban abrazando al chico, con lágrimas brotando de sus ojos. Nuevamente, el amor que había en esa amistad podía percibirse en el aire. Ella y Lili también se unieron al abrazo, sin poder contener la felicidad que la noticia causaba.

¡Reencarnada en Hogwarts! Cambiando el destino |𝑆. 𝐵𝑙𝑎𝑐𝑘★| COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora