Capítulo 7: Horrocruxes

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   Mayka, al recordar la importancia de su misión, dejó de lado lo que le pareció que eran pensamientos tontos y pasajeros. Sirius se había convertido en su amigo, y no iba a arruinar dicha amistad con emociones pasajeras. Además, le había prometido que la dejaría acompañarla a ver a Dumbledore
Por lo tanto, envolvió la diadema en un sobre y, junto a Amelia, volvió a salir de la sala. Cruzándose en el camino con una Lili que ya no parecía tan molesta como antes.

   —Iremos a Hogsmeade juntos ahora, veamos cómo sale —le contó.

   —Creo que nos divertiremos —anunció emitiendo una sonrisa para la chica.

   Siguió cada una a su destino. Al llegar a la sala común, Mayka observó a Sirius con sus amigos y este le devolvió la mirada. Los nervios querían subir a flote de nuevo, pero en esta ocasión se limito a ignorar lo que quería ocurrir dentro de su pecho. Con un ademán llamó al muchacho, y este no dudó en levantarse e ir hacia ella. Sabía que esto provocaría los rumores ajenos, pero ya no le daba importancia. Sus compañeros debían acostumbrarse a su creciente amistad.

   —Sirius, tengo la respuesta de Dumbledore —susurró sin saber el porqué —me dijiste que querías acompañarme, así que te aviso por si puedes —y señaló al pequeño trozo de papel escondido entre sus manos.

   —Señorita Nott, —leyó —me alegra saber esa noticia. Aunque el día haya terminado para cuando lea esta carta, por favor venga de inmediato. Se trata de magia muy poderosa. Ah, y aún disfruto tremendamente de las varitas de regaliz, para su información. —concluyó, devolviendo la carta —así que piensan ir ahora, aunque ya está terminando el horario de estar fuera de las salas —indagó, curioso.

   —Vaya, nunca pensé que te percatases de las normas —bromeó alegre, dando un pequeño codazo al chico.

   En esos momentos notaba lo tonta que había sido durante todo el día al pensar en cosas extrañas. Era sólo Sirius Black, su nuevo amigo, el chico cuyo futuro estaría condenado debido a la guerra. No debía perder el tiempo con sentimientos complicado.

   —Regla ez mi zegundo nombre, jóven. Y no te atrevaz a hablar de romperlaz frente a miz ojoz —añadió al momento en que las chicas comenzaron a reír.

   —Oh, es Davies, el prefecto de Ravenclaw. Es cierto que habla muy extraño —rió tomando parte por fin, Amelia.

   —¿Cómo dize? Zoy premio anual. No ze atreva a mofarrze ¡Zincuenta puntoz menoz para Griffindor! —las suaves risillas ahora eran carcajadas, y llamaban un poco más la atención de los presentes en la sala.

   —Así no es mi amigo, debes escupir al decir Griffindor —añadió James al acercarse, haciendo incapié en la ff.

   —Oh vamos, si lo imitase adecuadamente no tendría saliva por desprender.

   —Es cierto, al acercarse habla con mucho ímpetu, pero por favor no lo imites así —rogó con sus manos Mayka, fingiendo extrema preocupación.

   —Ahí lo tienes James. Bien, ¿nos vamos?

  —¿A dónde vamos? —añadió James.

   —Tu, mi querido amigo, no estás invitado —dijo Sirius al reposar un brazo sobre los hombros de su amigo.

   —Me rompes el corazón Sirius, ya van tres personas.

   No hubo tiempo a responder, ya que Luke, el chico que salía con Amelia, se acercó y la llevó con él de la mano. No siquiera medió palabra con quienes la acompañaban. Mayka solo observó cómo iban a un extremo de la habitación. Era una situación familiar a estas alturas. Luke era un tanto celoso, incluso con ella misma, y cuando apartaba a Amelia, significaba largo rato de discusión. Últimamente lo hacía en cada ocasión en que su amiga la acompañaba a la sala de menesteres y pasaba mucho tiempo allí. En parte lo entendía, quería pasar tiempo con su novia, pero no le parecían situaciones tan graves como para armar un completo berrinche; podría haberlas acompañado y ya. En ese momento, con más razón tardarían, ya que habían estado durante en la tarde en la biblioteca, y ahora hablaban con dos chicos. Sabía que debía ir sola y volver rápido para consolar a su amiga llorando. Luke definitivamente no le caía bien. Pero no debía entrometerse, ya lo sabía. Sólo se limitó a mirar con enojo y seguidamente a Sirius, en seña de que debían irse. Este y James comprendieron, así que el primero la siguió fuera de la sala.

¡Reencarnada en Hogwarts! Cambiando el destino |𝑆. 𝐵𝑙𝑎𝑐𝑘★| COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora