La música estridente ahoga mis oídos, mis tímpanos vibran como si quisieran reventar; sin embargo, sigo moviendo las caderas acompañada de mis amigas. Me siento acalorada y no sé si es por lo estrecha que se ha puesto la pista de baile o porque el tequila está haciendo de las suyas en mi organismo.
Una gota de sudor se forma en mi sien y se desliza hasta mi mejilla, la limpio rápidamente y continúo con mi esplendido baile. Cecilia se acerca divertida y sudorosa, su blusa se ve adherida a su cuerpo por lo mojada que se encuentra; llega hasta mí con una gran sonrisa y entrelaza nuestras manos moviéndose al ritmo de la música, también me grita algo, pero es obvio que logro escucho que es... Por lo que sonrío sin saber qué responder a mi rubia favorita, y seguimos bailando un poco eufóricas. En ese momento Aurora se une a nosotras ofreciendo dos shot.
—A la de tres —grita y comienza a extender sus dedos —. Uno, dos, ahora.
Las tres inclinamos la bebida a nuestras bocas y sacudimos la cabeza cuando el ardor recorre nuestras gargantas. Ellas continúan su danza divertida, pero yo no me encuentro del todo bien, mi vista se nubla y pierdo un poco el equilibro, así que evitando que me vean me abro paso entre las personas con dirección al baño porque un poco de agua en la cara es lo que necesito.
Camino por un largo pasillo y siento un golpe en mi brazo derecho que hace que quede pegada a la pared. Subo la mirada para dar un sinfín de maldiciones a la persona que me ha golpeado, pero lo que veo me deja estática y completamente muda... Es él, el hombre que ha estado siguiéndome durante varios días está aquí con su ejército de guaruras y su sonrisa malévola.
Los nervios comienzan a apoderarse de mi cuerpo, un temblor se hace presente en mis manos, la cabeza vuelve a darme vueltas y ya no sé si es por el tequila o por el temor que me empieza a consumir. Aparto la mirada de la suya y corro como puedo para llegar a mi destino, el baño; una vez allí, abro el grifo y coloco agua sobre mi frente mientras observo a todas partes. El zumbido de mi celular que está en el bolsillo trasero de mi pantalón me hace dar un brinco del susto, rápidamente lo tomo y leo un mensaje de las chicas diciendo que me esperan en la puerta de salida, por lo que respiro aliviada, ya que esa era mi oportunidad para alejarme de ese hombre. Salgo con precaución del baño y cuando compruebo que no hay nadie, inicio una carrera, pero hacia la puerta trasera de la discoteca para evitar toparme con ese sujeto nuevamente.
Apoyo mis manos sobre mis rodillas respirando agitada y sonrío victoriosa por haber salido ilesa de allí, mas cuando subo la mirada mi mundo se viene abajo.
—Creías que podías escapar de mí, Esmeralda —Sonríe con picardía bajando de un auto negro sin matrícula.
—¿Qué es lo que quieres? —pregunto con voz cortada mientras lo veo aproximarse hacia mí.
—Te quiero a ti —dice colocando con fuerza un pañuelo sobre mi nariz y mi boca.
Intento moverme y forcejeo lo más que puedo para retirar la tela que cubre parte de mi rostro, pero es inútil.
Todo se vuelve borroso, mis piernas se debilitan y caigo sobre sus brazos. Él me toma con fuerza besando mi frente.
«Por qué a mí, Dios mío».
Pierdo la visión completamente.
NOTA: Esta historia es solo ficción, contiene escenas de sexo explicitas y contenido de violencia.
Estaré actualizando frecuentemente.
Espero que les guste ;)
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Besitos.
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Riesgosa Seducción
Romance[BORRADOR] Libro I: Bilogía "La elegida del mafioso" Esmeralda, una joven estudiante de letras en una prestigiosa universidad de México, disfruta de una vida repleta de lujos y comodidades gracias a su padre, dueño de la principal empresa de bienes...