Valentina ha insistido en que usemos ropa cómoda e informal, no entiendo el motivo, ya que hasta para estar dentro de la mansión tenemos que vestir como aspirantes a la miss universo. En todo caso, he accedido porqué necesito sentirme yo, aunque sea por una noche; vestir a mi manera, a mi gusto, es algo que me agrada de manera sobrenatural, es como conectar con mi yo interno. Valentina está conmigo a la espera de nuestra salida, ella se ha puesto un vestido casual floreado, a mi parecer, bastante ridículo, pero ella tiene gustos de moda un poco... peculiares, por no ofenderla con otra palabra que lo describa mejor, y acompañó su vestido con unas zapatillas bajas. En mi caso, he optado por un jean negro, un croptop blanco, de mangas largas y holgadas con unas botas negras de tacón. Por primera vez desde que llegué aquí voy a salir de mi habitación siendo yo misma.
Tocan a mi puerta y es un guardia al que veo muy poco, las veces que lo he visto ha sido de lejos, siempre está de aquí para allá o en la puerta principal, por lo me extraña demasiado que sea precisamente él quien nos escolte esta noche.
Fijo mi mirada en la de Valentina y me encojo de hombros al mismo tiempo en el que frunzo mis labios para señalar con ellos al hombre que nos guía hacia la salida.
—Olec es el guardia principal de la mansión y uno de los hombres de confianza de Patrick. Nadie entra, ni sale de aquí, si no está supervisado por él —murmura contestando a mi seña.
Asiento a su respuesta y continuamos en silencio nuestro andar. Cuando llegamos al portón de salida vehicular, recuerdo el momento en que quise escapar y terminé con un tobillo lesionado. Una pequeña risa escapa de mí.
—Y tú, ¿ahora qué? —pregunta curiosa.
—Quise escapar una vez y me trepé en ese portón, pero caí y, pues, me lesioné el tobillo —admití con una sonrisa a medias.
—Eres aguerrida, Esmeralda. Había escuchado eso de boca de la servidumbre, mas no sabía qué tan cierto era.
Quise responder, pero no pude, ya que nuestra conversación fue interrumpida.
—Suban, por favor —indica Olec abriendo la puerta de una camioneta negra.
Hacemos lo que nos pide y subimos una tras la otra. Nos acomodamos en el interior del vehículo y este se pone en marcha.
—¿Sabes hacia dónde vamos y por qué ellos no vienen con nosotras? —La observo expectante.
—No, no tengo idea de a dónde vamos. —Sonríe sin mirarme —. Para ellos es más fácil moverse solos cuando no están en México, Esmeralda.
No creo en sus palabras, es obvio que ella sí conoce nuestro lugar de destino. Me acerco más a ella, con la intención de susurrar a su oído para que el chofer no logre oír lo que decimos.
—Quieres que confié en ti, pero no eres sincera. En tu cara se ve la falsedad, tus palabras suenan a mentiras —susurro tan bajo que apenas ella puede escucharme.
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Riesgosa Seducción
Romantizm[BORRADOR] Libro I: Bilogía "La elegida del mafioso" Esmeralda, una joven estudiante de letras en una prestigiosa universidad de México, disfruta de una vida repleta de lujos y comodidades gracias a su padre, dueño de la principal empresa de bienes...