Patrick Damasco
Las palabras de mi padre retumban en mi cabeza "En este negocio deben tener en cuenta una cosa: solo se tienen el uno al otro, hagan lo que sea por protegerse, no hay nada más difícil que llorar a quien se ama. Eviten a toda costa que eso pase y si llegase a pasar, al otro tendrán que vengar".
—Te lo juro, Paolo. Juro que ese maldito italiano va a pagar por tu muerte, Maximiliano Santoro no sabe con quién se ha metido.
Toda esta lucha por el territorio, tenía un precio, eso siempre lo supe; sin embargo, siempre fui un hombre derecho y no me anduve por las ramas. Maximiliano me quiso neutralizar, pensó ser más inteligente que yo, y sí, es cierto, me tomó en un momento de vulnerabilidad, ese fue mi error, pero no volverá a pasar. Ese italiano pisó sin autorización el infierno y ahora el diablo irá por él.
Durante mucho tiempo pensé en este momento, y siempre le dejé muy claro a Paolo todo lo que debía hacer si yo partía. Había ejecutado planes para él que debía seguir si yo moría, lo que jamás hice fue detenerme a pensar qué pasaría si fallecía él. Es que en mi mundo no existía una vida sin mi hermano, en mundo yo no me percibía sin él y ahora que veo su cuerpo sin vida, no puedo asimilarlo. A pesar de sus vicios y sus malos negocios, es mi hermano y el amor que siento por él es indiscutible. Me niego a aceptar su muerte.
La puerta comienza a sonar y oigo la voz del puma del otro lado. No quiero ver a nadie, pero no puedo negarme a verlo a él. Estoy seguro que me tocará enfrentar con esa pequeña parte de la vida de mi hermano que tanto detesto.
—¡Adelante, puma! Entra de una vez y terminemos con esto —digo ante el insistente toque de puerta.
Camino de un lado a otro sin saber realmente qué hacer, froto mi cabello, sintiendo la frustración e impotencia correr por cada célula de mi cuerpo. Olec, dónde diablo se ha metido. Saco mi teléfono del interior de mi bolsillo y antes de marcar su número le indico al puma que haga silencio mientras realizo la llamada. Al tercer repique me contesta.
—Lo siento mucho, señor.
—Más va a sentirlo otro, ¡escúchame con atención!
Le cuento a Olec lo que tengo planeado porque en este momento solo confío en él. Maximiliano quería guerra, pues ahora la va a tener. En México tenemos retenido a unos de sus hombres, al cual pensaba utilizar para pactar con él. Ahora todo será de otra manera, han despertado al demonio que hay en mí y este demonio no hace pacto con nadie, ahora van a conocerme realmente. No sé imaginan lo que les espera, lo que saben de mí hasta ahora, se quedará minúsculo en comparación con lo que vendrá de ahora en adelante.
Guardo el teléfono de nuevo en mi bolsillo y camino hacia donde se encuentra el puma.
—Hablemos —le indico, colocando mi mano sobre su hombro.
—Esto es burda de fuerte, hermano. De verdad, lo siento —dice sincero, lo sé porque su voz suena cortada, y veo en su garganta como traga grueso.
Los negocios del Puma y Paolo eran algo... desalmados, y sé que no soy San Patrick de Jesús, pero secuestrar personas solo por dinero y, especialmente, mujeres o niños, me parecía algo extremo, sobre todo para Paolo porque él no tenía necesidad de hacerlo, pero vaya que le gustaba llevarme la contraria y hacerse el "independiente" El puma manejaba el estado donde vivía a la perfección, tenía conexiones en la policía y sus mañas para hacer lo que quisiera y con el dinero que Paolo invertía, rápidamente crearon una producción de dinero en base a secuestros realmente impresionante. Yo siempre me he mantenido al margen, lo mío es el transporte de la cocaína, las rutas, mi terreno, yo sabía cómo y dónde poner la droga de los mejores proveedores y era reconocido por eso. Ese era el motivo de mi guerra con los italianos ellos querían dominar el envío y la producción del mundo y para eso debían eliminarme, cosa que les había quedado muy grande. Yo siempre iba un paso delante de ellos, hasta ahora.
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Riesgosa Seducción
Lãng mạn[BORRADOR] Libro I: Bilogía "La elegida del mafioso" Esmeralda, una joven estudiante de letras en una prestigiosa universidad de México, disfruta de una vida repleta de lujos y comodidades gracias a su padre, dueño de la principal empresa de bienes...