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El tamaño de una mazmorra varia, pero no según el rango. Dependiendo de las circunstancias hay veces en las que se tarda semanas analizar su interior, o veces cuando sólo se tarda unas pocas horas para llegar al sitio del jefe.
Esta mazmorra fue hecha como un laberinto así que no hay muchas peleas, pero se tarda en moverse. El trabajo es cargar el equipaje, ahora mismo no quiero entrar en peleas...
—Aquí Jin —le di su almuerzo, habíamos tomado un momento para comer y descansar.
Poder ganar dinero sin luchar, pensé que sería un trato decente.
Cuidado con las lagartijas.
Una advertencia inesperada, no se por qué recordé esa advertencia, pero una cosa es segura:
Mi mal presentimiento nunca miente.
[...]
—Esto es grave, ha pasado bastante tiempo, pero todavía no hemos encontrado ningún monstruo con extremidades intactas solo hay cadáveres y monstruos moribundos desde hace un tiempo.
—Pero debería haber un jefe, ¿No?
—Si no hay jefe no se abriría un portal.
—Esperen —paré abruptamente lo que hizo que Jin chocara contra la mochila—, Gyu-Wan, ilumina el área.
Alas de insectos, piernas, cuerpos e incluso cabezas estaban esparcidas por el suelo. Los cadáveres de las bestias mágicas tipo insecto estaban por todas partes. Todo enredado en telarañas, habían capullos por el lugar, pero se notaban que aún no eclosionaban.
—Oh Dios...
—Esa es la habitación del jefe.
—Prepárense...
¿No podían ser otra cosa? No lo se tal vez altos orcos, incluso las malditas estatuas con las que casi muero. ¿Por qué tenia que ser una araña gigante?
"Justo en la aracnofobia"
"¡Te odio!"
Le di un codazo directo en alas costillas, se burlaba de mi.
Ni siquiera me interesaban los cristales de maná que se habían encontrado como una mina de oro. Esa maldita araña me traía con los pelos de punta.
—Si son muchos, ¿Supongo que deberían tener un precio más alto que los cristales mágicos? Solo míralos, deben ser más de 10,000,000 wons.
"¿Estarás bien?"
"¿Ahora te preocupas?"
Es decir, que alivio que se siga preocupando por mi, aunque fue hasta que mi cara se puso pálida que dejó de jugar con mi fobia.
