Ross [PAUSADA]

31 |Eithan|

De dos en dos, bajé las escaleras sintiendo mi pecho saltar de susto, en el camino pude escuchar el auto arrancar por lo que con más rápidez abrí la puerta de la entrada para ver al susodicho alejarse.

Maldije en mi fuero interno y jadeé al llegar a la acera de la calle, apenas logrando ver un atisbo del auto negro doblar por una esquina. No podia creer que aquello estuviera pasando, Anna había huído sin ningún remordimiento y temía que la razón fuera la que imaginaba.

De hecho, no tenía que pensarlo demasiado para adivinar a lo que iba, y joder, me volvería loco si no hacía algo para evitarlo.

A grandes zancadas volví adentro dispuesto a buscar las llaves y conducir sin importar que no tenía ni idea de dónde buscarla, hasta que la silueta de alguien saliendo de la cocina me hizo detener en el camino.

Lo miré con los ojos entrecerrados, agitado, mientras este sonreía burlón.

—¿Por qué luces gan angustiado?—inquirió con mofa, bebiendo un vaso de jugo.

Apreté los puños, frustrado.

—Tú sabes a dónde fue ¿verdad?—cuestioné con sospecha.

Este bufó con diversión.

—¿Qué te hace pensar al estúpidez?

Decidido, acorté la distancia y lo estrellé contra la pared apretándolo del cuello, el vaso de jugo en su mano se meneó con el brusco movimiento, derramando unas gotas del líquido que contenía.

—Eithan ¿qué estás...?—atrás de mi Rebecca y Nick bajaron extrañados, observándonos en plena riña. Los ignoré y me dediqué a buscar las respuestas que sabía, vincent tenía.

Este no luchó, parecía desear que viera a través de sus recuerdos lo que estaba buscando, solo sonreía esperando a que terminara al tiempo que observaba el momento exacto donde Anna revisaba su teléfono la noche anterior, un mensaje de texto en su pantalla le daba una ubicación clave.

Gruñendo lo solté bruscamente oyendolo reír entre dientes cuando volteé para subir las escaleras.

—¿Qué está pasando, Eithan?—cuestionó Nick con dureza. Me detuve al lado de ellos, apretando los puños.

—¿Crees que podrás evitarlo?—cuestionó vincent haciéndome mirarlo sobre mi hombro—es su destino, Eithan. si ella no acaba con esto, nada lo hará y entonces más vidas se sacrificarán, incluyendo la tuya.

—¿Crees que siquiera me importa...?

—¿Quieres ser como tu padres?—me cortó enarcando una ceja, apreté la mandíbula tensándome.

—Cierra la boca.

—Hay que ser claros—añadió rodando los ojos—tu padres sacrificaron sus propias vidas para salvar a alguien que acaba de irse en busca de su propia muerte, ¿crees que es justo? aunque si lo pensamos un poco es lo mejor que podría hacer, no veo alguna otra solución.