29

52 12 1
                                    

—¿Me vas a decir qué está pasando?—inquirió adam con gesto de preocupación sin perder la vista de la carretera

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Me vas a decir qué está pasando?—inquirió adam con gesto de preocupación sin perder la vista de la carretera. Sorbí por la nariz, agradeciendo que hubiera parado de sollozar hace unos minutos.

—Garret tiene a sam—musité sin darle muchas vueltas al asunto, estaba cansada.

De reojo vi a adam apretando el volante y su mandíbula tensándose.

—Lo sé—contestó entre dientes.

Volteé hacia él, confundida.

—¿Qué?

—Eithan me llamó y me contó todo—frunció los labios—por eso hice lo posible por volver rápido.

—¿Y por qué no respondías mis llamadas?—cuestioné molesta—¿sabes lo desesperada que estaba?

—Lo siento,—sacudió la cabeza, frustrado—no tenía señal y cuando Eithan me llamó había conseguido un poco de recepción, la suficiente para escuchar a medias lo que me decía.

Suspiré bajando la mirada mientras la ansiedad me hacía morder los labios.

—Perdón, no pude evitar que pasara...

—No es tu culpa, Anna—contestó con voz atormentada—yo debí quedarme y cuidarlas.

—Fue un descuido, incluso Eithan estaba a nuestro alrededor cuando pasó. Yo... No sé cómo ocurrió—susurré con un nudo en la garganta.

Adam suspiró pesadamente apretando mi mano entre la suya sin dejar de mirar la carretera.

—Cálmate, estoy seguro de que todo va a estar bien—hizo una mueca de angustia y volvió a poner su mano sobre el volante. Lo miré con curiosidad, se veía... Inquieto. Pero supuse que era por lo mismo por lo que yo estaba inquieta—entonces, ¿por qué huiste de casa de Eithan?

Apreté los labios.

—Recibí una llamada de quien tiene en su poder a Sam, me dio la dirección de donde se encontraban y me advirtió que fuera sola—froté mi rostro con ambas manos, preocupada—no debería involucrarte a ti pero llegaste justo a tiempo para ayudarme a escapar.

—Sabes que si vas te estarías entregando a ellos ¿verdad?—inquirió Adam, frunciendo las cejas.

—Lo sé—apreté la mandíbula —y estoy dispuesta, así que no intentes convencerme de lo contrario.

—Debería haber otra opcion. Todos han hecho su mejor esfuerzo para protegerte hasta ahora como para que tomes una decisión tan drástica—comentó, preocupado.

—No veo otra opción viable que no ponga en riesgo la vida de Sam y Elizabeth—dije y enseguida un gesto de total confusión se posó en sus facciones.

—¿Elizabeth?—preguntó extrañado.

—Sí, también se la llevaron la misma noche que sam.

—¿Estás segura de que se la llevaron tambiém?—inquirió escéptico.

Ross [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora