Hoy era el día de su boda con el hombre que amaba, Pierina D'Alessio a no imaginó jamás lo que le esperaba ese día.
Ese día la marcaría para siempre, descubriría la traición de quien menos lo esperaba.Hoy, es el gran día, mi gran día, el día que me caso con el hombre de mi vida.
Paso mis manos, por mí aún plano vientre y una sonrisa se dibuja en mi rostro, me encuentro parada frente al espejo, mirando mi hermoso vestido de novia,
— ¿Hija, estás lista? — Dice mi nana arreglando pequeños detalles en mi,
tu padre espera por ti.
—Sí Nana, ya voy.El personal que me ayuda con el maquillaje, colocan mi tiara junto con el velo, y una fina capa de velo, cae sobre mi rostro, me miro por última vez y veo mi imagen en el espejo y estoy feliz, camino hacia la puerta y voy bajando peldaño a peldaño las grandes escaleras dónde al final me espera mi padre, enfundado en su smóking negro, lo miro muy elegante y me extiende su mano y con una sonrisa, me dice.
— Estás hermosa hija. — Expresa dejando un beso en mi mano y otro en mi mejilla
— Gracias papá. — Respondo con una sonrisa.
— Te pareces mucho a tu madre.Dice sacando una caja negra de terciopelo, y la abre para apreciar en ella, la hermosa joya, es un brazalete de oro blanco, con piedras de topacio imperial, lo toma y lo coloca por encima de mi fino guante de seda.
— Se lo di a tu madre el día de nuestra boda. Es tiempo de que lo uses tú.
Dice mientras me da un beso en la frente, nos dirigimos a la limusina que nos llevará a la catedral de Roma, donde están a la espera de mi llegada, pero por alguna razón, esta presión en el pecho no me deja tranquila.
— Hija, no estes nerviosa.
Dice papá, tomando mi mano.
— Todo saldrá bien.— Sí papá, son nervios de novias.
llegamos a la iglesia, y mi nana se acerca para decir que Donatello aún no llega. Mi cuerpo se tensa, y miro a mi padre quién toma mi mano, él la aprieta y le indica al chófer que demos una vuelta para darle tiempo a Don, de llegar
— Papá, tengo un mal presentimiento.
— Tranquila hija, debe ser algo que lo ha retrasado, ya verás que pronto todo será solo un contratiempo.Soy un manojo de nervios, y para cuando llegamos por segunda vez a la iglesia, mi nana con cara de mucha angustia se acerca y le entrega a mi padre una nota dónde le indica el porqué no puede asistir a nuestra boda.
"Lo siento mucho querida, siento no poder asistir a nuestra boda. perdóname por ser un cobarde, y no darte la cara, para poder decírtelo de frente, que no puedo cargar con el hijo de otro, porque el hijo que llevas en tu vientre no es mío, y no puedo con esto, perdóname, perdóname"
Mis lágrimas caen a raudales por mi rostro.
— ¿¡Cómo que mi hijo no es suyo!?
— ¿Cómo puede negarlo? ¡papá!. Esto es una pesadilla, esto debe ser una jodida broma, nana, dime qué Donatello está allá dentro.Digo bajando de la limusina y caminando al interior de la iglesia. Todos me miran y murmuran, llego al altar donde se supone estaría esperándome el amor de mi vida, pero solo estoy yo bajo las miradas de todos, doy una vuelta y salgo corriendo, me subo al primer auto que encuentro, y conduzco a toda velocidad, llego a la que sería nuestro hogar, corro al interior, y es Kiara quién está en medio de la sala esperando, ¿se supone que debería de estar en la iglesia? Si, pero esta aquí y no se por qué.
— Kiara ¿Dónde está Donatello? quiero que me explique. — Ella mira a lo alto de las escaleras, donde viene Donatello bajando con la maleta.Camino apresurada mente hacia él exigiendo una explicación.
— ¡Don! ¿Qué significa esto? ¿Cómo es que no estamos en la iglesia casando nos?
— ¿Cómo es que reniegas de nuestro hijo? ¿Porqué? ¿¡Dime porqué!?Era una ametralladora disparando preguntas, desesperada por tener respuesta, me acerco a él, y lo cojo de la solapa de la camisa,
— Por favor, por favor explícame, porque no estoy entendiendo nada..Digo mirándole a los ojos, el se mese el cabello camina de un lado a otro pasa su mano por el rostro en un gesto de frustración
— Pieri, lo siento, pero no puedo. Expresa con gesto de desesperación pasándose sus manos por su rostro.
— Es nuestro hijo. — Casi gritando le digo con lágrimas,
— ¡No! No lo es, no es mío.- Responde casi a gritos. Doy un paso atrás .Y es como un puñetazo en el estómago lo que siento, cuando escucho sus palabras y asegurar de que mi hijo no es suyo.
— ¿Cómo puedes decir que no es tuyo? — Lo enfrento.
Se voltea me mira a los ojos y con un gesto de indignación, y dolor me asegura
— ¡No!.. no lo es Pierina, tú no te acostaste conmigo, tú.. no pasaste conmigo aquella noche en el yate ...Mis ojos se quieren salir de su órbita por lo que escucho !jodida broma!
— ¿Como que no!? Estabas a mi lado. Como que pregunto, como que afirmo— ¡No! no era yo.
— ¿¡Como que no eras tú!? ¿Dónde estabas tú? !si no era conmigo! ¿Dónde?
Pregunto por qué ya no puedo con esto, es algo que me supera, siento las piernas flaquear, siento que voy a desvanecerme, pero necesito aclarar esta situación que está a punto de volverme loca.
Y creo que voy a enloquecer por qué jamás me prepararon para escuchar tamaño declaración de horror.— ¡No¡ fue conmigo con quién pasaste aquella noche. Casi gritando me, lo dice desesperado.
— Alguien te drogó a ti y a Alessandro, fuiste a un camarote y fue con él con quién pasaste la noche.
Llevo mi mano al pecho, un temblor invade mi ser, por qué es irreal lo que escucho.
¡No! no, no, puede ser. Me niego a creer semejante horror. ¿Fui violada? — Cuestionó, pregunto
— No creo lo que me estás diciendo, No puedo creer lo que me estás diciendo ¿Es una maldita broma? ¡Dime qué es una maldita broma!Grito con desesperación queriendo creer que lo que me dicen no es real.
De pronto surge una pregunta en medio de la confusión en la que estoy, me acerco y lo miro a los ojos.— ¡Mírame! mírame y responde. — Grito preguntando. — Mientras yo era violada ¿Dónde estabas tú?.. ¿Dime? ¿Dónde carajos estabas tú? mientras Alessandro me violaba.
Lo miro fijamente, baja la mirada y esto me da escalofrío.
— ¡Responde! Por favor, responde. — Mi voz se rompe al igual que mi corazón.
— Yo, yo, estaba ebrio, perdóname Pierina...Dice cerrando los ojos.
Y es Kiara quién me da la estocada final para acabar con lo poco que quedaba de mi.— Estaba conmigo Pierina, siempre estuvo conmigo y que estoy esperando un hijo suyo.
No creo lo que escucho, me supera, llevo mis manos a mis oídos,
— No más, no más. — Grito y salgo corriendo, el dolor en mi pecho es tan fuerte que no lo soporto, subo al auto y conduzco sin rumbo fijo, mis lágrimas bajan como lluvia.
Y en mi cabeza, solo están las palabras mezcladas, por qué todo en mi mente es un caos, no sé cuánto tiempo, ni que dirección tomé, pero me encuentro parada en los peñascos que están frente al mar, el viento es fuerte y levanta mi vestido ya sucio, no comprendo nada."¿¡Por qué a mí!?"
"¿¡Por qué tanto dolor!?" Logró hilar un pensamiento. En mi mente que estuvo en blanco por mucho rato.Camino lentamente por el borde del precipicio, lo único que quiero es, no sentir, no escuchar... no ver.
—¡Por queeeee! — Un grito desgarrador sale de mi garganta.
Caigo de rodillas al suelo, el sollozo es tan fuerte que mi cuerpo tiembla.Miro al cielo se torna oscuro. Oscuro es como veo toda mi vida.
— ¡Aaaah Diooos! por qué a miii.
Mi mente se nubla, no veo ni siento nada, siento que floto y es cuando la oscuridad me arrastra, y ya no soy dueña de mi voluntad.
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PEDACITO DE CIELO, Un Amor Sin ADN. Libro #1 De La Saga Cielos Eternos
RomancePEDACITO DE CIELO Un amor sin ADN Stefano Pierre. Un doctor en pediatría, soltero sexy, y apasionado . Tras la traición de su prometida regresa a su Roma natal, dónde el destino le tiene preparado un encuentro con el verdadero amor que viene con e...