CAPITULO 41. Cumpleaños de Gemelos y Cuatrillizos

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Las vacaciones de Luggina eran como siempre, llenas de aventuras y emociones ella y su familia tenían viajando por toda Sudamérica.

Su última semana sería en Moscú, las costas de Sochi, con un hermoso clima templado, con sus lagos y playas.
Así como sus pistas rojas y negras para esquiar en invierno.

— Papito yo quiero venir para aprender a esquiar. — Dijo muy convencida de que en las próximas vacaciones eso era lo que harían.

— Primero tendrás un entrenador, luego vendrás. — Vio la expresión de felicidad de su hija y era algo que no tenía precio.

Alessandro y Alexa caminaban por la playa. Mirando a sus padres de lo más contenta con sus hijos.

La semana pasó en un abrir y cerrar de ojos.
Estaban aterrizando en el aeropuerto de Roma y su otra familia la esperaba.

Al verlos corrió a los brazos de su padre, Alessandro veía la escena y eso le confirmo que jamás podía sacar a Stefano del sistema de su hija.
Sonrió y caminó a ellos se saludaron y fueron a la mansión D'Alessio dónde un almuerzo de bienvenida los esperaba.

El mundo de Pierina se desvaneció, y Stefano fue muy ágil para tomarla en sus brazos.

— ¡Amor! ¿Que te sucede? — El temor de Stefano le recorrió todo su cuerpo. La subió a su auto y seguido por todos llegaron al hospital.

El médico la revisó hizo las preguntas de protocolo, envío a realizar exámenes para descartar cualquier anomalía.

— Todo está bien cariño. — la tranquilizó Stefano tomando su mano y dando un beso en la comisuras de sus labios.

Media hora después el doctor entraba al consultorio con los exámenes en las manos.

— Bien aquí tenemos los resultados. — Dijo rodeando el escritorio y sentando se en la silla.

— Dígame doctor ¿Que eso que tengo?

— Tu problema no es serio. — les comunicó con una sonrisa en los labios .

— Estás embarazada Pierina. — Una enorme sonrisa se dibujó en los labios de Stefano.

— ¿Embarazada? — Preguntó asombrada por qué no tenía síntomas característicos como náuseas y mareos, solamente dormía comía y  mucho .

El doctor le indicó que pasará a la camilla para que se recueste y realizar le una ecografía. Descubrió su vientre, el médico puso un poco del frío gel y empezó a deslizar el transductor por su vientre, miró la pantalla.

En ella se visualizó dos manchitas. Lágrimas caían por su rostro eran lágrimas de felicidad.

— Aquí están — Señaló el doctor, mostrando los punto en la pantalla.

— Son gemelos, tienen doce semanas tienen el tamaño y peso perfectamente bien.

Stefano y Pierina no podían sentirse más feliz, su familia crecía.

Tres horas después estaban en el jardín de la mansión D'Alessio festejando no solamente la llegada de su hija si no también la pronta llegada de los o las gemelas.

Tres semanas después.

Stefano envío un hermoso vestido rojo a Pierina y una nota que decía.

"Te espero a las siete en la cabaña, no llegues tarde"

Pierina sonrió al leer la nota y por su mente pasó muchos escenario del lugar.

Abrió la caja y vio el hermoso vestido rojo y tacones color plata. Fue a la habitación de sus cuatrillizos los bañó los vistió, con la ayuda de las nanas de ellos,  jugó con ellos y Lugg, luego de dejar dormidos a sus hijos, volvió a su habitación fue al baño a ducharse y comenzó a arreglarse y salir al encuentro con el amor de su vida.

PEDACITO DE CIELO, Un Amor Sin ADN. Libro #1 De La Saga Cielos EternosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora