Eres mi esposa.
Esas palabras se repetían una y otra vez, en su mente.
Pierina no creía lo que escuchaba, como era posible? Estaba casada con ese hombre? No!! Definitivamente esto era una pesadilla, tenía que ser una jodida pesadilla.
Miró a Stefano irse muy furioso, bajó las escaleras y salió.— Señorita, no puede salir sin escoltas.
Dijo Luiggi, jefe de seguridad.
— Si no puedo salir sola, entonces llévame, necesito aclarar algo con mi padre y es !ya!.
Luiggi la llevó al edificio donde estaba Renato D'Alessio, llegaron al estacionamiento, dónde Pierina no esperó a que le abrieran la puerta del carro, salió como un rayo, subió al ascensor privado que la llevó directo a la oficina de su padre.
Se abrieron las puertas y salió como un huracán arrasando todo a su paso.— !Padre! ¿Que significa eso de que estoy casada con ese idiota? Te volviste loco, cómo es posible que me cases estando yo en coma !Contéstame padre!
Pierina está furiosa.
—Tranquila hija, no te alteres, te hace daño.
— ¿Daño? !Daño padre¡ ¿Cómo crees que me siento al descubrir que estoy casada con un desconocido? Padre.
Me dijiste que yo no era una moneda de cambio y !mírame¡ ¿casada?Renato se levantó de la silla, metió sus manos en los bolsillos, caminó rodeando el enorme escritorio de caoba fina, y se puso al frente, recostó su trasero al filo cruzando sus pies y mirando a Pierina caminar de un lugar a otro, como un león enjaulado.
— ¡Ya! ¿Me dejas hablar? Oh seguirás despotricando en mi contra.
— ¿Sabes que? No me digas nada, no quiero saber de tus negocios, no me interesa.
Dicho esto salió como alma que se la lleva el diablo, tomó el ascensor, llegó al parqueadero arrebató las llaves de las manos de Luiggi.
— No se puede ir sola señorita.
Dijo el guardaespaldas parándose en frente del auto.
— ¡Que te quites, carajo! Si tanto quieres tú trabajo, sígueme, pero déjame sola.
Manejó lo más rápido que pudo, salió de las zona urbana de la ciudad y se adentró por un camino estrecho que la llevaron cerca de los linderos de la hacienda, bajó del auto y caminó hasta llegar al río, se sentó en una enorme roca a mirar correr el agua.
Era como si la corriente se llevaría cada pensamiento, cada sensación, quería liberarse, no sentir esa presión en el pecho ¿dolía? claro que aún dolía, por que para ella, era el despertar de un día para otro, no tenía la noción del tiempo que pasó, el dolor seguía ahí, metido en sus huesos, suspiró profundo mientras gruesas lágrimas caían por sus mejillas, eran fuertes sus sollozos y un grito desgarrador salió de su garganta.
Luiggi al escuchar aquel grito corrió a mirar, pero al verla en el éxtasis en que se encontraba supo que era su tiempo de sanar. Tenía que estar sola, se mantuvo alerta y se alejó.
Stefano salió furioso de esa sala, caminó hacia las caballerizas tomó uno de los caballos y cabalgó. Tenía sentimientos encontrados, amó tanto, lo entregó todo, pero lo que recibió fue traición, amaba a Adele y le negó la posibilidad de ser padre, ahora tenía a Luggina, era ese pedacito de cielo en la tierra, era como tener a su hija o hijo, nunca lo sabría, tenerla a ella era como tener a su hijo entre sus brazos, gruesas lágrimas rodaban por sus mejillas, perdido en sus pensamientos cabalgó, Pierina llegó a sus pensamientos, se maldecía por ser un grandísimo imbécil, como fue a decirle así como así, que era su esposa.
Faltaban meses para la disolución de este matrimonio, ella no tenía por qué saberlo. ¿O si?Cabalgó cerca del río y pudo escuchar un grito de una mujer, se bajó del caballo sigilosamente y la vio, era esa traviesa. La vio llorar, reír, hablar sola, como si lo hiciera con alguien.
Quitó sus zapatos, su pantalón y por último, la camiseta, los ojos de Stefano se oscurecieron por el deseo, su polla palpitó dentro de sus pantalones. ¿como era posible? Era su pequeña Pierina. Se casó por conveniencia, no tenía interés en ella como mujer. ¿Oh sí? ¡No! No se quedaría ahí, para seguir dudando, lo iba a comprobar.
Caminó hasta llegar se quitó su ropa y muy despacio entró al agua, la envolvió en sus brazos, quemaba, esa piel quemaba sus manos..
— Pierina..Susurró en su oído, Pierina se giró en sus brazos, sentía esas manos ardiente acariciar su espalda, sus miradas se encontraron, se perdieron en ellas, él acarició su mejilla, bajó a sus labios y con el pulgar lo arrastró, ella cerró los ojos sintiendo esa sensación que jamás antes sintió, su centro palpitaba, se sentía arder.
Stefano lentamente bajó sus labios dio un suave roce en ellos, dio uno, dos, tres, beso, como pidiendo permiso para entrar en esa boca.
Pierina fue subiendo sus manos por los brazos de Stefano, acarició su pecho, y rodeó con sus brazos el cuello de Stefano,.
Correspondió y se abrió para el, sus lenguas danzaban una danza erótica, que los calentaban cada ves más ya no era un beso tierno, esa un beso lleno de pasión, de deseo, bajó por su cuello dejando besos y mordidas suaves.Pierina echó su cabeza hacía atrás, dando más acceso y dejando sus pechos libre, Stefano los capturó con su boca, los succionó, suave, fuerte y los mordió. Chupó, uno luego el otro.
— Aaaah.
Los gemidos salían de sus labios, ardía en deseos,
— Quiero que sea especial, vamos te...
Sus palabras fueron interrumpidas por una deseosa Pierina.
— Este es un lugar especial, único de los dos, será nuestro lugar, nuestro refugio, hazme tuya aquí, Stefano, por favor.
Stefano capturó sus labios, la besó con pasión, la levantó y ella enredó sus piernas al rededor de su cintura,.
La lengua de Stefano, exploró su boca, él sintió y saboreó esa dulzura embriagante como el más exquisito de los manjares, su pequeña Pierina, esa pequeña traviesa, estaba entre sus brazos, era suya y el de ella, era su esposa,
— Eres mía, pequeña traviesa, mía y yo soy tuyo esposa, solo tuyo ¿lo recuerdas, Me recuerdas?
Le Susurró entre sus labios.
— Tú eres mío Téfy, cuando yo crezca tú, te casarás conmigo..
Stefano?
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PEDACITO DE CIELO, Un Amor Sin ADN. Libro #1 De La Saga Cielos Eternos
RomancePEDACITO DE CIELO Un amor sin ADN Stefano Pierre. Un doctor en pediatría, soltero sexy, y apasionado . Tras la traición de su prometida regresa a su Roma natal, dónde el destino le tiene preparado un encuentro con el verdadero amor que viene con e...