Capítulo 27 Tiempos compartidos

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Stefano, salió del lugar manejó si saber dónde ir, sintió la necesidad de olvidar de emborracharse, no le importaba su estado de salud, llegó al Club y caminó en dirección al bar, pidió una botella y se fue a la mesa, se sirvió si primer trago lo bebió todo de una sola. Maldijo aquella mujer.

" Loca infeliz, me jodiste la vida me alejaste de mis mujeres ahora hay otro en sus vidas ¡joder!"  Se recriminaba mentalmente.

La frustración era tanta, que bebió otro y otro hasta que el sonido de su celular, lo sacó de sus frustrados pensamientos.
Lo miró pensó en ignorarlo, pero decidió responder.

— ¡Bueno!. — Respondió Stéfano algo alterado.
— Tenemos que hablar, nos vemos en el Shari Vari Rome. — Le dice Alessandro muy contento.
—  Estoy en él, te espero.
Colgó la llamada y  esperó, sirvió un trago más y dio tiempo de que aquel hombre llegara.
La espera no fue mucha, veinte minutos después viendo entrar al hombre, por el cuál tenía unas ganas tan grandes de romperle la cara.
Bebió su último trago y se paró frente a su considerado rival.

"Jodida broma de la vida" — Pensó

— ¡Alessandro!.
— ¡Stefano!.

El momento era más tenso que una cuerda de una guitarra, el ambiente se volvió una nubla espesa, que se podía cortar en tajadas .
El primero en romper el incómodo silencio fue Stefano.

— ¡Y bien! ¿De que quieres hablarme?

 Preguntó Stefano, reprimiendo las ganas de romperle la perfecta cara al idiota.

— De  mi hija. — Respondió Alessandro, mirando lo fijamente.

— ¿De mi hija? — Respondió Stefano con otra pregunta.

Stefano apretó los puños, pero decidió relajarse,  le pidió sentarse le ofreció un vaso de whisky.
—¿Que sucede con mi hija, Alessandro?
Alessandro lo miró fijamente, sonrió.

" No bajas la guardía Stefano, pero por mi pequeña lograre llegar a un acuerdo contigo y ser tu amigo si no queda de otra"
Se dijo mentalmente.

— Tratemos, ¡no!  Tenemos  que llevarnos bien, llevar la fiesta en paz por nuestra hija, por que es tan mía como tuya  y ella te ama tanto, como a demostrado que también me ama.

— Eso es indiscutible, ella es nuestra prioridad seamos padres, antes que hombres.
— Cuándo decidí regresar a Roma, dispuesto a descubrir lo que sucedió aquella noche sin recuerdos, tanto para mí como para Pierina,  jamás me imaginé encontrarme con esta verdad tan maravillosa que es ser padre de esa pequeña tan hermosa. Pero lo descubrí y mi mundo entero cambió.
— ¿Sabes, que yo la recibí en el momento de su llegada? Eso fue lo más maravilloso que viví y desde ese momento prometí protegerla con mi vida de ser necesario.
— Lo sé, Pierina me lo contó todo y ¿sabes por qué estamos aquí? - Stéfano tensó sus dientes, imaginó todas las razones posibles del por qué Alessandro Berlusconi lo citó al club.
— Dímelo tú.¿Cuál es la razón por la que estamos aquí?.
— Por  qué esa pequeña adorable no quiere que su papá Stefano este triste  y envió a su papá Alessandro, osea ¡yo! — Dijo señalándose asi mismo y sonriendo. Y continuó

 — Para que habláramos y ponernos de acuerdo de como nos dividiremos, los paseos, las salidas al cine, las llevadas al colegio,  los días de campamento y las prácticas de equitación.

" Jodida broma, nos está  jugando el destino"

 Los pensamientos de Stefano eran un caos.

Y es que jamás se imaginó estar en esas. Ideando una salida para que él pueda compartir la vivencias de su hija.

PEDACITO DE CIELO, Un Amor Sin ADN. Libro #1 De La Saga Cielos EternosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora