Capitulo 35. Completos Extraños.

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Donatello llamó a su investigador para pedirle un nuevo trabajo, desde hace unas semanas estaba al pendiente de esa mujer misteriosa que salía solo en las noches al jardín, jamás salía en el día y mucho menos a la calle en sus días libres. Dio la información al detective y una fotografía de la mujer.
— Aquí está toda la información que enviaron de la agencia de trabajo de dónde viene Greta Lee, ese es el nombre.el hombre miró la foto muy detenidamente escribió en su teléfono envuó mensaje a su jefe Luiggi.

Estaban en el gran jardín en una gran mesa era el cumpleaños de Dante, todos estaban reunidos a pesar de la angustia vivida, compartirían un día especial para Dante su cumpleaños número ocho. Luiggi entró como un vendaval llamando la atención de todos.

— Señor. La encontramos
Dijo mostrando las fotos.

— ¿¡Dónde está!? — Dijo Pierina levantándose y corriendo a su lado.
— ¡Dime tío! ¿Dónde están? ¿Dónde está mi hija?
Stefano siguió a Pierina miró la foto en manos de ella.
— ¡Si! es ella, es Adelle ¿Dónde está?
Luiggi miró a Renato y luego a Pierina, como decir que estaban bajo el mismo techo que el hombre a a quien  ella jamás volvió a nombrar.

— ¿!Que pasa Luiggi?  ¡Responde!

Gritó, ordenó Pierina muy ansiosa.

— Está trabajando como muchacha del servicio en la mansión de Donatello Rinaldi.

Pierina se llevó la mano a su pecho dio un paso atrás de la impresión que le dio la noticia.

 —¿!Que has dicho!? Luiggi, ¿me estás diciendo que Donatello está protegiendo a esa delincuente?

— No niña recién lo descubrió, ya están los agentes de camino a la mansión Rinaldi.

Salió corriendo seguida por Stefano, Alessandro y Renato.
Subieron a sus autos y siguieron a Luiggi.

" ¡Te encontré mi hija! Ya falta poco."

Sus pensamientos eran para su hija se olvidó por completo de dónde tenía que ir.

Mientras en la mansión Rinaldi, Donatello no hizo ni el mínimo llamado de atención para no alertar a la mujer.
Caminó de un lugar a otro en su despacho con una mano en la frente en gesto de preocupación.

" ¿Cómo carajos no me di cuenta antes de esto?"

Llamó a su abogado para que esté presente en el momento en que lleguen, mandó cerrar todas la salidas de la mansión, para evitar que se escapara la mujer.

Adelle jamás imaginó que estaba descubierta, que sus días de libertad oculta están llegando a su fin.
Estaba muy concentrada en sus labores, en compañía de la pequeña que estaba metida en su coche moviendo sus piernitas y jugando con sonajeros.

Pierina, Stefano y Alessandro llegaron a los portones de la mansión, el guardia los identificó y pasaron, cada uno estaba metido en sus pensamientos.

" Donatello mi viejo amigo, nunca imaginé verte nuevamente, llegó la hora de darte la cara. Jodida manera de enfrentar el pasado amigo"

Alessandro jamás se imaginó en que circunstancias volvería a ver a Donatello, después de muchos años .

"Dios, porqué me estás enfrentando a mi pasado con el encuentro de mí hija, por qué precisamente en esta casa tenía que encontrarla "

Estando frente a la mansión, Pierina fué consiente de donde estaba, y a punto de enfrentar su pasado.

Mientras Donatello se debate mentalmente.
" Ella está aquí, todo terminó tan desastrosa mente mal en el pasado.
Alessandro también está aquí,"

Los pensamientos de Donatello fueron interrumpidos cuando su abogado le llamó la atención. Y con las manos metidas en los bolsillos se giró apartándose del ventanal.

— Señor Rinaldi. Será mejor que mandéis llamar a la mujer. Y esté aquí no podemos darle tiempo a reaccionar.

Tomó el teléfono y llamó al ama de llaves para que trajera a la mujer.

— Haz pasar a las personas a la sala de star  y luego tráeme a Greta al despacho y tráeme a la bebé.

— Enseguida señor.

Dora el ama de llaves llevó a las personas a la sala y el abogado que estaba allí les pidió que esperaran un momento.
Ya en el despacho Donatello parado detrás de su escritorio miró entrar a Greta y a Dora con la bebé en brazos.

— ¿ Greta Lee? O más bien Adelle Fischer, como prefieres que te llame impostora y secuestradora de bebés.

Adelle palideció al sentirse descubierta dio un paso atrás, trató de quitarle la bebé a Dora pero su intento fue en en vano.

— La bebé es mía. Es mi hija, yo...yo...
—Señor por favor déjeme ir.  — Suplicó Adelle.

— ¿Sabes que cometiste un delito? Que te darán muchos años de prisión por secuestro de menores. — Le cuestionó Donatello.
—  ¡Es mi hija! No lo perdí, es ¡mía¡ ¡mía¡

Dijo en un gesto de frustración por no poder salir de ahí. Y tratando de arrebatar le la pequeña a Dora.

Mientras en la sala de star Pierina caminaba de un lugar a otro, parecía que abriría una zanja en el piso.
Alessandro la miraba caminar hecha un manojo de nervios  y es que él no podía estar de otra manera pero su semblante serio y frío demostraba tranquilidad, una tranquilidad que no sentía. — Tranquila amor. Ya estamos aquí. Y nuestra hija está Aquí no la perderemos todo el sitio está rodeado. — Trató de traquilisar la Stefano

— Lo sé, pero aún así estoy muy nerviosa, tengo miedo de que esa loca le haga algo. — Expresó con frustración y temor.

En el despacho.

Donatello hizo una señal de asentimiento con la cabeza y el abogado entendió.
Caminó hacia la sala y pidió que lo siguieran.

—   Por favor, acompañen me. —  Pidió el abogado.

Pierina fue la primera en salir, caminó tras el abogado, este abrió las puertas del despacho y. Todo ocurrió como en cámara lenta,
Pierina corrió para coger a su hija de los brazos de Dora, mientras Alessandro y Donatello se enfrentaban a un duelo de miradas.
Stefano caminó en dirección a Pierina y su hija, las abrazó tiernamente.  Mientras Adelle cogió un abre cartas y lo hundió en el lado derecho de Stefano.

— ¡Te odio¡ Stefano. ¡Te odio¡

Gritó hiriendo por segunda vez a Stefano.

Alessandro cogió a Adelle por las muñecas y en un forcejeo intentando zafarse del agarre de Alessandro, este la entregó a los agentes que esperaban fuera del despacho, llamaron una ambulancia para trasladar a Stefano al hospital.
Los agente se llevaron a Adelle, Alessandro tomó a la bebé de los brazos de Pierina mientras está sostenía a Stefano.

— Tranquilo mi amor ya viene la ambulancia. Todo estará bien. — Susurró entre sus labios sin dejar de llorar.
— Tenemos a nuestra hija, eso es lo único importante. — Dijo Stefano. Con un gesto de dolor.

Donatello miraba a Pierina llorar por ese hombre que estaba entre sus brazos, miró a Alessandro que estaba con la bebé.
Tenía sentimientos encontrados, era una extraña forma de cerrar ciclos, siempre pensó en buscar a su ex novia y pedir perdón por la forma en que se comportó, pero el destino les había adelantado ese momento, estar ahí los tres sintiendo incomodidad por la presencia de cada uno, ya eran unos completos extraños. Su amistad se había roto.

 Su amistad se había roto

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PEDACITO DE CIELO, Un Amor Sin ADN. Libro #1 De La Saga Cielos EternosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora