Capitulo 25 Volviste papito.

527 56 0
                                    

Stefano salió del lugar  no quería seguir viendo aquella escena de una familia feliz, sintió su corazón romperse en mil pedazos, sentía que escuchaba caer los fragmentos de su alma a suelo, " Toca recoger los pedazos de miserias de mi vida y salir de su vida para siempre"

Subió a su auto  la imagen de ese hombre que abrazaba a su mujer era demasiado para él. Metido en sus pensamientos no se fijó y terminó chocando contra un poste.
Despertó aturdido con un fuerte dolor de cabeza miro a todos lados y cuando se recuperó de su aturdimiento centró la mirada de la enfermera.
—  ¿Que pasó? ¿Que hago aqui?

— Shuu  no hables, llamaré al doctor. Dijo la enfermera mientras media la presión.
Salió y llamó al doctor lo reviso realizó la escala de Glasgow y es resultado fue de cuatro cinco y seis, están en esa valoración el doctor pidió hacer estudios para descartar cualquier inconveniente a futuro.

— Todo estaba bien  recuperó la memoria, los resultados de Glasgow fue satisfactoria pero aún así lo tendremos en observaciones en las siguientes cuarenta y ocho horas.

Los días pasaron tres para ser exactos. A Stefano le dieron el alta y fue nuevamente a la escuela de equitación. Ya podía enfrentar a Pierina y contar la versión de los hechos. Pero ver nuevamente la escena de la familia perfecta lo superaba.

Pierina y Alessandro, cada día se complementaban más, salían de paseo con la pequeña Lugg. La llevaba cada día al colegio, discutía con la maestra, tenían una especie de amor- odio. Luggina  salía con los cabello  muy  alborotados algo así como un cachorro de leon, los pelos apuntaban a todas partes, " Niña tan hermosa y tan desastrosas"
" No tienes idea de cómo será de grande  ¡ja! Claro que la tengo" — Se cuestionaba mentalmente
— ¿Lugg, por qué estás así? Las niñas no pelean.
—  Tío papito, yo no peleo  mis amigos y yo pondremos un negocio, pondremos un salón de belleza.
—  ¿Quieres, decir tus amigas y tú?
— ¡No tío papito!  mis amigos y yo, yo tengo amigos hombres.
El rostro de Alessandro se puso rojo del coraje, su princesa no quería amigas, tenías solo amigos hombres.
Miro hacia la puerta  y vio a unos niños salir con unos cortes de cabellos medios raro. 

"¿Dios está hija mía que fue lo que hizo?"
— ¿Ellos te peinaron?
— ¡Si! Y yo les hice un corte en su cabello ¿verdad que quedaron guapo?
"Por eso la despeinaban. estaban practicando. Mi hija es emprendedora"

La subió al asiento trasero.
Pero como todo caballero en la guantera del coche  ya cargaba una cosmetiquera para su hija, la limpió con toallas húmedas la peinó, ¿Eso es un peinado? Más parece la carretera con desvíos a todos lados.
Bien pero el intento siempre era bueno, subió al coche con su hija, no sin antes dedicarle una mirada de desaprobación a la maestra,.

"¿Dónde carajos se mete está mujer que no mira estos niños?"

— Tío papito, ¿por qué en ocasiones está contento con mi maestra y estás molesto?  — Preguntó una curiosa Lugg.
— Estás muy chica para entender, hija. —  Respondió Alessandro mirando por el retrovisor.
— Pero no entiendo a los adultos, ella te gusta y tú ella. No entiendo cual es el problema. - Expreso frunciendo el ceño .
— Hija, es muy complicado.
— No es complicado, el amor se da y ya dile que la amas. —  Dijo casi con exigencias.

— No puedo hacer eso.
— Si piensas en mamá, con ella no tienes posibilidades. —  Alessandro miró a su hija a través del espejo.
— ¡Así! ¿Por qué lo dices?  —  Pregunto algo triste.
— Ella ya tiene a su amor, es mi papá  yo sé que el regresará, esa mujer lo secuestro, el no se fue. — Respondió muy tranquila.
— ¿Y como sabes eso?
— No soy sorda, ni ciega veo a mi mamá besar la foto de mi papá cada noche.

Esa confesión lo dejo un mal sabor de boca,
"¿como es que está niña parece un adulto hablando?"
— ¿Quieres salir hoy?  tienes días que no vas a la escuela equitación ¿quieres ir?
—  Siii, yupiii. —  Dió saltos de felicidad. llena de alegría y sacudiendo sus manitas.
El trayecto a casa fue divertido con sus conversas y ocurrencias, la pequeña Lugg era un huracán en acción.
Llegaron a casa mientras bañaban y cambiaron a la pequeña, Alessandro llamaba a Pierina para invitarla pasar la tarde juntos.
Lugg bajos corriendo las escaleras y su mochila en mano, lista pasa salió nuevamente.
—  Estoy lista tío papito. —  Dijo muy contenta.
— Perfecto, ¿nos vamos?
— Siii.
Nuevamente salieron en el auto pasaron por la empresa para recoger a Pierina y se dirigieron rumbo a la escuela de equitación.
Llegaron al lugar el profesor recibió a Lugg. Pierina y Alessandro, se dirigieron al área de recreación. La tomo de la mano para dirigirse al lugar.
Todo aquello ocurría bajo la atenta mirada oculta de Stefano.
Sentía estrujar su pecho, vio las fotos que le dio su padre dónde estaban juntos como familia.  "No las olvide a propósito, fue un accidente" " Pero ella dejo de creer que lo fue"
Si conciencia le recriminaba,

PEDACITO DE CIELO, Un Amor Sin ADN. Libro #1 De La Saga Cielos EternosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora