Capítulo 7. Stefano

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— ¿Sucede algo cariño?

Fue la pregunta de Stefano, al ver salir del cuarto de baño a Adelle, estaba tan pálida, que se acercó a ella, le tomó de la mano.

— Me estás asustando mi amor... ¿Qué te sucede?.

Stefano no se imaginaba que el estado de angustia, nerviosismo y desesperación de su novia, era a causa de aquella prueba que ponía en su mano.
La mira y sus ojos se llenan de lágrimas de felicidad, mira a su novia también con los ojos llenos de lágrimas, pero estos están llenas de frustración y decepción.

Claro! No quiere un hijo, jamás estuvo en sus planes ser madre, no ahora, cuando su carrera esta cuesta arriba, Adele Fischer, una reconocida modelo de Victoria Secret's y que pronto debutaría en una película en Hollywood, en la que sería la protagonista, era un proyecto que la catapultaría a la fama.

— ¿¡Embarazada!? Me estás diciendo que estamos embarazados?

— !No! Digo, si. Bueno no lo esperaba, yo... Yo... Stefano! Te juro que no lo planee, fue un descuido de mi parte.... Los nervios me traicionan.

Se acerca y la estrecha entre sus brazos, besa su frente.

— Stefano, yo... Yo no sé.
— Tranquila amor, todo estará bien, pequeña yo estaré contigo.
— No tengo la menor duda de éso, Stefano,
— ¿Entonces? ¿Cuál es la duda?
— ¿Recuerdas el viaje a Estados Unidos?
— Sí, claro que lo recuerdo era una propuesta para un nuevo proyecto
— Realicé un casting para una película, y hoy en la mañana me llamaron para decir que soy la protagonista.

— Que bueno por ti, cariño... Pero no será riesgoso para el embarazo?
— No, no lo será.
— Entonces, nos vamos a Estados Unidos!!
— ¿¡Qué!? Pero tú trabajo está aquí, no quiero ser...

Sus palabras fueron interrumpidas por un beso tierno, que poco a poco se fue tornando apasionado, tomándola entre sus brazos, y llevándola a la habitación, la puso suavemente sobre la cama, mientras la llenaba de besos y caricias, y fundiéndose como cada noche lo hacIan.
¿La amaba? Por supuesto que sí, era la mujer de su vida, y estaría dispuesto a irse con ella.

A la mañana siguiente, Stefano preparó el desayuno y dejó todo listo para ella, se duchó, se vistió y tomó el ascensor que lo llevaría al estacionamiento para ir al hospital, su lugar de trabajo.
Era el mejor pediatra del país, le encantaban los niños, era su sueño ser padre. ....De uno? No!, de una docena si su mujer se lo permitía, quería un equipo de fútbol, solo para él. Su día transcurre ajetreado, entre los pacientes, de consulta diaria, y los de piso.

Por otra parte, en la vida de Adelle no todo era ajetreado por su trabajo, estaba ideando como interrumpir su embarazo, parecía un gato enjaulado caminando de un lugar a otro, llevando sus manos a su cabeza en un modo de frustración.

¿Cómo decirle, no quiero estar embarazada? Fue un descuido, le rompería el corazón, era eso o renunciar a su nuevo proyecto.

Marca el número de Emma Weber, su mejor amiga, y cómplice de muchas aventuras. Repica el tono y al segundo contesta.

— Emma, tienes que ayudarme, estoy en un gran problema,
— Que hiciste Ahora? Adele.
— Ven y te cuento todo.

Cuarenta y cinco minutos después, Emma estaba ya en la puerta del departamento de Adelle.

— !Hola! querida. Me asustaste. ¿Qué te sucede? ¿O qué hicistes?

Pregunto Emma dando le un abrazo a su amiga y caminando al interior del departamento.
— Estoy embarazada.
— !Oh! felicidades, voy a ser tía.

Suelta Adelle de una haciendo que Emma se gire de una y se lance sobre ella abrazando la
— ¡Estás loca! Claro que no lo puedo tener.
— No te dije antes, pero no puedo ser madre, no es mi prioridad, no por ahora.
— ¿Y ya se lo dijiste a Stefano?
— Si, se me ocurrió la brillante idea de decirle.
— Pero si no piensas tenerlo. ¿Para qué le dijiste? ¿Ere estúpida o qué ?

Emma no tenia idea de lo quw su amiga le pediría.  
— Ay no, es que estaba nerviosa no sabía que hacer, y terminé diciendo lo que no debía.
— Me imagino que está feliz, con lo que le gustan los niños.
— Tú, ¿me ayudarás?

— ¿ Yo? — Pregunto muy sorprendida Emma.

— Si. Tu me ayudaras.

Dijo con la decisión ya tomada, de interrumpir su embarazo, le explicó a Emma, lo que tendría que hacer. Emma, moría de miedo por tener que atropellar a su amiga, y decir que sufrió un accidente,

— ¿Estás loca? Se te corrió la teja. ¿O qué? ¿Cómo me pides eso? No quiero hacerlo, y si quedas con un hueso roto?
— No pasará, lo haremos bien, tú tranquila, que soy yo la que recibirá el golpe.
— Y soy yo quién te lo dará y si Stefano me descubre me mata.
— No, no lo hará, tranquila.

Eran las preguntas que la acribillaban a Adelle, era arriesgado, pero lo haría, se fue a la habitación, se duchó y se arregló para salir, tomó el ascensor apretó los dígitos y bajaron al estacionamiento, subió al auto de su amiga y salieron. Llegaron al lugar menos transitable dónde no habían cámaras de seguridad.

— !Adelle! Tengo miedo de matarte, no quiero ir a prisión.

Emma, moría de miedo, porque de igual forma estaría cometiendo un asesinato.

— ¡Tranquila! Lo harás bien... Vamos hazlo.
— Adelle, por favor, piénsalo, es tu hijo, no me hagas hacer esto.
— Si no lo haces, le diré a Nicolás que eres la stripper más cotizada del Impérial Club.
— ¿¡Que!? ¿Es en serio? ¿Me estás chantajeando?
— ¡Hazlo! ¿O llamo a Nicolás?

Emma, sintió que hervía del coraje, y la impotencia. ¿No se suponía qué eran amigas? Claro que lo eran, eran amigas y compañeras de trabajo del mismo club, con la diferencia de que Emma no era exclusiva de ningún cliente como lo era Adelle.
Subió a su auto, metió la marcha en retro y luego dio de frente impactando fuertemente sobre el cuerpo de Adelle, que volaba por el aire y caía inconsciente al pavimento.

''Perra, mala amiga, nunca me imaginé que me harías esto.''

Eran los pensamientos que le rondaban en su mente, salió del auto y corrió a mirar a su ya no tan amiga, que yacía inerte en el pavimento, como pudo, la arrastró y la subió al auto, y la llevó al hospital más cercano, llegó, bajó tan rápido como pudo, pidiendo ayuda.

— ¡¡Por favor!! Una camilla, traigo una paciente accidentada. — Gritó Emma.

Los camilleros, la enfermera y un médico, salieron a recibirla, y de inmediato la pasaron a urgencias, después de unos minutos, Emma, llamó a Stefano para darle la noticia de que Adelle, había tenido un accidente.

— Stefano, ven pronto al hospital general del sur, Adelle a tenido un accidente, y está en sala de urgencias.

El silencio, al otro lado de la línea, fue sepulcral, a Stefano se le rompió el mundo en mil pedazos, sentía la opresión en el pecho, temía lo peor..

Stefano Pierre.

Stefano Pierre

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PEDACITO DE CIELO, Un Amor Sin ADN. Libro #1 De La Saga Cielos EternosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora