Un Año después.
La vida nos quita a las personas equivocadas de nuestros camino. Y aun que el proceso sea doloroso y creemos que vamos a morir por el dolor que nos causa con el tiempo le damos la razón y vemos lo equivocado que estábamos.
Pierina y Stefano sufrieron el proceso de esta equivocación, y cada uno sanó sus heridas y ellos volvieron a nacer en el amor verdadero que la vida les tenía deparado a cada uno.
— Mmmm Amor, déjame dormir tengo mucho sueño. — Pierina hablaba con su voz ronca con lo besos de Stefano despertando la como cada mañana.
— ¿Ya no quieres mis besos? Entonces quieres cosquillas. — Le decía su marido mientras se colocaba encima y haciendo cosquillas.
Reían entre besos y caricias.
— Sabes que te amo ¿Verdad?.
— Siempre lo se, cuando me miras, cuando me hablas y no precisamente de amor, siento tu amor cuando respiro, eres el amor de mi vida y de muchas más Stefano. — Beso sus labios mientras tenía sus brazos y piernas al rededor de él.— Yo también te amo, en esta vida y en las que pueda vivir. Siempre nuestras almas se encontrarán.
Besó sus labios, Pierina le dio paso a su lengua para que se encontrará con la suya, era una danza entre las dos.
Stefano acariciaba su cuerpo, pasaba sus manos por los costado y arrastraba hacia arriba su transparente y muy pequeño baby doll, lo quitó y luego bajó sus bragas, mientras ella hacía lo mismo con el quitando su pijama y dejándolo desnudo, y se acomodaba entre sus piernas rozando esa entrada ya muy mojada sin penetrarla.Deslizó sus manos por esa ancha espalda y las bajó hasta sus duras y bien formadas nalgas, las apretó mientras se devoraban la boca en un apasionado beso.
Bajo por su cuello hasta su clavícula, bajó por su pecho dejando húmedos besos y suaves mordiscos, llegó a sus pechos, paso su lengua por los pezones muy duros los lamió, chupó y mordió suavemente uno luego el otro, mientras Pierina arqueaba su espada levantando su pecho ofreciendo más a Stefano.
Bajó por su vientre mordiendo suavemente beso sus piernas bajó dejando suaves mordidas en ella, las abrió más y fue subiendo, Pierina levantaba sus cadetes necesitada de más apretaba las sábanas a sus costados, arqueaba su espalda, hasta que sintió esa lengua invadir su intimidad.— ¡Aaaah! — Un gemido ronco salió de su interior.
Mientras Stéfano lamia y pasaba su lengua entre los pliegues de ese dulce coño.
Chupaba y la penetraba con su lengua, hasta que se concentró en ese punto dulce que le causó un espasmo y le hizo estremecer hasta el alma.
— Aaaah Stefanooo, Aaaah.Stefano seguía chupando mientras la penetraba con un dedo, ese dedo no era suficiente para una mujer deseosa de más, luego entró un segundo dedo,
Entraban y salían de su interior, mientras ella salía a su encuentro.
— Por favor Stefano. — Casi suplicaba, estaba tan ansiosa que empezó a sentir espasmos en su cuerpo, sus paredes íntimas se contraían mientras los dedos la penetraban y su boca chupaba ese punto que la lleva al cielo.Stefano siguió embistiendo la con sus dedos mientras chupaba y mordía suavemente su punto cuando sintió los espasmos de Pierina, era la llegada de su primer orgasmo, tan fuerte que sintió que apretaba sus dedos en su interior mientras no dejaba de beber hasta la última gota de su esencia.
Pierina no se recuperaba de su orgasmo cuando abrió sus piernas y la penetró de una sola estocada, entro tan profundo que arrancó un gemido tan fuerte que murió en la boca de Stefano.
— Aaaah Diooos, Stefa.
Stefano tomó sus labios y los devoró mientras ella se probaba y percibía su aroma en la cara de Stefano.Stefano sentía nuevamente los espasmos, de su esposa, la penetraba tan fuerte y profundo que la hacía estremecer en cada embestida, chupaba fuerte sus pezones quería sentirlos dentro de su paladar así como sentía su miembro muy dentro de ella.
Pierina salía a su encuentro moviendo sus caderas, quería sentirlos muy dentro, sus manos arañaba la espalda de Stefano, sus cuerpos estaban perlados por el sudor, sus respiraciones eran agitadas.— Stefanooo. Me voy a correr. — Dijo entre gemidos.
— Hazlo mi amor, Hazlo conmigo.— Respondió de igual manera.Stefano aceleró las embestidas, eran más fuertes y profundas mordió su labio y cerró sus ojos. Ya se les aproximaba un potente orgasmo juntos llegaron al cielo.
— Aaaah Aaaah Diooos.
— Aaaah Mmmm Pierina.Dio sus últimas estocadas y ella lo recibís para sentirse llena de él, hasta la última gota quedó en su interior.
Se dejó caer sobre su cuerpo pegó su frente a la de ella.
— Eres deliciosa ¿Sabias?.
— Y tu eres mi dulce favorito.Sus respiraciones se normalizaron el se dejó caer un lado de ella sintiendo como si miembro salía despacio de ese estrecho coño.
Besó sus labios jurando se amor siempre.
Así les llegó el amanecer, amándose como si su existencia dependiera de ello. Las pocas horas que les quedaban para el nuevo día, se durmieron abrazados, exhaustos agotados de la entrega que tuvieron.Al medio día se despertaron sintiendo ella el cuerpo dolorido y sus piernas temblaron al levantarse.
Se fueron al baño y nuevamente se entregaron a la pasión que sus cuerpos despertaba con un simple roce.Mientras Stefano y Pierina se entregaban a sus deseos, la cocina de su casa era un completo caos. Las gemelas Gianna y Giannina preparaban el desayuno, eran las pequeñas de la casa y todos las consentía. El chef las consentía y les ayudaba, ya la mesa preparada para servirse todos estaban a la espera de que sus padres bajarán.
Stefano y Pierina bajaban las escaleras sonrientes escuchando a sus hijos conversar como adultos, los cuatrillizos de ocho años tenían un sentido de la responsabilidad muy grande, al igual que las pequeñas gemelas Gianna y Giannina.
El desayuno paso como cada mañana entre conversas y risas de las ocurrencias de los seis pequeños.
— Señora Pierina, su padre en una videollamada. — Dijo la muchacha de servicio llevando la portátil para que pudieran hablar.
— ¡Hola abuelo! — Dijeron todos al unísono incluída Luggina.
— ¡Hola papá! — saludo su hija .
— Hijos míos ¿como la están pasando sin mí? — Preguntó un sonriente Renato.
— Te extrañamos abuelo, cuándo vienes.
La charla con Renato y los otros abuelos fue de lo más animada, contaron sus anécdotas y vivencias por el tiempo que él no estuvo presente, se despidieron con la promesa de que pronto se encontrarán..Por la tarde todos estaban reunidos en la mansión D'Alessio.
Todos sus amigos y familias se reunían como cada domingo en casa de cada uno, como la gran familia que eran. Todos conversaban y reían animada mente.
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PEDACITO DE CIELO, Un Amor Sin ADN. Libro #1 De La Saga Cielos Eternos
RomantizmPEDACITO DE CIELO Un amor sin ADN Stefano Pierre. Un doctor en pediatría, soltero sexy, y apasionado . Tras la traición de su prometida regresa a su Roma natal, dónde el destino le tiene preparado un encuentro con el verdadero amor que viene con e...