Salí de ese restaurante tan rápido como pude, tomé un taxi y fui a casa. Durante el trayecto no dejaba de pensar en ese beso que me hacía sentir miles de sensaciones dentro de mi llegué, subí a la habitación de Luggina, para ver cómo estaba.
Me sentía en las nubes, creí que aquel sentimiento seguía aquí porque para mi, ayer dormí y hoy al despertar seguiría sintiendo el dolor con el cual me dormí, pero me imagino que tanto tiempo en coma ese sentimiento se quedó ahí dormido, o quizás este si murió y yo, yo estoy viva, sintiendo lo que me negué a sentir.
Abro la puerta muy despacio y veo a mi bebé jugando.— !Hola! Pequeña. — Mericci la cuidaba, era la enfermera que me acompañó todo este tiempo, es más mi nueva amiga que la enfermera.
— ¿Todo bien? — Pregunta, mirándome como si pudiera ver a través de mi.
— Sí, Todo bien, ¿Cómo se portó? — Pregunto al mismo tiempo que la tomo en mis brazos.
—Si bien, es bien portada.
— ¡Bien! Esta noche mamá cuidará de ti mi amor, tendremos noche de chicas,
— Mamá, mamá.
— Si mi amor, mamá cuidará de ti siempre.
— Papá, Papá.
— Papá siempre estará contigo, mi pedacito de cielo,Volteo al escuchar la voz ronca y magnética de Stefano,
Y mi hija tira sus manitas para que Stefano la tenga en sus brazos. La carga, le da besos, camina con ella alzando la y ella riendo feliz.— Bien, las dejo para que tengan su noche de chicas. — Dice poniéndola en mis brazos y dejando un beso en sus cachetes regordetes.
— Y si mejor. ¿Pasamos una noche de papás eh hija? — Se detiene con la mano en el pomo de la puerta se gira despacio y me mira.
— ¿Estás segura? No quiero interferir en tu....
— ¡No! no interfieres. Y sí, si quiero que tengamos una noche de familia, nuestra familia, tú yo y nuestra hija. ¿Quieres?
— Por supuesto que quiero, es nuestra familia, nuestra pequeña familia.
Se acerca, me da un beso en la frente otro a la bebé.
— Bien, prepara las cosas tuyas y de la bebé, que salimos enseguida.
— ¿Salir?
— ¡Si! Nos vamos a la cabaña,. ¿Te parece?
— Claro que si, ya las preparo.
Sale de la habitación y Mericci me ayuda a preparar las cosas.— Me alegra mucho que le des y te des, una oportunidad a tu matrimonio te lo mereces.
— !Si! Pero no dejo de sentir temor.
Le confieso mientras arreglamos las cosas que llevaré y poniendo las en la maleta de Luggina, se acerca y se para de frente a mí, poniendo sus manos en mis hombros.
— ¡Pierina! Arriésgate, el que no arriesga, no gana,
— Yo me arriesgué y perdí.
— Pues ahora vas a ganar, el doctor es un hombre muy bueno, se ve que te adora. ¿Sabes? el tiempo que tengo trabajando para él, todo su tiempo libre lo dedica a ti a la bebé, las ama.
— Yo, estoy confundida, él es....
— Mira, solo déjate querer deja que el te quiera y tú siente y recibe el amor que te da, pero recuerda que no pase mucho tiempo, por qué puede haber otra que se te lo quiera quitar.
— ¿Quitar?
— Si, quitar, vieras como lo miran en el hospital.Dice Mericci terminando de hacer la maleta de Luggina y saliendo de la habitación.
Stefano salió de la habitación de Luggina, llamó a Luiggi, jefe de seguridad para ordenar que le surtieran la cabaña, estaba feliz, intentaría conquistar a la mujer que le devolvió las ganas de amar.
" Nunca esperé que Pieri, me pidiera pasar con ellas la noche, después de que me dijera que no, cuando le di ese beso"
— Pieri, Pieri yo voy hacer que te enamores de mi, voy hacer que me ames como yo lo estoy haciendo.
Media hora después recibió la llamada de Luiggi, diciendo que ya está todo como lo pidió, colgó la llamada tomó su maleta y caminó a la habitación de Pierina para salir a su pequeño viaje.
— ¿Ya están listas mis hermosas?
Entra y se queda de piedra al ver la imagen frente a él. Pierina saliendo del baño en un camisón negro transparente que no dejaba nada a la imaginación, la recorrió con la mirada y se detuvo en sus pechos, tragó grueso al verlos tan erguidos que le hizo salivar la boca, siguió con su recorrido visual y vio sus bragas finas, vio sus largas y torneadas piernas, mientras volvió la mirada a sus ojos, sus mejillas estaban sonrojada. Volvió sobre sus talones hacia la puerta para salir.
— !Disculpa! No debí entrar así, pensé estarías con la bebé.
— Yo, estoy lista en un momento.
— Perfecto, voy por Lugg.Salió cerró la puerta y se quedó mirando, no podía creer verla así tan mujer, tan sensual, esa pequeña traviesa, ya era una mujer que despertaba sensaciones.
Caminó hacia la habitación de Luggina, tomó las maletas y pidiendo a Mericci, que bajara a la pequeña Lugg, diez minutos después bajaba Pierina, metida en un pantalón de mezclilla y una blusa blanca toda informal, al igual que Stefano y la pequeña Lugg aplaudiendo feliz, es como si sintiera la felicidad de que tendría una familia con papá y mamá para siempre.
Stefano la miró, le sonrió mi entras se acercaba a ella, al mismo tiempo salía de la oficina Renato.
— !Bien! ¿mis princesas se van de campamento? — Pregunto acercándose a la pequeña Lugg, tomándola en brazos y dándole un beso en la frente.
— Tranquilo tío, las cuidaré con mi vida si es necesario.
— Siempre he confiado en ti hijo y lo sabes.Entrego a la bebé en brazos de Stefano y se acercó a Pierina.
— Hija, disfruta tus pequeñas vacaciones, se feliz lo mereces.
— !Gracias papá! Te amo.Se despidió de su padre y de su amiga.
— A disfrutar con ese bombón que es solo tuyo, cómetelo y saboréalo.
Le Susurró al oído, lo cual le causó, una calentura y sonrojo en sus mejillas .
Salieron se subieron en la camioneta y condujeron rumbo a la cabaña, dónde pasarían una noche de familia.
El trayecto recorrido fue en una charla muy divertida pasaron por la dulceria preferida de Pierina y compraron sus postres favoritos.
—¿Estás feliz? — preguntó Pierina a su bebé.
Lugg aplaudía feliz como di entendiera todo lo feliz que podía ser una familia.
— ¿Y tu? ¿Estarás feliz mi pequeña? — Stefano tomó la mano de Pierina la miró por un momento y apretó su mano.— Si, lo estoy. — Respondió sonriendo y un poco sonrojada.
Stefano sonrió y continuo el camino a la cabaña.
" Serás mía Pierina, será mi esposa de verdad"— Estamos llegando. —Informo cuando entraron al camino de piedra

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PEDACITO DE CIELO, Un Amor Sin ADN. Libro #1 De La Saga Cielos Eternos
RomansPEDACITO DE CIELO Un amor sin ADN Stefano Pierre. Un doctor en pediatría, soltero sexy, y apasionado . Tras la traición de su prometida regresa a su Roma natal, dónde el destino le tiene preparado un encuentro con el verdadero amor que viene con e...