Capítulo 39. Frente a Frente.

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Los días pasaban, todo era tranquilidad en las familias, Luggina compartía su tiempo con sus hermanos Berlusconi y Pierre, al igual que con sus abuelos.

—  Papá. Estás vacaciones me iré con mis abuelos Berlusconi a Alemania y luego iremos a recorrer Sudamérica. — Expresó Lugg con tanta emoción.

— Divierte mucho hija, cuando regreses nos iremos de vacaciones también.

— ¿Dónde iremos papá? — Preguntó sintiendo curiosidad, por qué Stefano siempre los sorprendía.
— Será una sorpresa mi amor. — Dio brincos de felicidad, a pesar de tener una personalidad con un sentido de la responsabilidad trataba de comportarse como la niña de diez años que era.

Los cuatrillizos pronto cumplirían su primer año, había transcurrido cuatro meces desde que habían recuperado a la pequeña Amaranta Cristea.

Por otro lado en los pasillos del Rome American Hospital, el amor de Fabrizio y Mericci crecía.

— Señorita enfermera, por favor ¿puede pasar a mi consultorio un momento?

— Enseguida voy doctor Ferrari. — Contestó una sonriente Mericci.

Fabrizzio le guiño un ojo y le dio una sensual sonrisa mojabragas a Mericci.
Mericci caminó en dirección al consultorio y apenas la puerta fue cerrada Fabrizio la atrapó entre su cuerpo y la pared, atrapando esos labios que lo tentaban a devorarlos a cada momento.

— Fabrizio, sentía que moría sin mi dosis de besos hoy. — Susurró entre sus labios.

— Y yo, estaba muriendo de hambre de ti. — Respondió entre besos.

El beso era tan apasionada mente cálido lleno de amor y deseo, sus lenguas se rozaban, llenando cada vez más de deseos desbordante por seguir adelante, se separaron por la falta de oxígeno en sus pulmones.
Acunó su rostro entre sus manos y dejando besos cortos en sus labios mejillas hasta llegar a su cuello subiendo al lóbulo de su oreja, lo mordió suavemente y le Susurró al oído.

— Eres la mujer de mi vida. No tienes idea de cómo eh deseado besarte todo el este jodido día.

Se miraron a los ojos, se perdieron en sus miradas que reflejaban ese brillo que tiene todo aquel que siente que está con la persona correcta.
Mericci se puso de puntilla para poder alcanzar sus labios, dió un roce en ellos, mientras rodeaba con sus brazos en cuello de Fabrizio.

— Y tú eres el amor de mi vida. — Dijo entre besos cortos.
— Iremos a cenar está noche, paso por ti a las ocho. ¿Te parece?

— Claro que si, te estaré esperando.

Unieron sus labios nuevamente en otro profundo beso un gemido salió de la garganta de Mericci, Fabrizio la apretó más a su cuerpo rozando su dureza sobre su vientre.
Dió un último beso y salió para seguir con su trabajo, dejándolo con una enorme erección.

" ¡Joder!"

Mientras.

Stefano y Pierina junto a sus cuatro pequeños despedían la Luggina en el aeropuerto privado de la familia Berlusconi.

—  Cuídate y diviértete mucho mi amor. —  Le dijo Pierina a su pequeña hija.

— ¡Lo haré mamá! Cuida a mis hermanos y hermanas, estaremos aquí justo para su cumpleaños.

— Por supuesto que sí, mi amor, ve tranquila y disfruta de tus vacaciones.

— ¡Adiós papá!.

— Hasta pronto mí cielo, diviértete mucho, aprovecha tus vacaciones.

PEDACITO DE CIELO, Un Amor Sin ADN. Libro #1 De La Saga Cielos EternosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora